¿Será la tercera la vencida para Guillermo Lasso en Ecuador?
QUITO (AP) — ¿La tercera es la vencida para Guillermo Lasso?
El exbanquero, de 65 años, que nació en un hogar humilde y que se lanzó al ruedo político hace algo más de dos décadas llega el domingo a un balotaje en procura de alcanzar la presidencia del Ecuador en un tercer intento.
Lasso no da señales de darse por vencido. Llegó a la segunda ronda imponiéndose por menos de medio punto porcentual al candidato de los indígenas, Yaku Pérez, quien denunció un presunto fraude electoral que, según él, lo privó del segundo lugar para disputar el balotaje con Andrés Arauz, el delfín del exmandatario Rafael Correa y quien fue primero en la primera ronda de los comicios de febrero.
A juzgar por su trayectoria, Lasso podría hacer alarde de una mayor experiencia. Le lleva casi 30 años de diferencia a Arauz. Como empresario, Lasso admite que es un liberal en temas económicos y defiende contundente la permanencia del sistema de dolarización en la nación andina.
Se lo considera un hombre conservador en asuntos como el aborto y el matrimonio igualitario, aunque asegura que respeta a quienes no piensan igual que él o impulsan esos temas.
En la primera vuelta de las elecciones Lasso tuvo un gris desempeño, con propuestas que no parecieron calar en los grandes sectores populares. Sin embargo, al ser ratificado para el balotaje reformuló su estrategia e hizo ofertas más simples y precisas, como subir el salario mínimo a 500 dólares y eliminar aranceles para la maquinaria agrícola, entre otras.
Aunque no destila el carisma de otros candidatos, Lasso trata de convencer al electorado de que es un líder confiable y con experiencia para ocupar la presidencia de este país de 17 millones de habitantes.
Pero el analista y consultor político Alejandro Zavala afirma que aunque Lasso tiene una buena propuesta programática, los ecuatorianos no votan de forma racional “y más cuando estamos en situación de crisis y pobreza".
"Por eso ganan los candidatos populistas que ofrecen cualquier cosa”, planteó el experto. “Si no se tiene un candidato carismático capaz de pegar en la masa, se debe cambiar la estrategia hacia una propuesta que sintonice con la multitud, en los barrios populares” y eso “no lo ha logrado su equipo de campaña”, agregó.
Lasso perdió en las urnas en su primer intento contra el expresidente Correa en 2013. Correa gobernó entre 2007-2017, lo que lo convirtió en el líder ecuatoriano con más tiempo continuo en el poder en la nación andina. El exbanqero sufrió su segundo revés cuatro años después ante el actual mandatario Lenín Moreno (2017-2021).
Lasso trata ahora de convencer a los ecuatorianos que en el balotaje del domingo está en juego la institucionalidad del país y lanza dardos contra su rival Arauz y la exadministración de Correa, al que los críticos cuestionaron por concentrar demasiado poder. “No soy representante de la derecha, este debate de izquierda y derecha pasó hace tiempo en la región, lo que se debate en Ecuador es democracia frente al totalitarismo”, señala Lasso.
Sin título universitario, pero con algunos altos reconocimientos académicos, Lasso proviene de una familia humilde de Guayaquil, una ciudad portuaria del Pacífico, y es el último de 11 hermanos. Desde los 15 años se vio obligado a trabajar para costear sus estudios en el colegio.
Su primer trabajo fue en la Bolsa de Valores en una de las tareas más simples: escribir en una pizarra las cotizaciones diarias. A fuerza de constancia y dedicación fue creciendo en el mundo financiero hasta convertirse en dueño del Banco de Guayaquil. En 2012 renunció a todos los cargos en sus empresas financieras para dedicarse de lleno a la política a través del partido Creando Oportunidades (CREO).
Un año después se lanzó a su primera aventura presidencial y fue derrotado por Correa, un líder de izquierda que logró reelegirse. En su segundo intento, Lasso perdió ante Moreno, entonces amigo y compañero de partido de Correa y de quien se distanció posteriormente en medio de acusaciones mutuas de traición.
Esta vez, como en las dos anteriores campañas, este exbanquero casado y con cinco hijos repite casi el mismo discurso de propuestas liberales en lo económico.
Andrés Páez, quien fue su compañero de fórmula en 2017, refirió que Lasso “no es el político tradicional, carismático, que despierta pasiones en las multitudes, no, pero es el político que en este momento necesita el país”.
“Es un hombre que tiene frialdad para tomar decisiones, medita mucho lo que va a hacer”, y además tiene mucha sensibilidad ante los problemas sociales, añadió Páez en comentarios a The Associated Press.
El plan de gobierno de Lasso incluye la creación de empleos mediante la aprobación de nuevos mecanismos de contratación y mayor presencia de la banca internacional, para lo cual espera cambiar leyes para hacer más atractivo al mercado financiero. Además promete generar riqueza a partir de los recursos petroleros, mineros y energéticos mediante la participación del sector privado para reemplazar el financiamiento estatal.
"Eso es lo que he hecho durante 50 años de mi vida, crear empleo desde el campo privado”, insiste Lasso.
“No tengo que pensarlo dos veces, esta ocasión todos debemos votar por Lasso para evitar que regresen los correístas, que ya hemos visto que saquearon al país sin piedad ninguna”, dijo a la AP el ingeniero civil Juan Pazmiño, de 45 años.
Pero para la secretaria Rocío Arcentales, Lasso "representa a los banqueros, a los ricos y ellos jamás se han preocupado por las necesidades de la gente humilde”.
El ganador del balotaje sucederá en el poder al presidente Moreno desde el 24 de mayo.