Un bosque para sanar de COVID y de estrés en medio de La Paz
LA PAZ, Bolivia (AP) — El vapor de hojas de eucalipto es uno de los remedios caseros más usados en Bolivia contra COVID-19. Hay quienes lo utilizan para limpiar los pulmones y purificar el aire. En La Paz, un bosque con esos árboles regala oxigeno puro con aroma a mentol y es la nueva receta que está impulsando el municipio de la ciudad.
Senderos rústicos que trepan y bajan por el bosque de eucaliptos y cipreses de más de 70 años y de hasta 30 metros de alto invitan a dejar el barbijo. El aire puro y húmedo suaviza los pulmones, el paisaje relaja la vista, los ruidos de la cuidad enmudecen con el canto de las aves y el estrés se va. Eso mismo acaba de experimentar un grupo de jóvenes en su caminata por el “bosquecillo de Pura Pura”, un área protegida de 197 hectáreas al oeste de la ciudad.
“Ruta de la oxigenación”, así la ha bautizado el alcalde Iván Arias después de descubrir los beneficios en una inspección rutinaria de trabajo cuando se recuperaba de COVID-19. Ahora el municipio organiza visitas guiadas con paseos de dos horas y media al bosque conocido como “el pulmón de La Paz”.
Desde el primer mirador todavía se ven los barrios que cuelgan en las laderas y se escuchan los ruidos urbanos, pero a medida que uno se adentra se perciben otros sonidos, arroyos que relajan, la humedad de las quebradas, la vegetación nativa que cambia de colores y el sol que pinta luces de diferentes tonalidades.
“Pasé el COVID en la primera ola. Mi abuelo falleció con el virus, pero este bosque es estupendo para los pulmones. Caminar en medio de la vegetación respirando aire puro claro que ayuda. Ahora entiendo la importancia de corazón ecológico para la ciudad”, dice Osmar Wayta, ingeniero comercial, uno de los integrantes de la caminata.
“El olor del bosque está acá con más de 360.000 árboles y es hogar de aves nativas. Lo hemos habilitado para que la gente se apropie de forma amigable. Es un espacio que da salud, favorece las lluvias y ayuda a mejorar la calidad de vida de la ciudad. Mucha gente vive años y nunca lo ha visitado, ahora estará abierto a todos”, dice el guardaparques René Alejandro Moscoso.
El “bosquecillo de Pura Pura” recibe su nombre por el barrio que lo cobija. Nació hacia 1930 con la construcción de ferrocarril que ya ha desaparecido aunque todavía quedan las rieles. Los ingenieros de entonces trasplantaron miles de eucaliptos traídos de otras partes para estabilizar el terreno y después pasó a ser un área protegida del municipio.
Ahora este pulmón verde ofrece una nueva alternativa para curarse de la pandemia que ha contagiado hasta el martes a 507.134 personas y ha provocado la muerte de 18.877 personas, según datos del Ministerio de Salud.
La pandemia está en desescalada pero las autoridades sanitarias anticipan una nueva ola para noviembre mientras la vacunación avanza lentamente y alcanza al 51% de la población que debe vacunarse.