EEUU trata de agilizar la liberación de niños migrantes
HOUSTON (AP) — El gobierno del presidente Joe Biden está trabajando para agilizar que los niños migrantes sean entregados a familiares que vivan en Estados Unidos debido a que las instalaciones para su cuidado a largo plazo están casi llenas.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus siglas en inglés) autorizó el miércoles a los administradores de los albergues a largo plazo el poder financiar parte del transporte de los menores a las viviendas de sus patrocinadores. Bajo los lineamientos actuales de esa agencia gubernamental, los patrocinadores pueden ser obligados a pagar por dicho transporte antes de que el gobierno libere a los menores, aún si las autoridades han aprobado a los patrocinadores.
En ocasiones tales costos pueden superar los 1.000 dólares por niño.
Un memorándum interno enviado el miércoles y obtenido por The Associated Press autoriza a los albergues a usar fondos públicos para pagar las tarifas de transporte “en caso de que un patrocinador no pueda pagar tarifas vinculadas con transporte aéreo comercial, y ello obligue a demorar la libertad del menor”. El HHS rechazó especificar cuántos vuelos serían financiados.
El departamento ha reducido drásticamente la capacidad de sus instalaciones debido a la pandemia de coronavirus. Casi todas las 7.100 camas para los niños migrantes que tiene el HHS ya están ocupadas. Entretanto, los agentes de la Patrulla Fronteriza están deteniendo a un promedio de más de 200 menores de edad que cruzan la frontera sin compañía de un adulto al día. La mayoría de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza no están equipadas para detenciones a largo plazo, debido a lo cual los menores han tenido que dormir en colchonetas en celdas donde las luces permanecen encendidas las 24 horas.
Para retirar a los niños de la custodia de la Patrulla Fronteriza, el HHS reabrió una instalación en Carrizo Springs, Texas, que tiene capacidad para 700 adolescentes, y pronto podría verse obligado a reabrir otro centro en Homestead, Florida. Si bien tienen camas, aulas de clase y comedores, las instalaciones de emergencia cuestan unos 775 dólares por menor cada día y no están sujetas a los mismos requisitos que se les exigen a los albergues regulares para otorgarles una licencia.
Los albergues de emergencia fueron blanco de duras críticas de demócratas durante la presidencia de Donald Trump, y la noticia de que Carrizo Springs sería reabierto generó quejas entre algunos demócratas y republicanos, quienes denunciaron que Trump fue acusado injustamente.
Algunos han acusado a Biden de querer detener a los niños en “jaulas”. Ningún menor se encuentra detenido en celdas ni detrás de vallas metálicas en Carrizo Springs, donde hay tráileres grandes que funcionan como dormitorios y una carpa de gran tamaño que se utiliza como comedor.
“Tuvimos que ampliar y abrir instalaciones adicionales debido a que no había suficiente espacio en las instalaciones existentes si queríamos cumplir con los protocolos del COVID", comentó el miércoles Jen Psaki, la secretaria de prensa de la Casa Blanca. Psaki señaló que Biden suspendió una práctica implementada durante el gobierno de Trump que expulsaba del territorio a los niños migrantes sin compañía de un adulto amparándose en una ley de salud pública. Sin embargo, Estados Unidos sigue expulsando a las familias migrantes y a los adultos solos que cruzan la frontera sin permiso.
“Nuestro objetivo es retirar rápidamente a esos niños de allí y enviarlos con familias de patrocinadores verificadas y a sitios donde puedan estar a salvo”, comentó.
Sin embargo, expertos en el tema de detención de niños migrantes consideran que el HHS necesita modificar la forma en que trabaja para reducir la presión sobre el sistema en general.
Leecia Welch, directora de bienestar infantil en la organización sin fines de lucro National Center for Youth Law, dijo que desde hace meses el HHS podría haber hecho varios cambios en su política que aliviarían lo que describió como “una crisis creada por el gobierno”. Elogió la decisión de pagar por los vuelos y pidió a las autoridades estadounidenses revisar otras formas para liberar a los niños de la custodia del HHS más rápido, como aumentar la capacidad de las instalaciones regulares al tiempo que garantiza que se cumplan los protocolos para frenar la propagación del coronavirus.
“Si bien reconocemos las gestiones del gobierno de Biden para procesar a niños no acompañados en una forma responsable que atienda las necesidades de salud pública y le dé prioridad a la seguridad de los menores, es crucial que no repita los errores del gobierno de Trump”, declaró Naureen Shah, abogada de la Unión Americana de Libertades Civiles, en un comunicado.
Un añejo requisito que ha obligado a demorar algunas de las liberaciones es el obligar a los patrocinadores a pagar los pasajes aéreos.
“En las instalaciones se les ha dicho a los familiares que no soltarán al menor a menos que la familia vaya a una agencia de viaje específica y compre los pasajes allí”, comentó la doctora Amy Cohen, directora ejecutiva del grupo activista Every Last One.
En un caso esta semana, señaló Cohen, el personal de un albergue le dijo a una mujer que tenía que traer un cheque certificado al aeropuerto para poder recoger a su hijo, quien llevaba tres semanas en una instalación del HHS.