Reclutan gente para combatir la desconfianza en la vacuna
CHICAGO (AP) — Su trabajo anterior era vender autos, pero en el actual, buscando cambiar la marea contra una pandemia, Herman Simmons sabe que no debe mostrarse imperioso ni mandón.
Es uno de medio centenar de empleados reclutados por un hospital de Chicago para promover la vacunación contra el COVID-19 en barrios de gente de color, que están entre los más afectados.
Su trabajo consiste en abordar a desconocidos en lavaderos automáticos, tiendas de alimentos e iglesias, entregar material instructivo y dar turnos de vacunación a quienes están dispuestos a recibir la inyección.
“Yo sí me considero el guardián de mi hermano. No trato de obligarlo. Soy persistente”, dijo.
Las autoridades de salud estadounidenses dicen que están en una carrera para vacunar a la mayor cantidad de gente lo antes posible a medida que se transmiten las variantes del COVID-19, se mitigan las normas de sana distancia y uso de mascarillas y la gente anhela regresar a la normalidad.
El gobierno del presidente Joe Biden anunció el jueves que invertirá casi 10.000 millones de dólares para ampliar el acceso a la vacuna entre la gente de color, las zonas rurales, las poblaciones de bajos ingresos y otros sectores menos atendidos. Parte del dinero irá a los centros de salud comunitarios. Los fondos provienen sobre todo del Plan de Rescate.
Mientras se vacuna diariamente a 2,5 millones de personas y uno de cada tres adultos ha recibido al menos la primera dosis, la misma cantidad de gente dice que tiene dudas o no se vacunará.
“Están los resueltos a no vacunarse jamás y no hay nada que podamos hacer al respecto”, dijo el doctor Eric Toner, investigador del Johns Hopkins Center for Health Security.
Dijo que esa cifra difícilmente impedirá el control efectivo del virus. Para asegurarse de que no suceda, las autoridades se esfuerzan por cambiar opiniones y aumentar el acceso entre las minorías, donde el escepticismo es uno de los obstáculos a superar.