Fuerzas de la región etíope de Tigray matan a 120 civiles
NAIROBI, Kenia (AP) — Las fuerzas de la región etíope de Tigray han matado a más de 120 civiles en los últimos días luego de sufrir pérdidas en el campo de batalla, en lo que sería una de las peores masacres de la guerra de 10 meses, informaron las autoridades el miércoles.
Se han recuperado 123 cadáveres y se esperaba encontrar más, aseguró a The Associated Press el administrador del woreda (distrito) de Dabat, en la región de Amhara, Sewunet Wubalem.
“El ataque del 4 de septiembre fue el más grave, especialmente en la aldea de Chinnaq Teklehaymanot”, agregó el administrador. Afirmó que el ataque comenzó el 27 de agosto después de que las fuerzas etíopes bloquearon un intento de los combatientes de Tigray de apoderarse de la ciudad de Gondar.
Los residentes culparon a las fuerzas de Tigray de saquear, atacar con explosivos y matar a civiles, dijo Sewunet. “Los niños, las madres e incluso los ancianos religiosos también fueron atacados”, aseguró.
El número de muertos podría llegar a 200, calculó el jefe de la Oficina de Salud de Gondar del Norte, Bekele Yitbarek. “Hasta donde yo sé, algunos combatientes (de Tigray) todavía se esconden entre las granjas y continúan con sus asesinatos”, dijo.
El portavoz de las fuerzas de Tigray, Getachew Reda, no respondió de momento a las preguntas sobre el caso. Él le ha dicho antes a la AP que las fuerzas de Tigray no apuntan contra los civiles mientras luchan en las regiones etíopes de Amhara y Afar, pero varios testigos en los últimos días han dicho lo contrario.
El conflicto en la región de Tigray se ha extendido a otras áreas en las últimas semanas, desplazando a cientos de miles de personas. Las fuerzas de Tigray dicen que están tratando de presionar al gobierno para que levante el bloqueo casi total de la ayuda alimentaria y otros suministros esenciales a su región, ya que unas 400.000 personas enfrentan condiciones de hambruna.
Naciones Unidas, Estados Unidos y otros están presionando por un cese del fuego inmediato y un camino hacia conversaciones para poner fin a una guerra que ha matado a miles de personas en el segundo país más poblado de África.