Xavi Hernández, de pupilo sobresaliente a maestro sabio
Xavi fue de jugador como un actor de reparto, no tenía el protagonismo del equipo en general, pero su visión de juego y su orquesta de pases facilitaban al club una verticalidad constante hacia el arco contrario imposible de contener; ganó todo lo que se podía haber ganado y es de los pocos que tiene dos tripletes como culé en su carrera.
Ahora ha pasado de ser actor a guionista, y con toda su sapiencia ha comenzado de técnico priorizando el orden, para luego restablecer en sus dirigidos la sagacidad y estética que como pupilo disfrutó en la cancha.
El motorcito de Terrassa no había atendido al llamado antes para dirigir al Barcelona porque había un jugador imposible de domar y por más carácter que hubiera implementado seguro habría resultado infructuoso, ese mago era Messi. Pues Xavi compartió con el argentino muchos años y sabía que ninguna dictadura sometía el subversivo y elocuente desempeño de Leo.
Pero las cosas han cambiado y ya no hay oradores que contradigan al nuevo rey que dirige al Barcelona.
Previo a su primer entrenamiento con el equipo de su gloria mostró ante los jugadores los mandamientos a seguir: no llegar tarde a los entrenamientos; alimentarse dentro de las instalaciones bajo supervisión, incluyendo el desayuno; no acostarse tarde al menos días antes de cada juego y evitar cualquier distracción con otros eventos, sin excepciones. Y Piqué ha sentido el latigazo del mandato, ya que no viajará a Madrid para el programa El Hormiguero.
Xavi cree antes que nada en la disciplina y apostará por ese juego estético que valorizó con Pep Guardiola. Ha venido en serio y nadie podrá cuestionar su mano dura, o como lo dice él mismo: "el orden". No hay un mejor momento para darle el voto de confianza a una persona como Xavi, de cualquier manera, haga lo que haga, movimientos, cambios, tácticas, sea lo que sea, todo le saldrá bien.