Alcalde y presidente se enfrentan por pandemia en Argentina

Alcalde y presidente se enfrentan por pandemia en Argentina
Una mujer sostiene una pancarta para oponerse a nuevos confinamientos por la pandemia del COVID-19 frente a la casa de gobierno en Buenos Aires, Argentina, el jueves 8 de abril de 2021. El presidente argentino Alberto Fernández defendió el jueves 15 de abril el reforzamiento de las restricciones a la circulación para atajar el brote de coronavirus y anunció subsidios para sectores empobrecidos y otros que serían afectados por las medidas. (Foto AP/Natacha Pisarenko)

BUENOS AIRES (AP) — El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quedaron enfrentados en veredas opuestas en torno a la gestión de la pandemia del nuevo coronavirus a partir de las nuevas restricciones decididas por el mandatario en medio de un rebrote de casos.

Rodríguez Larreta, opositor al gobierno, rechazó la “forma inconsulta” con la que el presidente decidió aplicar nuevas medidas por dos semanas, como la suspensión a partir del lunes de las clases presenciales en los tres niveles educativos. El alcalde pidió a Fernández que destraben el desacuerdo en un encuentro para "que los chicos estén en las aulas” y anunció que presentará un amparo ante la Corte Suprema contra la medida que aplica para los centros educativos de la capital y de las populosas localidades cercanas, donde se concentra la explosión de casos de COVID-19.

“El gobierno de la Nación por primera vez tomó medidas sin consultarnos... Se rompió una forma de trabajo, es inexplicable", dijo Rodríguez Larreta, quien integra el mismo espacio político del expresidente Mauricio Macri (2015-2019).

En tanto, la residencia presidencial de Olivos, en ese suburbio al norte de la capital, era epicentro de una multitudinaria manifestación de padres y niños contra el cierre de escuelas. Muchos de ellos con uniforme escolar, golpeaban cacerolas y agitaban banderas argentinas.

“Abrí las escuelas ya”, “la educación es esencial", “nuestra educación está en peligro”, se leía en cartulinas escritas a mano sostenidas por las familias.

Según Larreta, desde que se iniciaron las clases presenciales en febrero “de las 700.000 personas que van a la escuela", sólo se contagiaron "menos del 1%”. También advirtió que expertos han resaltado el costo pernicioso de prolongar la educación virtual. Unos 15.000 chicos abandonaron las escuelas o están en riesgo de abandono, un 25% más que antes de la pandemia, que impactó a Argentina en marzo de 2020, afirmó.

El alcalde también se mostró en desacuerdo con la ampliación del toque de queda nocturno y del horario de cierre de locales gastronómicos y comerciales, que comenzará a regir el viernes, y consideró que ello obedece a que el gobierno "no cumplió con el plan de vacunación y la cantidad de vacunas con las que se comprometió el año pasado".

“El viernes nos quedamos sin vacunas” en Buenos Aires, confirmó.

Fernández había admitido previamente en declaraciones a Radio 10 que decidió la suspensión de la presencialidad en las escuelas sin consensuar previamente con sus propios funcionarios.

“Mi ministro de Educación (Nicolás Trotta) insistía con las clases presenciales, pero no son las clases presenciales solamente: hay que ir a un colegio primario y ver el horario de salida: madres que se agolpan, donde el contagio puede hacerse más fácil, chicos que juegan cambiándose los barbijos”, señaló.

Las escuelas estuvieron cerradas en gran parte de 2020 y habían abierto sus puertas entre febrero y marzo con fuertes protocolos de sanidad.

Si bien las autoridades capitalinas emplearán la vía de la justicia para revertir la disposición, han dado a entender que en última instancia cumplirán con la misma.

Las medidas anunciadas por Fernández suponen el reforzamiento de algunas restricciones aplicadas seis días atrás y buscan aliviar la tensión hospitalaria, especialmente en las terapias intensivas. El mandatario considera que las autoridades capitalinas no han obligado con suficiente firmeza a los locales de esparcimiento a cumplir con dichas normas dispuestas para atajar los contagios. Fernández ha invitado además a otras jurisdicciones del país que sufren situaciones de tensión sanitaria a que tomen las decisiones que consideren pertinentes.

A diferencia de Larreta, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, respaldó las medidas del gobierno nacional. Sostuvo que el 37% de la circulación en ese distrito se genera por la asistencia a las escuelas.

“No puede ser que el virus vaya por ascensor y las medidas por la escalera”, apuntó Kicillof, que pertenece al mismo partido del presidente.

Las restricciones han generado también manifestaciones de protesta de dueños de locales gastronómicos. Para aliviar las pérdidas económicas, Fernández prometió subsidios y otro tipo de ayudas para sectores de la población empobrecidos, trabajadores autónomos y locales comerciales que se verán perjudicados.

La pandemia que infectó hasta ahora a 2,5 millones de personas y causó la muerte a más de 57.000 ha agudizado la crisis e incrementado la pobreza, que alcanza al 42% de la población.

Las fuerzas de seguridad federales asegurarán el cumplimiento de las restricciones.

El presidente acotó que no ha declarado "el estado de sitio ni lo pienso hacer, ni las fuerzas armadas están para hacer seguridad interior, sino para actuar en catástrofes brindando apoyo a la gente”. De esta forma rechazó un tuit del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien afirmó sobre los anuncios: “el Ejército argentino en las calles para mantener a la gente en las casas”.

Por otro lado, al referirse a la escasez de dosis de vacunas, Fernandez señaló que empezó a dialogar con el gobierno de Cuba sobre el desarrollo de Soberana, la fórmula que ese país tiene en fase de pruebas. Dijo al respecto que le ofreció al presidente cubano Miguel Díaz Canel “qué trabajo conjunto podemos hacer" para que ese inoculante pueda llegar rápidamente a toda la región.

En Argentina se aplica la vacuna rusa Sputnik V y las producidas por Sinopharm y AstraZeneca de forma más lenta de la que el gobierno desearía.

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La periodista Débora Rey en Buenos Aires contribuyó con este reporte.

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