El Salvador: celebran anuncio de beatificación de mártires

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SAN SALVADOR (AP) — La Iglesia católica salvadoreña se congratuló el domingo por el anuncio formulado por el Vaticano sobre la pronta beatificación de dos sacerdotes y dos laicos asesinados por “odio a su fe” por escuadrones de la muerte amparados por los cuerpos de seguridad del país centroamericano entre 1977 y 1980.

El Vaticano informó que el papa Francisco concedió que la celebración de la beatificación del padre Rutilio Grande, dos laicos que lo acompañaban cuando fue atacado, y del sacerdote Cosme Spessotto tenga lugar el 22 de enero de 2022 en San Salvador.

El Papa nombró al cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chevez para que lo represente y presida esa ceremonia en la capital salvadoreña.

“Los cuatro mártires serán reconocidos como beatos de nuestra Iglesia, en unidad de un jesuita, un franciscano y dos laicos, los cuales se unen a monseñor (Óscar Arnulfo) Romero, sacerdote diocesano", dijo durante la homilía el arzobispo capitalino, monseñor José Luis Escobar Alas. "Sus martirios son un testimonio de unidad, aunque en diversos carismas, sin embargo, trabajando juntos por el reino de Dios hasta derramar su sangre por su fe”.

Grande, de 49 años, fue asesinado el 12 de marzo de 1977 junto a Manuel Solorzano, de 72, y Nelson Rutilio Lemus, de 16, cuando conducía un vehículo en una carretera rural del municipio de Aguilares al norte de la capital. El crimen fue atribuido a la entonces Guardia Nacional, uno de los cuerpos de seguridad más represivos y que luego fue disuelto años después.

La Iglesia católica exigió a las autoridades que esclarecieran el crimen, pero nunca se condujo ninguna investigación, ni se juzgó a los culpables.

Grande, un sacerdote jesuita, realizaba su trabajo pastoral en una de las zonas más pobres del país, donde organizó las comunidades eclesiales de bases en las cuales los terratenientes de la zona veían una amenaza a su poder.

El “padre Tilo”, como le llamaban sus amigos y feligreses, era muy amigo de monseñor Romero, que en octubre de 2017 fue canonizado por Francisco.

Fray Cosme Spessotto, sacerdote franciscano, nació en Italia y fue asesinado en San Juan Nonualco, el 14 de junio de 1980, cuando oraba frente al altar de la parroquia de San Juan Nonualco que dirigía desde 1953. Su muerte tuvo lugar en el inicio de la guerra civil que se extendió hasta 1992.

El arzobispo Escobar Alas destacó la labor espiritual y humanitaria desarrollada por el padre Spessotto. “Cuando la guerra inició tuvo el valor de ir tras el paso de la fuerza armada visitando los hogares donde estos dejaban muertos, les rezaba el responso y ayudaba a las familias con los gastos del funeral", aseguró.

"En defensa de la vida de los inocentes les enfrentó a los asesinos, quienes también le mataron a él”, agregó el arzobispo.

Romero, llamado también “la voz de los sin voz” por abogar por los más pobres e indefensos durante la década de 1970, fue asesinado por un francotirador con un disparo al corazón cuando oficiaba una misa en la capilla de un hospital para enfermos de cáncer terminal, el 24 de marzo de 1980. Unos días antes había pedido a los militares en una homilía que “en nombre de Dios y de este sufrido pueblo cesen la represión”.

Desde 1977 hasta 1989, cuerpos de seguridad, escuadrones de la muerte y militares asesinaron a 13 sacerdotes, entre ellos Romero y seis jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). También violaron y asesinaron a tres religiosas norteamericanas.

Mientras tanto, comandos urbanos del entonces guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) asesinaron a Francisco Pecorini, un doctor en filosofía que fue jesuita en sus años de juventud, pero que luego se convirtió en uno de los mayores críticos de los jesuitas de la UCA y del gobierno demócrata cristiano de la época y de los movimientos de izquierda.

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