Venezuela celebra 200 años de batalla independentista
CARACAS (AP) — El gobierno del presidente Nicolás Maduro celebró el jueves los 200 años de la batalla de Carabobo, decisiva en la independencia de Venezuela, un país que posee las reservas de crudo más grandes del mundo pero está sumido en la peor crisis económica de su historia.
Las arcas del gobierno sufren en parte por las sanciones estadounidenses y en buena medida por el colapso de la industria petrolera que los críticos del gobierno atribuyen a una mala gestión y a la corrupción en la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) bajo la administración de Maduro y de su antecesor, el fallecido expresidente Hugo Chávez.
La situación se agravó después de que Washington congeló todos los activos del gobierno venezolano en Estados Unidos y prohibió a los estadounidenses hacer negocios con Caracas para presionar a Maduro a dejar el poder.
La debacle de Venezuela se evidencia también en la ausencia de grandes obras conmemorativas que tradicionalmente acompañaron los festejos patrios en el país sudamericano.
El general Juan Vicente Gómez, que gobernó de facto entre 1908 y 1935, celebró el centenario de la batalla de Carabobo inaugurando obras monumentales en la otrora próspera Venezuela.
Ahora, 100 años después, el gobierno de Maduro -asediado por sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos y otros países que desconocen su reelección en 2018 por considerar que los comicios fueron fraudulentos- se enfocó principalmente en realizar reparaciones del alumbrado público, promover concursos de murales, asfaltar las calzadas resquebrajadas que abundan en los centros poblados del país y restaurar monumentos, entre otros espacios públicos.
La celebración, como es tradicional, incluyó la realización de un desfile en el estado central de Carabobo, unos 150 kilómetros al oeste de Caracas, en la que destacó la ausencia de Maduro. El 24 de junio también se celebra el Día del Ejército.
En un saludo televisado dirigido a los militares, previo al desfile, desde Caracas, Maduro afirmó que los venezolanos “están de pie, hoy más rebeldes que nunca, más revolucionarios que nunca, libres, soberanos e independientes”.
Maduro no viajó a Carabobo y en la tarde, desde Caracas, encabezó una reunión cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) con motivo del bicentenario de la Batalla. En la cumbre estuvieron presentes el mandatario boliviano, Luis Arce, el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, y su homólogo de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves.
Bolivia, Cuba, Nicaragua, Dominica y San Vicente y las Granadinas son algunas de las naciones que integran esta organización.
A la cumbre también asistieron los exgobernantes de Ecuador y Bolivia, Rafael Correa y Evo Morales, respectivamente.
El desánimo, empero, parece reinar entre los venezolanos, quienes a diario tratan de esquivar los embates de la crisis.
“Para mi es un día como cualquiera”, dijo María Pinto, un ama de casa de 37 años, a quien el dinero apenas le alcanzó para comprar dos cebollas, un tomate y dos huevos para preparar la comida del día. “Es triste decirlo, pero no hay nada que celebrar”.
En la actualidad 15 huevos tienen un costo de 4,7 millones de bolívares o 1,50 dólares, por lo que, ante la imposibilidad de muchos de comprar el paquete, las tiendas minoristas han optado por vender esa proteína por unidad. De acuerdo con cifras del Programa Mundial Alimentación de la ONU, la mayoría pobre del país tiene una dieta deficiente.
El ingreso mínimo que obtienen la mayoría de los trabajadores es de unos 10 millones de bolívares, unos 3,14 dólares al mes. En Venezuela, que cursa su sexto año en recesión y una inflación de cuatro dígitos, los salarios se fijan en bolívares y los precios tienen como referencia su valor en dólares.
“No pasamos hambre porque mis hermanos que se fueron del país nos ayudan con 40 o 50 dólares al mes y nos mandan una cajita con las medicinas que necesita mi mamá” que son muy costosas, agregó Pinto.
En los últimos años millones de venezolanos han dejado el país en busca de mejores condiciones de vida, una dolorosa contradicción en una nación que en el pasado se distinguió por recibir a millones de inmigrantes que huían de la guerra y otras penurias de Europa y países vecinos.
Paralelamente muchos venezolanos son reacios a participar en los actos públicos en fechas patrias, en buena medida por la creciente vinculación de esas gestas con el partido gobernante desde 1999.
Chávez y Maduro han vinculado su proyecto político socialista con el pensamiento de Simón Bolívar, quien encabezó la liberación de gran parte del continente americano del colonialismo español durante el siglo XIX.
“Como Bolívar aquí estamos luchando. Tratan de someternos, pero esta revolución bolivariana, chavista y antiimperialista, no se rinde”, exclamó José Peña, un jubilado de 61 años.