Maduro critica a EEUU por no donar vacunas a Venezuela
CARACAS (AP) — El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó el jueves que el país no figure en el grupo que recibirán el donativo de vacunas contra el COVID-19 dispuesto por el gobierno de su homólogo estadounidense Joe Biden.
Dirigiéndose a James Story, titular de una oficina estadounidense para asuntos de Venezuela desde Bogotá, Maduro manifestó que en este caso se evidenciaría que en Washington “odian y desprecian a Venezuela porque somos rebeldes”. Biden anunció el jueves que Estados Unidos donará un primer lote de 25 millones de dosis y prometió reforzar las capacidades de vacunación en Centroamérica, Sudamérica, Asia, África y otras regiones, donde la adquisición de los fármacos ha sido escasa.
“No solo persiguen para que nadie venda vacunas a Venezuela sino que, además, cuando pueden, abren el corazón podrido que tienen para mostrar su miseria y su odio contra los venezolanos”, afirmó Maduro en alusión a las sanciones económicas estadounidenses que buscan presionarlo para que deje el poder.
Maduro agregó que, de cumplirse el cronograma de suministro de las vacunas que ha comprado Venezuela, a pesar de la “persecución” del gobierno de Estados Unidos, en el mes de octubre volverán a reanudarse las clases presenciales.
Story, por su parte, desmintió “rotundamente” la versión de que Estados Unidos “no donará vacunas” al país señalando que “Reiteramos nuestra voluntad en resolver la crisis humanitaria que enfrenta Venezuela, por lo que hemos donado más de 1.200 millones de dólares”.
“Nuestro enfoque es ayudar al pueblo de Vzla (Venezuela) pero es necesario que exista un sistema transparente para vacunar. Constantemente evaluamos la situación para futuras donaciones. EEUU apoya plenamente un esfuerzo sólido de vacunación que pueda llegar a todos los ciudadanos” venezolanos, acotó el diplomático estadounidense en la noche del jueves a través de Twitter.
El gobierno de Maduro rompió relaciones con Washington en 2019 alegando que impulsa planes para desestabilizar su gobierno y forzar su derrocamiento.
La semana pasada, Caracas anunció que consignó la totalidad del monto requerido para beneficiarse del mecanismo COVAX en un momento en que busca dar un fuerte impulso a su plan masivo de vacunación.
A través del COVAX, un programa creado por Naciones Unidas con el fin de facilitar un acceso equitativo a la inmunización, llegarán al país sudamericano 11.374.400 dosis de la cesta de vacunas que proporciona. Esto representa el 20% de las necesarias para inmunizar a la población venezolana, estimada en cerca de 30 millones de personas.
La Organización Panamericana de la Salud había dicho previamente que Venezuela pagó 101 millones de dólares para asegurar las vacunas del COVAX y que faltaban por cancelar 18 millones.
Venezuela inició la primera fase de vacunación el 18 de febrero centrándose en el sector sanitario, la seguridad y la educación.
Las autoridades venezolanas afirman que al menos 90% de los trabajadores del sector salud fueron vacunados, así como varias decenas de miles de voluntarios que participan en los esfuerzos del gobierno para detectar contagios en visitas domiciliarias en los principales centros de población, pero no ofrecieron más detalles.
Los críticos de Maduro, entre los que se encuentra Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana, sostienen que entre las alrededor de 500.000 trabajadores del sector sanitario se han inoculado apenas unas 200.000 dosis.
Desde el 13 de febrero, Venezuela ha recibido varios cientos de miles de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, de un total de 10 millones acordados en diciembre entre Caracas y Moscú.
Además, el 1 de marzo Venezuela recibió 500.000 dosis de Vero Cell, la vacuna desarrollada por la empresa estatal china Sinopharm, donadas por el gigante asiático. El 23 de mayo, Maduro anunció la llegada de 1,3 millones de vacunas de China, sin dar más detalles.
En Venezuela, donde el coronavirus no ha azotado con tanta fuerza como en otros países sudamericanos, se han registrado cerca de 2.700 fallecidos y más de 236.000 positivos, de los cuales unos 16.300 se mantienen activos, según los datos oficiales.