Reseña: “Eternals” marca muchos hitos, pero peca de excesos
Se puede sentir que “Eternals” será épica desde su primer diálogo: “En el comienzo de todo...”. Así es, la película toma prestadas palabras del Libro del Génesis. El Universo Cinematográfico de Marvel se tornó bíblico.
El alcance de alguna manera encaja. “Eternals” no es sólo otra película sobre el origen de un grupo de superhéroes, sino la creación de un mito para todo el universo Marvel. La cinta abarca del año 5000 a.C. a la actualidad, y describe seres gigantes como dioses que dan forma a las galaxias. Uno casi extraña los viejos tiempos, cuando el mayor drama de las películas de Marvel era si Spider-Man podría evitar que el Doctor Octopus destruyera Nueva York.
Todo comienza de una manera bastante simple. Dirigida por la ganadora del Oscar Chloé Zhao, “Eternals” presenta a 10 seres de una raza inmortal que han pasado 7.000 años en la Tierra defendiéndola de rivales conocidos como Deviants, que se parecen mucho a las bestias de “Alien” pero en esteroides.
La película va hacia adelante y atrás en el tiempo a momentos clave en la historia de la humanidad: Mesopotamia en el año 5000 a.C., Babilonia en el 575, Tenochtitlán en 1521 y Nagasaki en 1945, entre otros. Los Eternals miran cautelosamente desde la distancia mientras la violencia se impone, pues tienen prohibido interferir, ayudados por una banda sonora de canciones apropiadas como “Time” de Pink Floyd y “Feels Like the First Time” de Foreigner.
Marvel se adentró profundamente en sus archivos para esta película, la 26ta de su universo, después de todo, pero debe ser aplaudida por su inclusión. Cuatro de los Eternals son blancos; tres asiáticos, una de los cuales es la primera asiática-estadounidense interpretando a una superheroína; dos son negros y una, Salma Hayek, es latina. Uno de ellos es gay y otra es sorda.
Y hay más novedades: “Eternals” tiene el primer beso gay en la serie de películas de Marvel, un beso entre superhéroes y, muy rápidamente después, la primera escena de sexo entre superhéroes de la serie. Es una lástima que estos hitos hayan tomado tanto tiempo y que ahora estén embutidos en un conjunto de personajes que podrían calificarse como secundarios.
Los Eternals son: Sersi (Gemma Chan), quien puede transmutar materia; Ikaris (Richard Madden), con el don de volar y disparar láser por los ojos; Kingo (Kumail Nanjiani), quien emite explosiones de energía de sus manos, y Sprite (Lia McHugh), quien puede hacer ilusiones pero está atrapada en el cuerpo de una preadolescente.
También está Phastos (Brian Tyree Henry), un inventor superhumano; Makkari (Lauren Ridloff), quien tiene súper velocidad; Druig (Barry Keoghan), con poderes para controlar la mente; Gilgamesh (Don Lee), con una súper fortaleza al golpear, y Thena (Angelina Jolie), que puede crear armas de la nada. La líder del grupo es Ajak (Hayek), una especie de matriarca para los Eternals que tiene el poder de la sanación.
Sus nombres — especialmente Gilgamesh, Thena e Ikaris — recuerdan a mitos antiguos y la película insinúa de manera emocionante que pueden ser las verdaderas figuras detrás de nuestras antiguas leyendas.
Eventualmente cada Eternal toma su propio camino. Uno tiene una finca en Dakota del Sur, dos terminan en una polvorienta zona de Australia, otro enseña historia en Londres. Kingo se convierte en un vanidoso astro de Bollywood que explica su falta de envejecimiento escondiéndose en un falso linaje de actores.
Un nuevo ataque de los Deviant los lleva a reunirse de nuevo y revela algunos triángulos amorosos así como temas no resueltos. (Incluso los extraterrestres eternos necesitan hablar de aquello que mueve sus emociones). En la película, cada vez que un Eternal se reúne con otro, lo presentan a los humanos en sus vidas como “amigos de la universidad”.
En el último tercio de la película, “Eternals” se siente por momentos eterna. Lleva todo el material basado en la Tierra a otra dimensión con la reintroducción de los Celestials, que aparecieron por primera vez en “Guardians of the Galaxy” (“Guardianes de la galaxia”). Son seres cósmicos masivos que parecen robots de juguete gigantes que consideran a los humanos y a los Eternals cosas con las que se pueden entretener y tienen intereses ocultos.
Zhao, cuya película “Nomadland” fue todo lo que esta película no es (sobria, naturalista, mesurada), tiene problemas para controlar tantas cosas al mismo tiempo. Las escenas de combate son repetitivas y los diálogos suelen ser acartonados (“Cuando amas algo, debes protegerlo”, dice un Eternal). El uso de rayos de luz que conectan a los superhéroes es impresionante y los efectos especiales al final son realmente maravillosos, pero la cinta se salva principalmente gracias a Nanjiani, cuyo humor e interpretación lo hace parecer como si estuviera en otra película. Sin él, hay muchos superhéroes de pie con trajes geniales entrecerrando los ojos mucho.
La película realmente nunca termina, simplemente es un preámbulo para la próxima entrega, como están acostumbrados los fans de Marvel ahora. “Eternals” es como las verduras que debemos comer antes de llegar al postre. Y si se quedan para los créditos lo verán: Harry Stiles. Estén preparados.
“Eternals”, un estreno de Walt Disney Co., tiene una clasificación PG-13 (que advierte a los padres que podría ser inapropiada para menores de 13 años) de la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, según sus siglas en inglés) por escenas de “violencia de fantasía y acción, algunos diálogos y escenas sexuales breves”. Duración: 157 minutos. Dos estrellas y media de cuatro.
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En internet: https://www.marvel.com/movies/eternals
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Mark Kennedy está en Twitter como http://twitter.com/KennedyTwits.