FMI aconseja a Luis Arce liberalizar la economía boliviana
LA PAZ (AP) — El Fondo Monetario Internacional destacó el desempeño económico de Bolivia en medio de la pandemia y recomendó al gobierno del presidente izquierdista Luis Arce aplicar una “flexibilidad cambiaria a mediano plazo” y eliminar gradualmente los controles de precios en un reciente análisis de la economía del país andino.
Según el informe, durante 2020 la economía boliviana se contrajo un 8,8% pero a su vez el país redujo las importaciones, lo que alivió el creciente déficit fiscal, al tiempo que la caída de precios de los alimentos desaceleró la inflación anual que se ubicó en 0,67%, la más baja en una década según el Instituto Nacional de Estadística.
El FMI prevé un crecimiento económico para este año del 5% gracias a un aumento de los precios de las materias primas (minería e hidrocarburos).
El organismo recomendó una devaluación de la moneda a mediano plazo para evitar “shocks exógenos” futuros y pérdida de reservas, así como “eliminar gradualmente las restricciones a los precios y a las exportaciones y reducir los subsidios a empresas estatales”.
Hace una década que Bolivia no devalúa su moneda y el gobierno de Arce dijo que mantendrá esa política. A su vez mantiene los controles de precios para resguardar el abastecimiento interno a pesar del rechazo de los agroexportadores.
Arce, quien fue ministro de Economía de Evo Morales (2006-2019), no ha cambiado la política estatista que él llama “modelo económico social comunitario productivo” y cuya clave es la administración estatal de los recursos económicos y el control de precios -incluidos los del los combustibles y alimentos-. El gobierno ha atribuido a esa política la estabilidad y el crecimiento con tasas por encima del promedio regional.
Sin embargo, expertos y empresarios han advertido que ese modelo está agotado por efecto de la pandemia y han propuesto ajustes graduales para evitar un deterioro económico por un acelerado endeudamiento -equivalente al 31% del Producto Interno Bruto- y un creciente déficit fiscal que el año pasado llegó a 12% del PIB.
En su gobierno Morales cuestionó al FMI y rechazó sus recomendaciones. El examen del organismo a la economía boliviana es el primero en mucho tiempo. El gobierno no se ha pronunciado sobre las recomendaciones.