Abren campamentos de pretemporada, con protocolos de salud
Un año después, peloteros y managers dicen entender mejor lo que significa jugar al béisbol en medio de una pandemia.
Los lanzadores y receptores se presentaron el miércoles en los entrenamientos de pretemporada, y afirmaron que aprecian lo que está en juego, en momentos en que tratan de cerciorarse de que la campaña comience a tiempo.
Se han endurecido los protocolos de sanidad, incluso respecto de aquellos que rigieron durante la campaña de 2020, abreviada por el coronavirus.
“Todos hemos pasado o vivido ya un año así”, dijo el manager de los Yanquis de Nueva York, Aaron Boone. “Y por lo tanto, pienso que estamos mucho mejor equipados para conducirnos en cierta forma y hacer buen uso de nuestro tiempo”.
Los nuevos estándares acordados por las Grandes Ligas y el sindicato de peloteros requieren que los agremiados, los empleados y otro personal del equipo utilicen brazaletes de rastreo electrónico para ingresar en el parque.
Antes de presentarse en las instalaciones de los equipos, los jugadores se sometieron a una cuarentena de cinco días en casa, con excepciones para realizar actividades consideradas esenciales así como para efectuar entrenamientos y ejercicios al aire libre, si es que los clubes daban su visto bueno.
A lo largo de la pretemporada, deberán permanecer en los espacios donde se hospeden, salvo para realizar actividades deportivas, recibir atención médica, comprar artículos de primera necesidad, recoger comida o ejercitarse al aire libre.
Salir a cenar requerirá de solicitar un permiso con antelación.
“Me parece que el acuerdo entre el sindicato de jugadores y las Grandes Ligas es bastante sólido en lo que se refiere a la seguridad de los peloteros y del personal”, dijo el martes el pitcher de los Medias Blancas, Lucas Giolito. “Habrá algunas cosas que serán... más importantes. Pienso que algunos entrenamientos se realizarán en grupos más pequeños. Habrá que concentrarse más en usar mascarillas y cosas así. No pienso que ello vaya a afectar demasiado nuestro trabajo. Ciertamente seremos capaces de hacer lo necesario”.
Pero las restricciones dificultarán el prepararse para la temporada.
El receptor James McCann enfrenta obstáculos esta campaña en busca de familiarizarse con un cuerpo totalmente nuevo de pitcheo, tras firmar un contrato de cuatro años y 40 millones de dólares con los Mets de Nueva York.
Normalmente, el cátcher veterano invitaría a los lanzadores a cenar, organizaría reuniones para que sus hijos jugaran juntos, se iría con sus nuevos compañeros a tomar un trago... cualquier cosa para mejorar la relación.
Eso se acabó. Bajo los protocolos de las mayores, incluso congregarse en el complejo del equipo en la Florida es más difícil. Reunirse en lugares como la sala de video —un sitio habitualmente conveniente para un encuentro entre tres o cuatro peloteros— está descartado.
“A nadie le gusta hablar con una mascarilla y sentarse a seis pies (1,8 metros) del otro”, dijo McCann. “Supongo que dábamos por sentadas muchas cosas”.