El papa pide compasión en el final de su viaje a Eslovaquia

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El papa pide compasión en el final de su viaje a Eslovaquia
El papa Francisco llega para celebrar una misa en la explanada del Santuario Nacional en Sastin, Eslovaquia, el miércoles 15 de septiembre de 2021. (AP Foto/Gregorio Borgia)

SASTIN, Eslovaquia (AP) — El papa Francisco instó el miércoles a los eslovacos a buscar a los más necesitados entre ellos, en una enorme misa al aire libre que atrajo a decenas de miles de personas en plena pandemia del coronavirus. El acto cerraba su primer viaje tras una cirugía.

Una multitud de gente sin mascarilla se congregó para vitorear al papa a lo largo de su ruta por Sastin, a 15 kilómetros (unas 10 millas) de la frontera occidental eslovaca. El papamóvil avanzó despacio mientras el pontífice saludaba y sonreía camino de la explanada donde se celebró la misa.

A la misa asistieron 60.000 personas, según los organizadores, la mayor asistencia a los actos del papa en su viaje.

La misa se celebró en el santuario nacional de la Virgen de los Dolores, el más importante del país y donde san Juan Pablo II rezó en 1995. Cada 15 de septiembre, peregrinos de Eslovaquia y otros lugares acuden a Sastin por el feriado de la patrona del país. En esta ocasión, algunos pasaron la noche en el descampado polvoriento para conseguir un sitio mejor.

“Pueden imaginarse que estoy emocionado porque es de América Latina”, dijo Erick Montalvo, un peregrino mexicano. “Uno se siente como cercano a él por eso. Y es una sensación muy bonita”.

Durante su homilía, Francisco instó a los peregrinos a abrir su corazón a la compasión y vivir una fe “que se identifica con los que padecen, sufren y se ven obligados a llevar pesadas cruces”.

Les pidió que vivieran una “fe que no se mantenga abstracta, sino que se encarne en comunión con los necesitados”, dijo.

La misa era el único acto importante de Francisco el miércoles antes de regresar a Roma tras un peregrinaje de cuatro días a Budapest, en Hungría, y Eslovaquia, un país de mayoría católica romana con 5,5 millones de habitantes.

Los peregrinos tuvieron que demostrar que estaban vacunados contra el COVID-19 antes de recibir un código de barras que les daba acceso al recinto. Unos pocos miles de peregrinos sin vacunar pudieron acceder tras presentar una prueba negativa o certificar que se habían recuperado de la enfermedad. Casi ninguno de los asistentes llevaba mascarilla.

Los casos de coronavirus han subido en el país impulsados por la variante delta. El martes se registraron 760 contagios nuevos, la cifra más alta desde abril. Cuatro personas murieron por COVID-19 el martes, lo que dejó el total del país en 12.566 fallecidos.

Eslovaquia se ha visto muy golpeada por el virus, y a mediados de febrero era el país del mundo del mundo con más muertes per capita por COVID-19.

Ahora tiene una de las tasas de vacunación más bajas de la Unión Europea, con poco más de dos millones de personas que han completado su vacunación.

El final religioso redondeaba un viaje que incluyó delicada diplomacia -Francisco se reunió el primer día con el primer ministro húngaro Viktor Urban, un populista conservador- y un acercamiento a las comunidades judía y gitana de Eslovaquia.

El viaje era el primero de Francisco desde que pasó por una cirugía intestinal para extirpar un trozo de 33 centímetros (13 pulgadas) de su colon en julio. El papa se mostró bien de ánimo y fuerzas durante su ajetreado viaje, al parecer revitalizado por las multitudes tras más de un año recluido en el Vaticano por las restricciones asociadas al COVID-19.

Francisco tiene al menos otros dos viajes previstos antes de final de año: un viaje rápido a Glasgow, Escocia, para participar en la conferencia climática de Naciones Unidas, y una gira en diciembre -aún no confirmada por el Vaticano- a Grecia, Chipre y Malta.

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Karel Janicek informó desde Praga. Philipp Jenne contribuyó a este despacho.

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