Familia salvadoreña lucha por unirse a pesar de ley de Trump
WASHINGTON (AP) — Una familia salvadoreña lucha por reunirse en Estados Unidos a pesar de que una norma impuesta por el expresidente Donald Trump se lo impide.
La normativa -conocida en Estados Unidos como Title 42- permite a la Patrulla Fronteriza devolver a México de forma inmediata a los migrantes que llegan a la frontera durante la pandemia de COVID-19.
Eso fue lo que les ocurrió a Glenda, de 40 años, y a su hijo de casi 16. Ambos fueron retornados a México hace tres semanas tras presentarse ante agentes fronterizos y ahora están varados en un campamento de migrantes en Reynosa, durmiendo en el suelo en espera de poder ingresar a Estados Unidos.
“Yo no puedo volver a El Salvador porque corremos peligro mi hijo y yo”, dijo Glenda, quien prefiere no dar su apellido para mantener su privacidad ni dar tampoco el nombre de su hijo.
“Estamos a la intemperie. Nos cae lluvia. Hay una carpa pero entra el agua”, dijo la salvadoreña durante una entrevista telefónica con The Associated Press.
“En la frontera ellos no me dieron una oportunidad de explicarles mi caso, de por qué yo venía, qué era lo que me pasaba. Ellos no me preguntaron nada. Me tomaron huellas y todos los que estábamos allí, al rato, como a la hora, ya nos dijeron ‘súbanse, todos ustedes están deportados’. Nos preguntábamos por qué”, dijo la inmigrante con la voz entrecortada por el llanto.
Glenda, una madre soltera, y su hijo dicen que huyeron con miedo de El Salvador hace unos dos meses debido al acoso que sufrían por parte de las pandillas. Glenda sufre lupus sistémico, una enfermedad autoinmunitaria.
Activistas en defensa de los derechos de los inmigrantes le han pedido al presidente Joe Biden que elimine el Title 42, al asegurar que Trump usó la excusa del COVID-19 para negar la entrada a migrantes que quieren pedir asilo. Los activistas aseguran que los migrantes huyen de situaciones peligrosas y tienen derecho a pedir asilo en Estados Unidos.
El actual gobierno excluyó a los menores no acompañados del Title 42 y también ha permitido la entrada a Estados Unidos de algunas familias, pero a otras las devuelve a México. Muchos de los inmigrantes adultos que llegan solos son, de momento, retornados de forma inmediata.
“Están dejando a algunas familias entrar a Estados Unidos todos los días, pero es un número limitado y se supone que deben ser casos donde hay razones humanitarias por las cuales pueden entrar,” dijo Conchita Cruz, codirectora ejecutiva del Asylum Seeker Advocacy Project, que ayuda a solicitantes de asilo y a Glenda.
“Lo que sucede con Glenda y su enfermedad sería una de estas razones humanitarias. Ellos (Glenda y su hijo) han intentando ser identificados para ese programa, pero no funciona para todo el mundo ,” agregó Cruz.
Más de 2.800 kilómetros al norte de Reynosa, la sobrina de Glenda, llamada Jacqueline Flores, les espera ansiosa en el estado de Virginia donde vive con su hija de 11 años y otros familiares. Jacqueline y Glenda se comunican constantemente por WhatsApp.
Flores dijo durante una entrevista con AP que por su condición de salud Glenda no debería estar sin casa, viviendo en un campamento.
"Mi tía ahorita está con gripe, está mal de salud. Ellos están tristes, decepcionados, pero ellos esperan que tarde o temprano cambie la ley porque regresar a su país sería sentenciarse a la muerte ellos solos,” dijo Flores.
Según la organización Human Rights Watch, la Patrulla Fronteriza ha llevado a cabo desde marzo de 2020 más de 642.700 expulsiones debido al Title 42.
Varios reportes en medios de comunicación indican que el gobierno de Biden planea acabar con Title 42 de forma gradual, primero permitiendo a las familias pedir asilo y más adelante a los adultos que lleguen solos. Portavoces de la Casa Blanca no respondieron a preguntas de AP respecto del tema.
Flores, quien limpia casas en Virginia, es miembro del Asylum Seeker Advocacy Project y participa en llamadas con periodistas para pedir al gobierno estadounidense que permita a su tía Glenda y a otros pedir asilo.
Flores huyó de El Salvador debido al acoso de los pandilleros y llegó a la frontera en 2015 con su hija, de entonces cinco años. Estuvo detenida unos tres o cuatro meses. En la actualidad cuenta con un estatus llamado “withholding of removal”, en inglés, que evita su deportación.
“Yo lo que pido es que ayuden a mi familia porque mi tía tiene lupus, entonces me gustaría mucho que puedan ayudarla, pero también que ayuden a todas las personas inmigrantes, a todos los que nos acercamos a la frontera a pedir asilo y que seamos escuchados”, dijo Flores. “Pedimos ser recibidos porque creo que, como seres humanos, todos necesitamos sentir protección”.