2021: Fotógrafos de AP captan un mundo en llamas
"Algunos dicen que el mundo acabará en llamas", escribió el poeta Robert Frost. Y durante buena parte del 2021, los fotógrafos de The Associated Press captaron escenas de un mundo que ardía.
En Nueva Delhi, un individuo corrió entre piras funerarias de víctimas del COVID-19. Demasiadas fogatas, demasiado calor, demasiadas víctimas. En una playa cerca de Limni, Grecia, el horizonte se veía iluminado por llamas de incendios forestales del otro lado del Mediterráneo.
Y en La Palma, en las Islas Canarias, el infierno lo generó el volcán Cumbre Vieja. Más de 10.000 millones de metros cúbicos de cenizas produjeron un mundo en blanco y negro, como el negativo de una foto.
No todas las combustiones fueron tan literales.
Hubo feroces expresiones de malestar por todos lados. En Washington, la policía apuntó sus armas a una turba que trataba de ingresar a la Cámara de Representantes. Manifesantes mexicanos que protestaban contra la violencia de género se abalanzaron contra barricadas. Una mujer etíope peleando por cada grano de arveja en Tigray, donde la gente pasa hambre.
Hubo asimismo escenas de sufrimiento y violencia. Estoicos palestinos que llevaron el cadáver de un niño fallecido durante un bombardeo aéreo israelí en Gaza, mientras en otro continente, dolientes lloraban la muerte de un individuo durante manifestaciones de protesta en Myanmar. En Haití, la esposa del presidente asesinado, Martine, dejando un acto de homenaje a su marido en ropa de luto y con un barbijo.
Sucedieron más cosas en el 2021, por supuesto. Algunas divertidas, como Lady Gaga luciendo uno de los vestidos más grandes del mundo en la asunción del presidente estadounidense Joe Biden.
Hubo asimismo momentos de esperanza. Si bien millones de personas murieron por el COVID-19, miles de millones fueron vacunadas. Nazir Ahmed se internó en remotas regiones de Cachemira para vacunar pastores, algunos de los cuales se resistían a ser vacunados. Se lo ve parado en una loma, con su equipo protector, como un emisario de los tiempos del COVID que de alguna manera terminó metido en una nueva versión asiática de “El sonido de la música”.
Hay otras imágenes que recuerdan películas, de una forma medio retorcida.
Esos jinetes con pesados sombreros no son los vaqueros del Viejo Oeste; son agentes fronterizos que acorralan a migrantes haitianos que cruzan el río Bravo para tratar de ingresar a Estados Unidos.
Y el hombre y la mujer pillados en un abrazo apasionado en Barcelona no son personajes de una comedia romántica; detrás suyo hay disturbios relacionados con la detención de un rapero por insultar a la monarquía española. Y arden las llamas en las calles.