Nuncio “intercede” por libertad de opositores en Nicaragua

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MANAGUA (AP) — El nuncio apostólico en Nicaragua, que en 2018 ayudó a la excarcelación de más de un centenar de opositores detenidos por protestar contra el presidente Daniel Ortega, dijo el martes que la Santa Sede “intercede” por la liberación de los reos de conciencia, pero que “por el momento” no ha tenido ninguna respuesta del gobierno.

En una entrevista con The Associated Press, Waldemar Sommertag reaccionó al anuncio de un grupo de dirigentes opositores y familiares de “presos políticos” que la víspera anunciaron que buscarían el apoyo de la Iglesia católica y del nuncio para lograr la libertad de sus parientes.

“La Santa Sede y por supuesto esta Nunciatura Apostólica, desde el primer momento de mi misión en Nicaragua, estamos intercediendo en favor de los más vulnerables, entre ellos los detenidos de todas categorías, incluso los políticos”, afirmó Sommertag.

El nuncio dijo que esta gestión la realiza “siempre, sin esperar peticiones particulares y oficiales”. Sin embargo, aclaró que todavía no ha recibido “ninguna petición concreta” de la oposición o de familiares de detenidos.

En rueda de prensa el lunes la activista opositora Daisy George dijo que volverían a pedirle al Vaticano que interceda por los reos de conciencia como parte de la campaña denominada “Una Navidad sin presos políticos”. “El nuncio era el único canal que teníamos para sacar a los presos” detenidos tras las protestas de 2018, señaló George.

“Estamos estableciendo los canales con el nuncio para obtener su apoyo”, aseguró a su vez Lesbia Alfaro, madre del líder universitario Lesther Alemán, arrestado en junio pasado. Alemán es el estudiante que increpó a Ortega y lo conminó a “rendirse” durante un diálogo nacional convocado al calor de las protestas sociales que el gobierno calificó de “fallido golpe de Estado”.

“Varios familiares me contactan individualmente y (me) ponen al día sobre las condiciones de sus seres queridos”, comentó Sommertag, pero respondió con cautela al ser consultado si se podría esperar una liberación masiva de prisioneros políticos.

“Interceder pienso que es más que justo y necesario... pero al final, lo sabemos muy bien, las cosas dependen del gobierno. Las liberaciones serían un buen inicio”, dijo el representante del papa Francisco. “Interceder significa desear... en este caso la libertad de todos. Ponemos toda la esperanza en Dios”, añadió.

En este sentido, abogó por que los detenidos puedan reencontrarse con sus familias en ocasión de las fiestas de diciembre. “Todos vamos a estar en estas fechas con nuestros seres queridos y lo deseamos también para todos, incluso los detenidos”, expresó.

Sommertag aseguró que las relaciones con el gobierno de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, son “buenas” y restó importancia a la reciente decisión gubernamental de reformar un protocolo del Estado que otorgaba la figura de “decano” al representante de la Santa Sede en Nicaragua, la delegación más antigua en el país.

“La Santa Sede no puede estar molesta porque no es su derecho ocupar el puesto del decano del cuerpo diplomático y por supuesto no busca privilegios. Son los gobiernos (los) que ejercen su libre derecho de entregar el decanato del cuerpo diplomático o a un nuncio o al diplomático más antiguo, según el artículo 16 de la Convención de Viena”, subrayó Sommertag.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Nicaragua hay más de 160 “presos políticos”, incluidos 41 que fueron detenidos como parte de una ola de arrestos entre mayo y noviembre de este año. El grupo incluye a líderes y activistas opositores, periodistas, exdiplomáticos y siete dirigentes políticos que habían anunciado su intención de desafiar a Ortega en los comicios del pasado 7 de noviembre, donde fue reelegido con más del 75% de los votos.

Las elecciones fueron cuestionadas por los adversarios del gobierno y por más de 50 países, entre estos Estados Unidos y el bloque de la Unión Europea, por considerar que Ortega encarceló a sus principales rivales, impidió la participación de tres partidos opositores y no realizó una serie de reformas electorales sugeridas por la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Nicaragua vive una aguda crisis sociopolítica desde la revuelta social que estalló hace casi cuatro años y que fue reprimida por policías y paramilitares. La CIDH señaló que 355 civiles y 23 policías murieron entre abril de 2018 y julio de 2019, mientras que otros 2.000 civiles resultaron heridos y más de 103.000 están exiliados. El gobierno asegura que los opositores son “terroristas” y “criminales” y sólo reconoce 200 fallecidos en las protestas.

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