Pasa del ciclismo de montaña en Tokio al esquí en Beijing
IZU, Japón (AP) — Apenas concluyó la competencia de ciclismo de montaña en un barroso terreno en los Juegos Olímpicos de Tokio, Jaqueline Mourao empezó a enfocarse en su próxima justa olímpica. Dentro de siete meses, en Beijing.
Luego de completar sus séptimos juegos olímpicos, la brasileña de 45 años irá por los octavos, los Juegos de Invierno de febrero próximo, montada en sus esquíes.
Planea competir en la prueba de esquí a campo traviesa, con lo que quedaría cuarta en la lista de deportistas con más presentaciones olímpicas.
“Tengo que hacer una transición grande en poco tiempo", declaró Mourao, quien terminó 35ta entre 38 competidoras en el ciclismo de montaña, prueba realizada en una colina boscosa al sudoeste de Tokio. “En marzo dejé de practicar el esquí y en abril, mayo, junio y julio me concentré en el ciclismo de montaña. Ahora tengo que enfocarme en sacar músculo y fortalecer mi cuerpo”.
Mourao, quien es de Belo Horizonte, hizo su debut olímpico en el ciclismo de montaña en los juegos del 2004 en Atenas. Volvió a esa competencia cuatro años después en Beijing —sí, Mourao será la primera deportista que competirá en juegos de verano e invierno en una misma ciudad—, para luego alejarse del deporte por una década.
Durante ese período, esta mujer de un país cálido como Brasil, se abocó al esquí.
Empezó a esquiar a los 29 años y quedó encantada con muchas cosas que sus compatriotas detestan. El hecho de que pocos brasileños esquían le permitió clasificarse a los juegos de invierno del 2006 en Turín.
Regresó cuatro años después en Vanocuver. También empezó a hacer tiro y se clasificó para la prueba de campo traviesa y el biatón de Sochi. En el 2018 compitió solo en esquí en Pyeongchang.
No es la única brasileña que compite en sus séptimos juegos olímpicos este año. La futbolista Formiga, el jinete Rodrigo Pessoa y el navegante Roberto Scheidt también disputan sus séptimos juegos en Tokio.
Pero ninguno planea competir dentro de seis meses en Beijing.
“Volví al ciclismo de montaña mucho más fuerte tras dedicarme al esquí”, expresó Mourano, quien no participó en los juegos de verano del 2016 en Río de Janeiro. Por entonces estaba dedicada exclusivamente al esquí.
“Me ayuda también porque disfruto más vovler al ciclismo”, manifestó. “Antes estaba en la bicicleta los 12 meses del año. Ahora esquío en el invierno y regreso llena de dicha a la montaña. Me hace bien a la cabeza”.
El jinete candadiense Ian Miller es la figura que más veces participó en los juegos olímpicos, con diez presentaciones. Los navegantes Hubert Raudaschl (austríaco) y Afanasijs Kuzmins (Unión Soviética y Letonia) suman nueve.
Ninguno de esos deportes, no obstante, tienen las exigencias físicas del esquí, disciplina en la que los deportistas de elite son generalmente veinteañeros. Los dos deportes requieren aptitudes técnicas y fuerza cardiovascular y en las piernas, que disminuye con el paso del tiempo.
Hay algunos precedentes de deportistas que compitieron en ciclismo y en deportes de invierno.
La checa Katerina Neumannova estuvo en seis juegos olímpicos como ciclista y esquiadora de campo traviesa. La búlgara Evgeniya Radanova y la canadiense Sarah Hughes también estuvieron en seis justas en ciclismo y esquí. Hughes ganó un oro, una plata y dos medallas de bronce en esquí y dos de bronce en ciclismo.
Mourao se distingue de todas ellas en el hecho de que viene de un país ecuatorial, caluroso y donde casi no hace frío en invierno. Es muy raro encontrar nieve.
“Disfruto cada momento porque sé que estos serán mis últimos juegos en ciclismo de montaña", dijo Mourao, quien tiene dos hijos que la alientan desde su casa. “Me siento feliz, realizada. Estuve alejada del ciclismo de montaña diez años, del 2008 al 2018. Cuando decidí retomarlo, gané el campeonato brasileño, gané una medalla en los Juegos Panamericanos y ahora corono mi carrera (ciclística) con una presentación en los Juegos Olímpicos”.