Nueva Zelanda se disculpa por antiguas redadas a inmigrantes

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WELLINGTON, Nueva Zelanda (AP) — La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, se sentó inmóvil el domingo mientras miembros de la comunidad de islas del Pacífico colocaba una gran tela blanca sobre ella que la cubrió por completo. Poco después levantaron la tela y la abrazaron.

El acto formaba parte de una conmovedora ceremonia en el Ayuntamiento de Auckland en el que Ardern se disculpó oficialmente por una parte de la historia del país con fuertes connotaciones racistas conocida como las Redadas de Amanecer.

A mediados de la década de 1970 se hicieron redadas para deportar a inmigrantes del Pacífico, en agresivos allanamientos de viviendas para que las autoridades localizaran, condenaran y deportaran a personas que habían sobrepasado su visa. Las redadas se hacían a menudo de madrugada o a última hora de la noche.

Al quedar cubierta por la tela, Ardern participaba en un ritual tradicional samoano conocido como ifoga, en la que una persona se presta a una especie de humillación pública para pedir disculpas.

Ardern dijo ante cientos de asistentes al acto que el gobierno ofrecía una disculpa formal y sin reservas.

“El gobierno expresa su dolor, remordimiento y arrepentimiento porque las Redadas de Amanecer y los controles policiales aleatorios tuvieran lugar, y que estas acciones se considerasen apropiadas en algún momento”, dijo la mandataria.

En la época de las redadas, muchas personas del Pacífico habían viajado a Nueva Zelanda con visas temporales para ayudar a cubrir un déficit de trabajadores en las fábricas y campos de cultivo del país. Pero el gobierno pareció volverse contra la comunidad al decidir que esos trabajadores ya no eran necesarios.

Los que no tenían aspecto de neozelandeses blancos recibieron instrucciones de ir siempre identificados para demostrar que no eran personas que hubieran sobrepasado su visa y a menudo se les daba el alto por la calle o incluso en escuelas e iglesias. Aunque en esa época muchos de los residentes que habían superado su tiempo de estancia autorizada eran británicos o estadounidenses, sólo se perseguía a los inmigrantes del Pacífico para las deportaciones.

Ardern señaló que si bien las redadas ocurrieron hace más de 50 años, su legado seguía en vigencia.

“Permanece fresco en la memoria de los que se vieron directamente afectados. Pervive en el golpe a la confianza y la fe en las autoridades. Y pervive en las reclamaciones no resueltas de las comunidades pacíficas de que estos actos ocurrieron, y que a día de hoy no han sido abordadas”, dijo.

Ardern señaló que como gesto de buena voluntad, el gobierno financiaría nuevas becas educativas y de formación a personas de las comunidades pacíficas y ayudaría a elaborar un recuento oficial de las redadas a partir de documentos escritos y testimonios.

La princesa de Tonga Mele Siu’ilikutapu Kalaniuvalu Fotofili afirmó que el impacto de las Redadas de Amanecer había afectado a su comunidad durante generaciones.

“Damos las gracias a su gobierno por tomar la decisión correcta de disculparse”, dijo a Ardern. “De corregir el tratamiento extremo, inhumano, racista e injusto, de forma específica contra mi comunidad, en la era de las Redadas de Amanecer”.

La princesa señaló que si bien algunos miembros de su comunidad podrían haber cometido ilegalidades en esa época, eso no justificaba las medidas extremas en su contra.

Sin embargo, señaló que el gobierno neozelandés podrá mejorar su respuesta a necesidades migratorias actuales, un comentario que provocó una gran ovación. Señaló que se habían presentado peticiones para buscar formas de acceso a la residencia legal para personas con visa y que hubieran superado su estancia autorizada.

La disculpa no incluía una compensación económica mayor ni cambios legales, pero muchas personas con raíces en el Pacífico dijeron que suponía un importante primer paso.

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