Corte aprueba pesquisa a respuesta de Bolsonaro a pandemia
SAO PAULO (AP) — El Supremo Tribunal Federal de Brasil autorizó el miércoles que prosiga una investigación del Senado al manejo que ha dado el presidente Jair Bolsonaro a la pandemia, uno de dos casos que escuchó y que podrían afectar el intento del mandatario de ser reelegido el próximo año.
El tribunal también comenzó a sopesar el futuro político del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, un posible y poderoso rival de Bolsonaro. Uno de los jueces dictaminó previamente que Lula fue condenado injustamente por un caso de corrupción, un fallo que le devolvió su derecho a postularse nuevamente a la presidencia.
Con 10 votos a favor y uno en contra, la corte ratificó la orden del juez Luís Roberto Barroso de que el Senado debería iniciar una investigación sobre el manejo de la crisis sanitaria por parte de Bolsonaro, debido a que el número requerido de senadores estaba a favor de la pesquisa. El presidente del Senado había intentado demorar la investigación con el argumento de las restricciones implementadas por la pandemia.
Los detractores dicen que Bolsonaro ha estropeado la respuesta de Brasil a la pandemia al negarse a restringir las actividades, no destinar recursos para vacunas y fomentar el uso de fármacos que no funcionan contra el coronavirus.
Bolsonaro y sus aliados argumentan que se le culpa injustamente por el aumento de decesos por COVID-19 en el país, un total que solamente es superado por Estados Unidos. El promedio de muertes en siete días alcanzó el lunes un nuevo récord a nivel nacional.
La pesquisa del Senado “es un intento de golpe de Estado político contra el presidente”, tuiteó el miércoles el senador Márcio Bittar, aliado de Bolsonaro.
El senador también criticó al Supremo Tribunal Federal por emitir fallos que van en su contra, lo que ha desatado la indignación de su base conservadora de simpatizantes, que asegura que la corte ha extralimitado sus deberes constitucionales.
Carlos Melo, profesor de ciencias políticas de la Universidad Insper de Sao Paulo, dijo que la investigación representa un riesgo para Bolsonaro.
“La desesperación por la pandemia tiende a aumentar conforme sigue subiendo el número de muertos. De igual forma, los problemas económicos están lejos de resolverse. Y, al mismo tiempo, su gobierno está forcejeando con su base en el Congreso por el presupuesto del próximo año”, dijo Melo. “El entorno de la investigación no favorece a Bolsonaro”.
El máximo tribunal puso fin el año pasado al intento de Bolsonaro de revertir las restricciones locales implementadas para frenar la propagación del COVID-19, dictaminando que gobernadores y alcaldes son libres para determinar sus propios protocolos de contención del coronavirus.
Bolsonaro ha restado importancia a los riesgos del COVID-19 y se ha expresado en contra de los cierres.
El martes, un magistrado también suspendió partes de cuatro decretos de Bolsonaro que tenían como objetivo relajar los controles de tenencia de armas de fuego.
El mandatario brasileño ha argumentado que los legisladores también deberían investigar las acciones de gobernadores y alcaldes a los que el gobierno federal entregó fondos. Él y sus aliados se anotaron un triunfo parcial en el Senado el martes, cuando el uso de dichos fondos fue incluido en la pesquisa.
El mandatario se quejó el miércoles de que el fallo del juez Barroso el 8 de abril en el que indica que la investigación del Senado debe proseguir ha creado un “ambiente de animosidad”.
“Ese juez está interfiriendo con el Senado por ir tras de mí”, comentó.
Más de los 27 senadores requeridos han firmado una solicitud para llevar a cabo la investigación, pero el presidente de la cámara alta, Rodrigo Pacheco, se ha abstenido de otorgarle luz verde a la pesquisa, argumentando preocupaciones de salud relacionadas con la pandemia.
El miércoles, el tribunal también comenzó a evaluar la decisión del juez Luiz Edson Fachin del 8 de marzo en la que anuló dos de las condenas por corrupción a Lula, mismas que estaban relacionadas con el escándalo Lava Jato en torno a Petrobras, la compañía petrolera estatal.
Algunos sondeos rumbo a las elecciones de 2022 muestran que el izquierdista de 75 años, que gobernó al país entre 2003 y 2010, va empatado con Bolsonaro en las preferencias electorales.
Lula encabezaba las preferencias en 2018 cuando fue expulsado de la contienda debido a una condena relacionada con un apartamento de playa que le pertenecía, según alegaba la fiscalía. Lula negó las acusaciones.
Bolsonaro ganó los comicios, y el juez que presidió la condena a Lula, Sergio Moro, se convirtió en ministro de Justicia. Uno de los dos paneles de jueces del máximo tribunal ya decretó que Moro actuó con parcialidad en contra de Lula.
El asunto que debate ahora la corte es si el tribunal de Moro tenía siquiera jurisdicción para escuchar el caso, y los magistrados podrían también evaluar la decisión del panel sobre la parcialidad de Moro.
“El Supremo Tribunal Federal tiene la oportunidad de hacer historia hoy, manteniendo la anulación de las sentencias y la parcialidad de Moro en su contra”, tuiteó Gleisi Hoffman, presidenta del Partido de los Trabajadores al que pertenece Lula.