Pelicans: Jugadores y personal son vacunados contra COVID-19
Algunos jugadores y personal de la organización de los Pelicans de Nueva Orleans recibieron la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19, ajustándose a los ajustes en las normas de elegibilidad para los residentes del estado de Luisiana.
Los Pelicans indicaron que las vacunas fueron administradas el sábado, si bien no revelaron quiénes la recibieron. Son el primer equipo de la NBA en reconocer que ha recibido la vacuna a gran escala.
El equipo aclaró que estaba respaldando “los esfuerzos vitales del estado” por alentar a la población a vacunarse, y el coach de los Pelicans, Stan Van Gundy, dijo que deseaba que su equipo fuera un ejemplo.
“En mi opinión, cuanta más cantidad de gente podamos exhortar a vacunarse, va a ser mejor para todos nosotros”, explicó Van Gundy. “Me parece que es realmente nuestra única manera de dejar atrás toda esta experiencia con el COVID y se capaces de abrir más y mantener segura a la población”.
Autoridades de Luisiana ampliaron la semana pasada la lista de quienes pueden recibir la vacuna “para incluir a personas que presentan condiciones de salud que pudieran representar un mayor riesgo de enfermar” y son mayores a los 18 años. Entre los grupos de mayor riesgo se encuentran aquellos con índice de masa corporal de 25 o más, lo cual técnicamente los clasifica como con sobrepeso.
Muchos de los jugadores de los Pelicans entran en esa categoría, pese a que siendo jugadores de la NBA y deportistas de élite.
La NBA no tiene problemas con el hecho de que los Pelicans hayan recibido la vacuna, pues se siguieron las directrices de las autoridades estatales. El comisionado de la NBA, Adam Silver, ha dicho repetidamente que la liga y sus equipos no se “saltarían la fila” al vacunarse antes de que sean elegibles para hacerlo.
Algunos entrenadores de NBA, entre ellos Gregg Popovich de San Antonio, han recibido previamente la vacuna. Popovich tiene 72 años, lo que significa que cumple con los estándares de las recomendaciones de edad de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) para priorizar a la población mayor de 65 años en el proceso de inoculación.