Ratifican veto de 4 años al entrenador de atletismo Salazar
La apelación del entrenador de atletismo Alberto Salazar fue rechazada por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por sus siglas en francés), el cual ratificó su suspensión por cuatro años debido a una serie de infracciones relacionadas con dopaje, una sanción por mucho tiempo buscada por los reguladores estadounidenses.
El TAS anunció la decisión el jueves. Confirmó que su panel de tres jueces había rechazado dos apelaciones, una de Salazar y otra del endocrinólogo Jeffrey Brown. Los vetos fueron impuestos por primera vez en 2019.
Habían apelado también una petición de la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA, por sus siglas en inglés) para sanciones más largas.
Los jueces ratificaron que Salazar, de origen cubano, había violado las reglas antidopaje y su suspensión se ajustó a las normativas actuales, pero no fueron impresionados por la manera en que el caso fue manejado a lo largo de varios años.
En un comunicado, la corte señaló que “la forma en que el caso fue conducido por la USADA y el que la evidencia fue presentada y, en algunos casos, abandonada posteriormente, parece estar fuera de proporción y excesiva cuando se compara con la severidad y consecuencias por las (violaciones) que han sido establecidas”.
Salazar es un excampeón de maratones que, como coach del Nike Oregon Project, entrenó a un gran número de corredores de fondo campeones, entre ellos Mo Farah, Galen Rupp y, por un tiempo, a Kara Goucher. Ninguno de sus excorredores ha sido acusado de dopaje.
Entre las prácticas de Salazar, de acuerdo con la investigación de la USADA, estaba el envío de atletas a la oficina de Brown para que recibieran una infusión de un suplemento llamado L-carnitina en dosis por arriba de lo permitido. El entrenador también experimentó con sus hijos usando geles de testosterona.
Salazar ha insistido en que no incurrió en infracción alguna. El jueves, en un comunicado, se dijo satisfecho de que el TAS hubiera rechazado "el pedido de la USADA par imponer una suspensión vitalicia".
“La decisión ratificó que ningún atleta del Oregon Project estuvo dopado jamás, que ninguna competición fue impactada por estas infracciones técnicas y que yo, en general, me cuidé mucho de asegurar que cualquier nueva técnica, método y sustancia fuera lícita bajo el código de la AMA (Agencia Mundial Antidopaje”, añadió.