Estudio: Lobos ahuyentan a venados y reducen choques en 24%
WASHINGTON (AP) — El ecologista Rolf Peterson recuerda haber conducido por carreteras remotas de la península superior de Michigan y observar tramos repletos de venados muertos. Pero eso cambió tras la llegada de los lobos grises a la región, procedentes de Canadá y Minnesota.
“Cuando los lobos llegaron en las décadas de 1990 y 2000, las colisiones entre venados y vehículos se redujeron drásticamente”, dijo el investigador del Tecnológico de Michigan.
Recientemente, otro equipo de científicos ha recabado datos sobre los choques viales y los movimientos de los lobos en Wisconsin, para cuantificar de qué manera la llegada de estos depredadores a la región ha afectado la frecuencia de las colisiones entre venados y vehículos. Descubrieron que esto creó lo que los científicos llaman un “paisaje del miedo".
“En un periodo bastante corto, una vez que los lobos colonizan un condado, las colisiones entre venados y vehículos se reducen hasta en un 24%”, dijo Dominic Parker, economista de recursos naturales en la Universidad de Wisconsin, campus Madison, y coautor del nuevo estudio, el cual se publicó el lunes en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.
La disminución en la población de venados por la acción de los lobos y los cambios en el comportamiento de los venados temerosos fueron factores que influyeron en el descenso de las colisiones, indicó Parker.
“Cuando se tiene a un gran depredador ello impacta en el comportamiento de las presas”, aseguró. “Los lobos se valen de los rasgos lineales de un paisaje para usarlos de corredores de desplazamiento, tales como caminos, ductos y arroyos. Los venados aprenden esto y pueden adaptarse manteniéndose alejados”.
Los lobos grises, una de las primeras especies protegidas por la Ley de Especies en Peligro de Extinción de 1973, fueron reintroducidos al Parque Nacional de Yellowstone en 1995. Pero en otras regiones de Estados Unidos los lobos grises se han dispersado de manera natural. Ahora su población en los 48 estados contiguos es de unos 5.500 ejemplares.
El nuevo estudio indicó que la presencia de lobos, de mala reputación entre los rancheros cuyo ganado está entre sus presas, también puede ahorrar gastos de manera indirecta al reducir las colisiones entre venados y vehículos. Un estudio realizado por el Departamento de Transporte en 2008 estimó que ese tipo de accidentes generan costos por más de 8.000 millones de dólares anuales.
“La mayoría de los estudios económicos sobre los lobos han sido negativos, enfocándose en la pérdida de ganado”, dijo Dave Mech, un investigador del Servicio Geológico de Estados Unidos en Minnesota que no participó en el nuevo estudio, el cual elogió. “Pero los lobos también modifican los ecosistemas de muchas maneras, aunque eso es difícil de medir desde un punto de vista económico”.
Algunos estudios han examinado los ingresos que genera el turismo de los observadores de lobos en Yellowstone, pero esos fondos no fluyen directamente a las comunidades que comparten territorio con los lobos, dijo Jennifer Raynor, economista de recursos naturales en la Universidad Wesleyan y coautora del nuevo informe.
“Queríamos echar un vistazo a las otras maneras en que los lobos impactaron a la región”, comentó Raynor. “Estas colisiones vehiculares están sucediendo, o no, en zonas rurales, al igual que las pérdidas del ganado”.
Peterson, quien no participó en el estudio, declaró: “Si acaso, los investigadores infravaloraron los costos de las colisiones entre venados y vehículos. La dimensión más profunda de estos costos por los choques puede incluir gastos médicos significativos y, en ocasiones, la pérdida de vidas humanas”.
Un estudio realizado en 2016 reveló que la presencia de pumas redujo hasta en un 22% el número de colisiones entre venados y vehículos en partes del este de Estados Unidos
El estudio de los lobos “se suma a la creciente sensibilización de que los científicos deberían tomar en cuenta los costos y los beneficios de tener a carnívoros de gran tamaño en el paisaje”, dijo Adrian Treves, biólogo de la conservación en la Universidad de Wisconsin y quien no formó parte del estudio.
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Christina Larson está en Twitter como: @larsonchristina