Sonda Perseverance de la NASA aterriza con éxito en Marte
CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU. (AP) — La sonda Perseverance de la NASA atravesó el anaranjado cielo marciano y se posó en la superficie del planeta rojo el jueves, completando el paso más arriesgado hasta ahora en una misión para traer rocas que podrían responder la pregunta sobre si alguna vez hubo vida en Marte.
Los controladores de misión, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial en Pasadena, California, celebraron con alivio luego de que recibieron la confirmación de que el explorador de seis ruedas había aterrizado en Marte, que desde hace tiempo ha sido una trampa mortal para los vehículos espaciales.
"Ahora comienza la asombrosa ciencia”, dijo jubiloso Thomas Zurbuchen, jefe de la misión científica de la NASA, en una conferencia de prensa en la que rompió los documentos del plan de contingencia en caso de un fracaso y los arrojó por encima de sus hombros.
El aterrizaje representa la tercera visita a Marte en poco más de una semana. Dos vehículos espaciales, de los Emiratos Árabes Unidos y de China, ingresaron a la órbita marciana la semana pasada.
Las tres misiones despegaron en julio para aprovechar el periodo de cercanía entre la Tierra y Marte, viajando unos 480 millones de kilómetros (300 millones de millas) en casi siete meses.
El Perseverance, el explorador más grande y avanzado que la NASA ha enviado al espacio, se convirtió en el noveno vehículo espacial que aterriza de manera exitosa en Marte, todos ellos de Estados Unidos.
El vehículo, que es del tamaño de un automóvil y está alimentado con plutonio, se posó en el cráter Jezero, en una franja de 8 por 6 kilómetros (5 por 4 millas) situada en la desembocadura de un antiguo río lleno de fosas, acantilados y campos de roca. Los científicos creen que si alguna vez hubo vida en Marte, habría sido hace 3.000 o 4.000 millones de años, cuando aún había agua en el planeta.
En los próximos dos años, Percy, que es el apodo del explorador, utilizará su brazo robótico de 2 metros (7 pies) para cavar y recolectar muestras de piedras con posibles signos de vida microscópica. Entre tres y cuatro decenas de muestras serán colocadas en tubos sellados, los cuales serán recogidos por otra sonda y traídas a la Tierra por otra nave espacial. El objetivo es que vuelvan a nuestro planeta para 2031.
Los científicos esperan responder a una de las preguntas centrales de la teología, la filosofía y la exploración espacial.
“¿Estamos solos en esta especie de vasto desierto cósmico, simplemente volando por el espacio, o la vida es mucho más común? ¿La vida simplemente surge cuando y donde las condiciones así lo permiten?”, se preguntó el científico adjunto del proyecto Ken Williford. “Estamos en verdad a punto de ser capaces de que podamos responder a estas enormes preguntas”.
La nave de China incluye una pequeña sonda rodante que también buscará pruebas de que hubo vida, si desciende a salvo de su órbita en mayo o junio. Dos sondas rodantes antiguas de la NASA continúan funcionando en Marte: Curiosity de 2012 e InSight de 2018.
Perseverance operó sola durante su descenso, en una maniobra a menudo descrita por la NASA como “siete minutos de terror”.
Los controladores de vuelo esperaron impotentes que la sonda preprogramada ingresara a la tenue atmósfera marciana a 19.500 kilómetros por hora (12.100 mph), 16 veces la velocidad del sonido, reduciendo su velocidad en su caída libre. El aparato abrió su paracaídas de 21 metros (70 pies) y después utilizó una plataforma controlada con cohetes conocida como una grúa celeste para hacer descender la sonda los últimos 18 metros (60 pies) hasta la superficie.
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