Haití: Crece desesperación y presión por ayuda tras sismo

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Haití: Crece desesperación y presión por ayuda tras sismo
Un niño llora de dolor en el hospital Inmaculada Concepción en Les Cayes, Haití, el 17 de agosto de 2021, tres días después de un sismo que remeció la parte suroccidental del país. (AP Foto/Matías Delacroix)

LES CAYES, Haití (AP) — La presión crecía el miércoles para que haya una respuesta coordinada luego del terremoto que sacudió Haití el fin de semana, mientras se siguen recuperando cuerpos de entre los escombros y los heridos continúan arribando desde zonas remotas en busca de atención médica. La ayuda llegaba lentamente para asistir a los miles de haitianos que se quedaron sin hogar.

Trabajadores humanitarios internacionales en el lugar señalaron que los hospitales en las zonas más afectadas por el terremoto del sábado están prácticamente incapacitados y existe la necesidad urgente de equipamiento médico. Sin embargo, el gobierno le dijo a Project Medishare, una organización extranjera que ha operado en el país durante casi tres décadas, que no necesitaba de la ayuda de sus cientos de voluntarios médicos.

En tanto, el primer ministro, Ariel Henry, declaró el miércoles que su gobierno trabajará para no “repetir la historia de malas gestiones y coordinación de ayuda”, una referencia al caos posterior al devastador terremoto que remeció al país en 2010, cuando el gobierno fue acusado de no entregar todo el dinero recaudado por donantes a las personas que más lo necesitaban.

A través de su cuenta de Twitter, Henry señaló que se asegurará “personalmente” que en esta ocasión la ayuda llegue a las víctimas.

El Core Group, una coalición de destacados diplomáticos de Estados Unidos y otros países que monitorean la situación en Haití, emitió el miércoles un comunicado en el que declaró que sus integrantes están “comprometidos firmemente a colaborar con las autoridades nacionales y locales a fin de garantizar que las personas y áreas afectadas reciban la asistencia adecuada lo más pronto posible”.

La Dirección de Protección Civil de Haití reportó que la cifra de muertos por el sismo había aumentado de 1.941 a 2.189, y señaló que hay más de 12.000 heridos. El terremoto de magnitud 7,2 destruyó más de 7.000 viviendas y dañó más de 12.000, dejando a unas 30.000 familias sin hogar, indicaron las autoridades. Escuelas, oficinas e iglesias también quedaron destrozadas o sumamente dañadas.

A pesar que algunos funcionarios han insinuado que la fase de búsqueda debe concluir y permitirse el uso de maquinaria pesada para remover los escombros, Henry lució reacio a la idea.

“Algunos de nuestros ciudadanos siguen bajo los escombros. Tenemos equipos de extranjeros y haitianos trabajando en eso”, afirmó.

Hizo también un llamado a la unidad: “Tenemos que unirnos para la reconstrucción de Haití”.

“El país está destruido mental y físicamente”, añadió el primer ministro.

El Servicio Geológico de Estados Unidos indicó que un análisis preliminar de las imágenes satelitales tras el terremoto reveló la existencia de cientos de deslaves.

Las tensiones iban en aumento el miércoles en torno al lento ritmo de las labores de ayuda. En el aeropuerto de la ciudad suroccidental de Les Cayes, una de las zonas más afectadas, decenas de personas se reunieron detrás de la barda de la terminal después de que llegó un vuelo con asistencia y la tripulación comenzó a descargar cajas. Un miembro de la policía nacional de Haití que resguardaba el cargamento tuvo que realizar dos disparos de advertencia para dispersar a un grupo de jóvenes.

Multitudes enojadas se congregaron en edificios desplomados, exigiendo carpas para montar refugios temporales, los cuales son sumamente necesarios ahora, luego de que la tormenta tropical Grace provocó fuertes lluvias el lunes y martes.

Una de las primeras entregas de comida por parte de las autoridades locales —un par de decenas de cajas de arroz y paquetes de alimentos previamente medidos y empaquetados— llegó a un campamento instalado en una de las zonas más pobres de Les Cayes, donde la mayoría de las viviendas de un piso, hechas con bloques de hormigón y techos de láminas de metal, resultaron dañadas o fueron destruidas por el sismo del sábado.

Pero el cargamento era evidentemente insuficiente para los cientos de personas que llevan cinco días viviendo en tiendas de campaña y carpas.

“No es suficiente, pero haremos todo lo que podamos para asegurarnos de que todos reciban al menos algo”, comentó Vladimir Martino, un representante del campamento que se hizo cargo de distribuir el valioso cargamento.

Gerda Francoise, de 24 años, era una de las decenas de personas que se formaron bajo el sofocante calor con la esperanza de recibir algo de comida. “No sé lo que voy a recibir, pero necesito algo para llevar a mi tienda”, señaló. “Tengo un hijo”.

El doctor Barth Green, presidente y cofundador de Project Medishare, hizo notar que cuentan con “cientos de voluntarios médicos, pero el gobierno haitiano nos dice que no los necesitan”.

Indicó que de todas formas Project Medishare las está enviando, al igual que otras organizaciones. Dijo que sintió que el gobierno está actuando con cautela después de haber tenido malas experiencias con ayuda extranjera en desastres previos.

El sismo acabó con muchas de las fuentes de alimentos e ingresos de las que dependen los pobres para sobrevivir en Haití, un país que además lidia con la pandemia del coronavirus, el aumento en la violencia y el asesinato del presidente Jovenel Moïse el 7 de julio.

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Los periodistas de The Associated Press Trenton Daniel en Nueva York; Christopher Sherman y Regina García Cano en la Ciudad de México, y David McFadden en Baltimore contribuyeron a este despacho.

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