Enclave africano español trata de manejar oleada migratoria
CEUTA, España (AP) — Miles de migrantes que se han convertido en peones en una disputa diplomática entre Marruecos y España despertaron el miércoles con un futuro incierto, después de dormir donde pudieron tras llegar al enclave norteafricano de Ceuta en el país europeo.
Los servicios sociales de la pequeña ciudad ubicada en un afloramiento en el Mediterráneo sucumbieron ante la presión después de que más de 8.000 personas cruzaran a territorio español los últimos dos días.
Agotados por escalar una valla fronteriza doble o arriesgar sus vidas nadando alrededor de un rompeolas para llegar a una playa en el lado europeo, muchos migrantes pasaron la noche en depósitos abarrotados vigilados por policías españoles.
“Hay que tener en cuenta que muchísimas personas han llegado a la ciudad y que nunca habíamos tenido una llegada de tal magnitud”, dijo a The Associated Press la portavoz de la Cruz Roja, Isa Brasero. “La ciudad sí tiene medios y recursos para atender a todas las personas llegadas a costa pero obviamente nunca esperas que te pase una situación de estas características”, agregó.
El Ministerio del Interior de España dijo que ha devuelto a más de la mitad de los migrantes. Entre ellos se encontraban algunos que parecían tener menos de 18 años y que los periodistas de AP vieron a la policía española regresarlos a la frontera. La ley española estipula que las autoridades deben poner bajo resguardo a los menores no acompañados.
Paloma Favieres, vocera de CEAR, una ONG española que recibe financiamiento privado y el gobierno para dar refugio a solicitantes de asilo, dijo que “esas devoluciones no cumplen con la legalidad”.
“Parece que muchas de las 4.000 devoluciones de las que hablaban ayer, según datos oficiales, se encontraban también niños menores de edad”, declaró a la AP.
Favieres agregó que los “niños deben ser puestos inmediatamente a disposición de los servicios de protección de menores de la ciudad autónoma”.
Por su parte, el Ministerio del Interior de España aseguró que “se están utilizando los cauces legalmente establecidos en función de cada caso”.
Mientras Marruecos reinstauraba los controles de frontera tras dos días en los que permitió el paso, las autoridades aumentaron sus críticas a sus pares en Rabat.
“España está sufriendo un desafío de un tercer país”, dijo el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, al Parlamento español, al día siguiente de visitar Ceuta. “La falta de control por parte de Marruecos no es una falta de respeto hacia España, sino hacia la Unión Europea”.
Durante décadas, España ha construido una estrecha relación con Marruecos para tomar medidas enérgicas contra los cruces fronterizos ilegales, pero también para aumentar los lazos económicos y luchar contra el extremismo.
Pero también el miércoles, la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, endureció el tono y dijo por primera vez que España cree que Marruecos relajó su control fronterizo en represalia porque Madrid prestó asistencia médica al líder del Frente Polisario, un movimiento de liberación del Sáhara Occidental, un territorio en disputa al sur de Marruecos.
“Lo que nos ha abierto las carnes es ver a niños, incluso bebés, siendo enviados por nuestro vecino (porque) rechazan un gesto humanitario nuestro”, dijo González Laya a Radio Nacional.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Marruecos declaró que la decisión de Madrid de ayudar a Brahim Ghali, jefe del Frente Polisario, era “incompatible con el espíritu de asociación y buena vecindad” y prometió que habría “consecuencias”.
En las primeras declaraciones públicas sobre la situación en Ceuta por parte de un funcionario marroquí, Mostapha Ramid, ministro de Derechos Humanos, dijo en una publicación de Facebook el martes por la noche que la decisión de España de recibir al líder del Polisario fue “imprudente, irresponsable y totalmente inaceptable”.
”¿Qué esperaba España de Marruecos cuando acogió a un funcionario de un grupo que porta armas contra el reino?” preguntó.
Ramid dijo a la AP el miércoles que publicó las declaraciones como ciudadano y como un alto funcionario molesto por la decisión de España de recibir a Ghali, pero no en nombre del gobierno marroquí.
Pero el legislador marroquí Youssef Gharbi, que forma parte de la comisión parlamentaria de asuntos exteriores, dijo el miércoles a la AP que la decisión de permitir que Ghali reciba tratamiento médico “Fue la gota que rebalsó el vaso”.
Autoridades europeas apoyaron a España con un duro mensaje para Marruecos, recordando la crisis que tuvo la UE tenía con Turquía por los refugiados sirios hace cinco años.
“Nadie puede chantajear a la Unión Europea”, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, a Radio Nacional de España.
Al menos 5.600 marroquíes adultos fueron devueltos a Marruecos y unos 2.000 menores fueron enviados a sitios gestionados por organizaciones benéficas. Los periodistas de AP vieron a niños no acompañados durmiendo en el piso de un almacén, así como en tiendas de campaña instaladas por la Cruz Roja.
Muchos adolescentes treparon rejas para intentar salir de la zona de confinamiento controlada por la policía. Jóvenes marroquíes cargando mochilas o bolsas de plástico con sus pertenencias, vagaban por la ciudad.
En estos días han cerrado muchas tiendas en Ceuta, una ciudad con una población de 85.000 habitantes y un área de 20 kilómetros cuadrados (7,7 millas cuadradas). El gobernador Juan Jesús Vivas dijo que la asistencia a la escuela se redujo 60% el martes y que las familias están preocupadas por la “invasión”.
Aisha Diakaté, de 25 años, huyó del conflicto en Mali entre 2018 después de que los rebeldes mataran a sus padres. Terminó en Marruecos, donde luchó por encontrar trabajo y tuvo que mendigar para sobrevivir.
Caminó desde Tánger y luego cruzó a nado junto con su hijito en brazos. Después de dormir fuera de un almacén, se siente abrumada de saber que podrían deportarla.
“Nadé hasta aquí con mi hijo ¿por qué ahora me piden que vaya? Eso no está bien”, dijo Diakaté. “No tenemos nada. Si regresamos a Marruecos, es solo sufrimiento”.
______
Houda Benalla y Mosa’ab Elshamy reportaron desde Fnideq, Marruecos; Joseph Wilson desde Barcelona; Tarik El Barakah y Hassan Alaoui en Rabat; Aritz Parra en Madrid y Angela Charlton desde París.