Entrevista AP: El Talibán busca estrechar lazos con EEUU
KABUL (AP) — Los nuevos gobernantes talibanes de Afganistán están comprometidos en principio con que las mujeres y niñas accedan a educación y empleos, una gran ruptura con su periodo anterior en el poder, y piden la “misericordia y compasión” del mundo para ayudar a millones de afganos muy necesitados, según dijo miembro destacado del gobierno en una inusual entrevista.
El ministro afgano de Exteriores, Amir Khan Muttaqi, también dijo a The Associated Press que el gobierno talibán quiere mantener buenas relaciones con todos los países y no tiene problemas con Estados Unidos. Instó a Washington y otros países a liberar los hasta 10.000 millones de dólares en fondos congelados cuando el Talibán asumió el control del país el 15 de agosto, tras una rápida ofensiva militar y el repentino vuelo secreto del presidente respaldado por Estados Unidos, Ashraf Ghani.
“Las sanciones contra Afganistán (...) no tendrían ningún beneficio”, dijo Muttaqi el domingo, en una entrevista en la que habló en su pastún nativo en el gran edificio de ladrillo del Ministerio de Exteriores, situado en el corazón de la capital afgana, Kabul.
“Hacer inestable a Afganistán o tener un gobierno afgano débil no va en interés de nadie”, dijo Muttaqi, que tenía entre su equipo a empleados del gobierno anterior y a otros reclutados de las filas del Talibán.
Muttaqi admitió la indignación internacional por los límites que han impuesto los talibanes a la educación de las niñas y a la presencia de mujeres en la fuerza laboral. En muchos lugares del país, las alumnas de secundaria entre los grados séptimo y 12mo no han podido regresar a la escuela desde que el Talibán tomó el poder, y muchas funcionarias han recibido instrucciones de quedarse en casa. Las autoridades talibanes dijeron que necesitaban tiempo para organizar la segregación por género en escuelas y espacios de trabajo acorde a su estricta interpretación del islam.
En su primer gobierno entre 1996 y 2001, el Talibán conmocionó al mundo al vetar a mujeres y niñas de escuelas y empleos, prohibir la mayor parte del ocio y los deportes y realizar ejecuciones ocasionales ante multitudes en estadios deportivos.
Sin embargo, Muttaqi dijo que el Talibán ha cambiado desde entonces.
“Hemos hecho progresos en administración y en política (...), en interacción con el país y con el mundo. Cada día que pasa ganamos más experiencia y hacemos más progresos”, dijo.
Bajo el nuevo gobierno talibán, señaló, las niñas van a la escuela hasta 12mo grado en 10 de las 34 provincias del país, las escuelas privadas y universidades operan sin impedimento y todas las mujeres que trabajaban en salud han regresado a sus puestos. “Esto demuestra que estamos comprometidos en principio con la participación de las mujeres”, dijo.
El ministro afirmó que el Talibán no ha perseguido a sus rivales y en cambio ha anunciado una amnistía general y ofrecido algunas protecciones. Los líderes del gobierno anterior viven sin amenaza en Kabul, dijo, aunque la mayoría han huido.
Un reporte publicado el mes pasado por el grupo internacional Human Rights Watch denunciaba la ejecución sumaria o desaparición forzosa de más de 100 expolicías y exagentes de inteligencia en cuatro provincias a manos de talibanes. Sin embargo, no ha habido reportes de represalias a gran escala.
Muttaqi acusó al gobierno afgano que asumió el poder tras la invasión de la coalición liderada por Estados Unidos en 2001 de hacer ataques generalizados de venganza contra el Talibán. Cientos de personas desaparecieron o fueron asesinadas y miles huyeron a las montañas, afirmó. El Talibán fue derrocado por acoger a Al Qaeda y Osama bin Laden, que ideó los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Muttaqi insistió que fueron la pobreza y el sueño de una vida mejor, y no el miedo, lo que llevó a miles de afganos a correr al aeropuerto de Kabul a mediados de agosto con la esperanza de viajar a Estados Unidos. El aluvión de gente generó imágenes dramáticas de hombres aferrados a un avión estadounidense C-17 que despegaba, mientras otros caían al suelo al plegarse el tren de aterrizaje.
El Talibán cometió errores en sus primeros meses en el poder, señaló, y “trabajaremos por más reformas que puedan beneficiar a la nación”. No entró en detalles sobre los errores ni las posibles reformas.
Muttaqi replicó a los comentarios del general estadounidense de infantería de marina Frank McKenzie, que dijo la semana pasada a AP que el grupo extremista Al Qaeda había crecido ligeramente en Afganistán tras la marcha de las fuerzas estadounidenses a finales de agosto. McKenzie es el máximo comandante de Washington para Oriente Medio.
En un acuerdo de febrero de 2020 que establecía los términos de la retirada de tropas de Estados Unidos, el Talibán prometió combatir el terrorismo y negar cobijo a grupos terroristas.
Muttaqi dijo el domingo que el Talibán ha mantenido esa promesa y el compromiso de no atacar a las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en la última fase de la retirada, que terminó a finales de agosto.
“Por desgracia, (siempre) hay acusaciones contra el Emirato Islámico de Afganistán, pero no hay pruebas”, dijo Muttaqi. “Si McKenzie tiene alguna prueba, debería presentarla. Con confianza puedo decir que esta es una acusación sin base”.
Por su parte, los milicianos del grupo extremista Estado Islámico han redoblado sus ataques contra patrullas talibanes y minorías religiosas en los últimos cuatro meses. La filial afgana de EI ha atacado mezquitas chiíes en las capitales provinciales de Kunduz y Kandahar, además de realizar ataques frecuentes contra vehículos talibanes.
Sin embargo, Muttaqi dijo que el Talibán ha controlado la situación en las últimas semanas y señaló que no se había producido ningún ataque importante en el último mes. La capacidad de Washington de seguir las actividades del grupo EI en Afganistán se han visto reducidas desde la retirada de tropas.
Muttaqi dijo que no barajaba cooperar con Estados Unidos en la lucha contra EI.
Sí expresó su esperanza de que, con el tiempo, “Estados Unidos cambie, poco a poco, su política hacia Afganistán” conforme vea pruebas de que un país gobernado por el Talibán capaz de valerse por sí mismo es una ventaja para Estados Unidos.
“Mi último mensaje a Estados Unidos, a la nación estadounidense: Ustedes son una gran nación y deben tener suficiente paciencia y tener un gran corazón para atreverse a trazar políticas con Afganistán basadas en reglas internacionales y relegación, y poner fin a las diferencias y acortar la distancia entre nosotros y escoger unas buenas relaciones con Afganistán”.