Blinken busca impulsar la democracia, respalda a Colombia
BOGOTÁ (AP) — A punto de cumplir 200 años de relaciones diplomáticas, Colombia y Estados Unidos buscan reafirmarse como aliados estratégicos en el hemisferio. En su primera visita oficial a Colombia, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró que el enfoque principal de su viaje es lograr que las democracias de la región “cumplan con los desafíos que enfrentamos” y para eso trabaja junto a sus aliados.
En el marco del Diálogo de Alto Nivel entre Colombia y Estados Unidos, Blinken planteó tres retos conjuntos por la dificultad que implica para cada gobierno asumirlos en solitario: la pandemia, la crisis climática y la migración. Resaltó que Estados Unidos ha realizado donaciones a Colombia para la respuesta en salud y ha trabajado para atender a los dos millones de migrantes venezolanos que permanecen en el país.
A nivel interno el presidente colombiano Iván Duque ha sido cuestionado por no lograr una reunión presencial con el mandatario Joe Biden, con quien sólo ha hablado telefónicamente. La víspera, al ser cuestionado por periodistas por un supuesto quiebre en las relaciones diplomáticas, Blinken aseguró que fue el mismo Biden quien le pidió ir a Colombia en su primer viaje a Sudamérica como secretario de Estado, porque ven en Duque un “amigo muy importante para Estados Unidos” y agregó que Biden ve a Colombia como “la piedra angular en este hemisferio”.
En cuando a la política antinarcóticos, un tema medular en la relación bilateral, Blinken enfocó su discurso en “atacar las raíces del narcotráfico”, lo que se traduce en trabajar contra la inequidad, la corrupción y la impunidad, así como invertir en la prevención y recuperación de quienes están luchando con la adicción a las drogas y “reducir la demanda en Estados Unidos... eso implica invertir en los jóvenes para que no sucumban a la tentación de la droga”.
El secretario de Estado no profundizó acerca de la erradicación forzada de hoja de coca ni a la fumigación aérea de los cultivos con glifosato, esta última una propuesta del gobierno colombiano que se podría materializar en los próximos meses y que genera resistencia en algunos sectores.
Por otra parte, Blinken hizo hincapié en el apoyo del gobierno de Biden al acuerdo de paz firmado hace cinco años entre el Estado y las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Resaltó avances como la dejación de las armas, la participación en política de los excombatientes, la judicialización de los responsables de abusos graves y la creación de 16 curules en el Congreso para las víctimas. Sin embargo, agregó que hay retos como seguir adelante en titulación de tierras e incrementar la presencia del Estado en zonas rurales y construir allí mayores oportunidades económicas.
Durante sus pronunciamientos públicos en Colombia, Blinken ha resaltado la importancia de garantizar los derechos humanos y trabajar en conjunto para mejorar la protección para los periodistas y los defensores de derechos humanos. La Oficina en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha verificado este año 53 asesinatos de líderes sociales y defensores, y otros 26 están en proceso de verificación.
Dos días antes de la llegada de Blinken a Colombia, José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), le pidió por medio de una carta “presionar” a Duque para mejorar la situación de derechos humanos en el país al resaltar que las masivas manifestaciones que se dieron en Colombia desde abril involucraron un “nivel de brutalidad policial sin precedentes” en la historia reciente del país, incluyendo detenciones arbitrarias y asesinatos. HRW investigó y documentó 25 muertes en los que hay presunta participación de la policía.
Con respecto a las denuncias sobre las protestas, Blinken dijo a la prensa que el Estado tiene la responsabilidad proteger el derecho a la protesta pacífica y “defender la ley y el orden y proteger la seguridad y bienestar de sus ciudadanos”. Resaltó las investigaciones en curso sobre posibles abusos por parte de la fuerza pública y la reforma policial impulsada por Duque que incluye la creación de una dirección de derechos humanos en la policía. Sin embargo, dio un espaldarazo a las recomendaciones que hizo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tras una visita de verificación sobre las protestas que implican reparar a las víctimas e investigar y juzgar a los responsables de los delitos cometidos.