Rebeldes en Yemen fusilan a 9 acusados de matar a un oficial
SANÁ, Yemen (AP) — Los rebeldes hutíes de Yemen fusilaron el sábado a nueve personas implicadas en el asesinato de un oficial rebelde durante un ataque aéreo de la coalición dirigida por Arabia Saudí hace más de tres años.
La ejecución pública a cargo de un pelotón de fusilamiento tuvo lugar por la madrugada en Saná, la capital, en poder de los rebeldes. Los hutíes distribuyeron fotos que aparentemente mostraban las ejecuciones. Cientos de personas asistieron, en su mayoría hutíes y sus partidarios.
Las ejecuciones tuvieron lugar a pesar de las exhortaciones de defensores de los derechos humanos y abogados a detenerlas y volver a juzgar a los sospechosos. Dijeron que el juicio en una corte controlada por los rebeldes que condenó a muerte a los nueves adoleció de fallas graves.
Los nueve ejecutados estaban entre más de 60 personas que los hutíes acusaron de participar en el asesinato de Saleh al-Samad en abril de 2018. Otro acusado fue el expresidente estadounidense Donald Trump, según documentos judiciales a los que tuvo acceso The Associated Press. También fueron acusados altos funcionarios occidentales, israelíes y del Golfo Pérsico.
Los hutíes acusaron a los nueve de espiar para la coalición saudí, que desde hace años libra una guerra contra los rebeldes para tratar de devolver el poder al gobierno reconocido internacionalmente.
Al-Samad, quien ocupó el cargo de presidente en el órgano político respaldado por los hutíes, fue asesinado junto con seis de sus acompañantes en un ataque aéreo de la coalición encabezada por Arabia Saudí en la ciudad costera de Hodeida.
Los nueve, entre ellos un adolescente de 17 años, fueron arrestados meses después del asesinato de al-Samad. Fueron víctimas de desaparición forzada por meses y retenidos en sitios no revelados donde sufrieron tratos inhumanos, de acuerdo con Abdel-Majeed Sabra, un abogado yemení que representó a uno de los ejecutados.
Las ejecuciones, que fueron transmitidas por grandes pantallas en la plaza Tahrir, causaron indignación en todo el país, aunque la gente se cuida de criticar a los rebeldes por miedo a las represalias.
“No puedo creer lo que acaba de suceder. Esto es un acto de locura y un crimen”, declaró Abdel-Rahman Noah, hermano de uno de los ejecutados, a The Associated Press.
Otra familiar dijo que no esperaba que los hutíes realizaran las ejecuciones.
“Estamos sorprendidos... Pensamos que solo se trataba de una amenaza”, dijo, llorando y a condición del anonimato por temor a represalias de las fuerzas rebeldes.
Los rebeldes no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Sabra, el abogado, dijo que los hutíes posteriormente permitieron a los familiares llevarse los cuerpos para ser enterrados. Ocho fueron trasladados a su poblado natal de Hodeida y un noveno fue enterrado en Saná.