Finalistas del US Open son ciudadanas del mundo
NUEVA YORK (AP) — Emma Raducanu conoció a Leylah Fernández en un torneo para jugadoras de 12 años o menos. Por aquellas fechas, una maestra de Fernández le había sugerido abandonar sus sueños de ser tenista.
Ambas comparten su pasión por el deporte y una conexión con Canadá, donde ambas nacieron, si bien Raducanu juega como británica. Ello ayudó a construir una relación rápidamente.
Las dos adolescentes tienen mucho en común, tal vez más de lo que ellas mismas se dan cuenta.
Para la final del Abierto de Estados Unidos, atraerán una audiencia que se extenderá mucho más allá del estadio Arthur Ashe.
“Simplemente pienso en el duelo y lo que estamos viendo – esas dos tenistas están inspirando a muchas niñas”, dijo Jorge Fernández, padre y entrenador de Leylah.
Habrá gente viendo el partido en Asia. La madre de Raducanu nació en China, y la de Fernández es filipino-canadiense. También en América Latina: Jorge Fernández es originario de Ecuador. Y desde luego en Europa, pues el padre de Raducanu es de Rumania.
Y por supuesto en Canadá. Fernández nació en Montreal (aunque lleva varios años radicando en Florida). Raducanu es originaria de Toronto y todavía tiene pasaporte de ese país, aunque su familia se mudó a Inglaterra cuando ella tenía 2 años.
Más allá de ser dos jugadoras magníficas de tenis, estas jovencitas son ciudadanas del mundo.
“Esto sólo puede ser bueno para el tenis y para la WTA”, dijo Jorge Fernández el viernes, durante una videoconferencia en la que habló inglés y español.
Leylah Fernández era relativamente desconocida en Filipinas y Ecuador antes de doblegar a Naomi Osaka, la campeona defensora, en la tercera ronda. Desde entonces, ha llamado la atención en ambos países, donde se mencionan sus raíces familiares.
El tenis hizo que las finalistas de este año viajaran todavía más. En el caso de Fernández, su madre se mudó a California, con el objetivo de apoyar a la familia, mientras que su padre se quedó en Canadá para entrenar.
Ahora viven juntos en Florida, donde Jorge Fernández ha permanecido durante el torneo, dando a su hija consejos por teléfono.
Desde luego, Jorge Fernández ha notado los mensajes de apoyo para su hija, que en los últimos días incluyeron tuits del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso y del primer ministro canadiense Justin Trudeau.
Leylah Fernández no siempre tuvo tal apoyo.
Recuerda haber estado en quinto o sexto grado cuando alguien le sugirió que dejara de prestar tanta atención a su tiro de revés y se concentrara mejor en lo que estaba escrito en el pizarrón del aula.
“Recuerdo a una maestra, que en realidad era muy divertida. En aquel momento no lo era, pero ahora me río”, comentó. “Me dijo que dejara de jugar al tenis. ‘Nunca lo lograrás, mejor concentrate en la escuela', me dijo”.
En vez de ello, su familia buscó impulsarla más. Jorge Fernández recuerda que su hija ganó a los 12 años un torneo en el que participaban tenistas de 16. Quizás ello la preparó para una parte del cuadro del US Open en el que había tres jugadoras ubicadas entre las mejores cinco del orbe.
Las venció a todas ellas en tres sets, incluyendo a Osaka. Ahora, su rival será Raducanu, quien no estaba siquiera entre las mejores 350 del ranking hace unos meses.
De hecho, no tenía garantizado siquiera un lugar en el US Open hace unas semanas. Tuvo que ganarse su pasaje en las rondas clasificatorias.
Nunca antes una tenista proveniente de esas instancias había llegado a la final de un certamen del Grand Slam. En 2018, dentro de la categoría de juveniles de Wimbledon, Raducanu venció a Fernández.
Desde entonces, las dos han adquirido mucho más talento... y seguidores.
“Obviamente, desde aquellas fechas ambas hemos avanzado mucho en nuestro juego y como personas”, resaltó Raducanu. “Estoy segura de que esto será extremadamente distinto a nuestro duelo anterior”.
La última vez que dos adolescentes habían chocado en una final de Grand Slam se remontaba al US Open de 1999. En aquella ocasión, Serena Williams, de 17 años, derrotó a Martina Hingis, de 18,
Fernández buscará darle a Canadá su segunda campeona de 19 años en tres temporadas. Bianca Anreescu doblegó a Williams para ganar el cetro en 2019.
Si aquel duelo pareció marcar un cambio de guardia en el tenis de mujeres, la final del sábado parece el paso siguiente. Las dos rivales nacieron en 2002, con apenas un mes de diferencia.
Raducanu recuerda todavía haber visto la final del Abierto de Francia en 2011, cuando la china Li Na se convirtió en la primera tenista asiática en obtener un cetro en individuales de un gran torneo.
Aquel duelo fue visto por más de 115 millones de personas en China.
“Pienso que, para mí, teniendo una mamá china, ella definitivamente fue un modelo para mí, de trabajo duro y disciplina a una corta edad”, dijo Raducanu. “Pienso que, para mí, cuando era joven, hubo mucha inspiración al ver a Li Na. Incluso ahora me encanta la manera tan fiera en que competía”.
Jorge Fernández percibe que la influencia de su esposa aportó esa misma combatividad en el tenis de su hija.
“Tiene sangre filipina”, recalcó. “Es hermosa”.