Venezolanos desbordados de felicidad con TPS en EEUU
MIAMI (AP) — Maria Ortiz salió de Venezuela hace cuatro años, cuando se dio cuenta de que las oportunidades de trabajo eran casi inexistentes. Recién graduada de la universidad con un título de Ingeniería en Petróleo, se subió a un avión y cambió su sueño de una carrera profesional por el de una mejor calidad de vida en Estados Unidos.
Desde entonces, Ortiz ha trabajado en las cocinas de restaurantes en el estado de Maryland, ganando suficiente dinero para criar a su hija de dos años y mantenerse durante la pandemia de coronavirus. Sus vidas podrían cambiar drásticamente este año después de la decisión del gobierno del presidente Joe Biden de ofrecer un estatus de protección temporal a cientos de miles de venezolanos que huyeron de la crisis humanitaria que enfrenta la nación sudamericana.
“Me alegra mucho saber que voy a tener una estabilidad legal, que voy a tener oportunidad de optar por un buen trabajo", dijo Ortiz, que espera encontrar un trabajo en el que pueda aplicar sus conocimientos de ingeniería. “Sentir el alivio de saber que voy a estar aquí que no me van a sacar del país, ese alivio de saber que voy a estar segura de verdad me causa una gran emoción”, expresó la joven de 25 años.
El gobierno estadounidense anunció el lunes que otorgará un estatus de protección temporal —conocido como TPS por su nombre en inglés— a venezolanos que ya están en el país. La medida se extenderá por 18 meses y alcanzaría a unas 320.000 personas, que podrán solicitar una autorización para vivir legalmente en el país y trabajar.
El TPS para los venezolanos, que el anterior presidente Donald Trump se negó a conceder, fue acogido por inmigrantes, activistas y legisladores de ambos partidos, entre ellos algunos que habían presentado en el Congreso proyectos de ley similares.
Para poder beneficiarse, las personas deben demostrar que han vivido en Estados Unidos desde antes del 9 de marzo y aprobar una investigación de antecedentes criminales. Entre quienes pueden solicitar el TPS están las personas que permanecen en proceso de asilo y también aquellas a las que se les ha negado el asilo pero siguen viviendo en Estados Unidos.
Venezuela está sumergida en una profunda crisis política, social y económica atribuida a la caída de los precios del petróleo y a dos décadas de malas administraciones de gobiernos socialistas. Millones de personas viven en la pobreza, en medio de una escasez de alimentos y medicamentos, bajos salarios y una inflación de cuatro dígitos.
La situación ha hecho que unos cinco millones de Venezolanos hayan huido a otros territorios, la gran mayoría a Colombia y otros países de Latinoamérica. En Estados Unidos, buena parte de ellos vive en el sur de la Florida.
Muchos de los que llegaron a Estados Unidos pidieron asilo, pero el hecho de haber escapado de una crisis humanitaria no es una certeza para obtenerlo automáticamente. Más del 50% de las solicitudes de asilo de venezolanos han sido rechazadas en los últimos años, dijo Michael Kagan, profesor de derecho y director de la clínica de inmigración de la Universidad de Nevada en Las Vegas.
“Mientas no tengan antecedentes penales graves, es una solicitud bastante fácil, y yo diría que casi todas serán aprobadas", expresó Kagan refiriéndose al programa TPS.
Human Rights Watch pidió el martes al gobierno de Biden que expanda el TPS a los venezolanos que pidieron asilo y fueron enviados a México a esperar que sus casos sean procesados bajo el programa Migrant Protection Protocols —o MPP— impulsado por Trump.
La organización defensora de derechos humanos dijo que unos 2.700 venezolanos están en esa situación.
“El gobierno de Biden debería poner fin a las expulsiones sumarias en la frontera de Estados Unidos y establecer una exención al requisito de presencia física del TPS para que los solicitantes de asilo venezolanos a los que se les impidió ingresar a Estados Unidos sean también elegibles”, dijo en una declaración escrita Bill Frelick, director del área de refugiados y migrantes del grupo.
Gustavo Acosta festejó a gritos en su casa de Queens, en Nueva York, al enterarse que el gobierno de Biden había ordenado el TPS. Llegó a Estados Unidos en marzo de 2019. Tras cruzar la frontera con México de manera ilegal se entregó a las autoridades en el puerto de Tijuana y permaneció detenido 13 meses. Pidió asilo, pero se lo negaron y ordenaron su deportación. Luego le permitieron salir en libertad supervisada hasta que se concretara la repatriación.
“Nos ayuda y nos da un gran alivio”, expresó Acosta, un estilista venezolano que huyó de su país escapando de la crisis humanitaria, la represión y la delincuencia. “Puedo respirar un poco más tranquilo... tenía muchísimo miedo de que me deportaran”.
Con el TPS espera poder conseguir un trabajo que le permita sustentarse. Por ahora vive en un pequeño apartamento de un ambiente en Queens y recibe ayuda monetaria del gobierno de Nueva York.
“Va a ser un cambio de 360 grados”, aseguró el estilista de 36 años, que tiene una hermana refugiada en Colombia y sus padres y abuela en Maracaibo, Venezuela
En su último día como presidente, Trump emitió una orden para frenar durante 18 meses la deportación de más de 145.000 venezolanos. Algunos republicanos pidieron recientemente al gobierno de Biden que implementara la orden de Trump, pero a diferencia de esa medida, el TPS emitido el lunes les concede un estatus legal que no puede ser revertido fácilmente.
Ruth Valle es una comerciante venezolana que quedó varada en Miami hace poco más de un año. Había llegado de paseo con visa de turista y quería aprovechar para hacer algunas compras de ropa, productos cosméticos y comida para revenderlas luego en Venezuela y poder subsistir. Sin embargo, los vuelos fueron cancelados por la pandemia en marzo de 2020, dos días antes de su vuelo de regreso, y debió permanecer en el sur de la Florida.
Debido a la situación que atraviesa su país, resolvió pedir asilo y aunque su proceso aún no ha terminado, ahora solicitará el TPS y espera poder reencontrarse en algún momento con su hija de 15 años, que quedó en su país con la abuela.
“Es una manera de asegurarnos estar legal”, expresó Valle, de 39 años, refiriéndose al TPS. “Me siento feliz, no sólo por mi sino por todos los venezolanos que están aquí”.
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Garcia Cano reportó desde Ciudad de México.