EEUU denuncia acoso y agresión a sus ciudadanos en Nicaragua
MANAGUA (AP) — El gobierno de Estados Unidos informó que sus ciudadanos han sido objeto de “acoso y agresión” por parte de “personas enmascaradas” en Nicaragua y recomendó a los estadounidenses no viajar a la nación centroamericana, donde también la pandemia de COVID-19 representa un “riesgo desconocido”.
“No viaje a Nicaragua por COVID-19. Reconsidere viajar a Nicaragua debido a la disponibilidad limitada de atención médica y la aplicación arbitraria de las leyes. Actúe con mayor cautela en Nicaragua debido a la delincuencia”, señaló una alerta de viajes en Nicaragua publicada el viernes en la página web de la embajada de Estados Unidos en Managua.
Según el informe, el gobierno de Daniel Ortega “hace cumplir las leyes de manera arbitraria con fines políticos” y “en todo Nicaragua los funcionarios gubernamentales y las fuerzas del orden continúan apuntando a quienes se oponen” a la administración sandinista, incluidas figuras de la oposición, exiliados, activistas, representantes empresariales, defensores de los derechos humanos y miembros del clero y de la prensa.
Entre las supuestas acciones del gobierno mencionó “detener arbitrariamente a defensores de la democracia; impedir que determinadas personas salgan de Nicaragua por vía aérea o terrestre por motivos políticos; confiscar y/o registrar arbitrariamente propiedad privada, incluidos teléfonos personales y computadoras”.
En su nota el Departamento de Estado también destacó que ciudadanos estadounidenses han informado haber sido objeto de "el acoso y la agresión por parte de personas enmascaradas. Los ciudadanos estadounidenses residentes en Nicaragua también informan un mayor escrutinio del presunto discurso político y un escrutinio adicional por parte de los funcionarios de inmigración”.
Entre los 36 opositores encarcelados desde fines de mayo figura el líder estudiantil Lesther Alemán, que en una sesión del diálogo nacional en mayo de 2018, un mes después del estallido de la revuelta cívica, conminó públicamente a Ortega a “rendirse” y dejar el gobierno.
Lesbia Alfaro, madre del joven de 23 años, declaró a The Associated Press que “teme por su vida”, pues padece de reflujo gástrico y en la cárcel de El Chipote “le dan muy poca comida”.
La mujer dijo que pudo visitar a su hijo sólo una vez, el 1 de septiembre, y que lo encontró “muy flaco, demacrado y deshidratado”. “Lesther pesaba 135 libras antes de caer preso (el 6 de julio pasado) y ahora estará en unas 112. Me dijo que casi no come, que no le dan los jugos que le llevo”, añadió.
La condición de salud de Alemán habría empeorado en las últimas horas. “Su abogado me dijo que ya casi no puede ponerse de pie ni caminar”, dijo Alfaro tras solicitar a la Cruz Roja Internacional que intervenga, para que lo atienda un médico y "no lo dejen morir de hambre”.
La nota del gobierno estadounidense también recomendó estar alerta ante riesgo de “delitos violentos, como el asalto sexual y el robo a mano armada” y advirtió que la mala infraestructura en algunas partes de Nicaragua "limita la capacidad de la embajada para ayudar a los ciudadanos estadounidenses” en casos de emergencia.
En cuanto a la pandemia el documento señaló que los informes locales “indican niveles muy altos de COVID-19” y aconsejó consultar con los Centros de Control de Enfermedades (CDC) antes de viajar al país.
El gobierno nicaragüense no ha adoptado cuarentenas ni otras medidas desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020. Por el contrario, ha promovido actividades políticas, religiosas y deportivas que conllevan aglomeraciones y aumentan el riesgo de contagio, según los especialistas.
La noche del jueves, el presidente Ortega ofreció por primera vez estadísticas sobre la vacunación y dijo que hasta el momento 523.557 nicaragüenses —todos mayores de 45 años— han sido vacunados contra el COVID-19, lo que representa apenas el 18,6% de la meta gubernamental de 2,8 millones de personas, cerca del 44% de la población total.
Ortega anunció que a partir del 20 de septiembre el Ministerio de Salud comenzará a vacunar, siempre de forma voluntaria, a las personas mayores de 30 años que constituyen un segmento poblacional importante en el país.
Hasta ahora en Nicaragua se han registrado 12.350 casos del nuevo coronavirus y 201 fallecidos, según el Centro de Ciencia e Ingeniería en Sistemas de la Universidad Johns Hopkins.