Avance de los independentistas catalanes hace eco en España
BARCELONA (AP) — El futuro gobierno de la agitada Cataluña está en manos de un hombre que está en prisión por cometer actos de sedición contra el Estado.
Izquierda Republicana de Cataluña, liderada por Oriol Junqueras, quien cumple una condena de 13 años por su participación en un intento de secesión de Cataluña en 2017, está en condiciones de elegir a sus socios gobernantes después de que las inconclusas elecciones regionales de este fin de semana impulsaran el poder de los separatistas.
Aunque el Partido Socialista del presidente del gobierno Pedro Sánchez logró una estrecha victoria en los votos, el candidato Salvador Illa tiene un camino muy difícil para formar un gobierno.
Izquierda Republicana empató a los socialistas en las bancas, y ambos se preparan para enviar a 33 legisladores cada uno a la legislatura regional. Pero los izquierdistas tienen más posibilidades de atraer aliados a una coalición gracias a la buena actuación de sus hermanos en el campo separatista, quienes aumentaron su poder en las elecciones del domingo.
En unos comicios con un récord de baja participación, los tres principales partidos que quieren independizarse de España aumentaron a 74 su mayoría en el Parlamento regional de 135 escaños, frente a los 70 que lograron en 2017.
Con permiso de las autoridades penitenciarias para pasar la noche de las elecciones con los miembros de su partido, Junqueras dijo a la televisión pública catalana el lunes que Izquierda Republicana buscará forjar una coalición “amplia” para convertir al candidato Pere Aragonès en el próximo presidente regional.
“No tengo ninguna duda que las fuerzas políticas harán lo que les toca, y dar su apoyo a la fuerza independentista mayoritaria”, dijo Junqueras. Agregó que “nuestras convicciones son claras firmes y decididas y muchos casi hemos dejado nuestra libertad personal para ellas”.
Junqueras afirma que el sentimiento a favor de la secesión ha aumentado y el lunes descartó la opción de sumarse a una alianza con los socialistas.
El impacto de los comicios se hizo notar en Madrid. Aunque los socialistas aumentaron su representación y fueron el partido más votado, los principales grupos conservadores nacionales sufrieron un revés.
El partido de ultraderecha Vox, con su firme postura contra la secesión catalana y la inmigración ilegal, consolidó su posición entrando en la cámara regional con 11 escaños.
“Los catalanes nos han puesto en una situación que ni nosotros mismos nos imaginábamos”, dijo Santiago Abascal, líder de Vox.
El grupo liberal Ciudadanos, que se opone a la independencia catalana, se derrumbó pasando de 36 a 6 escaños, poniendo en duda su futuro.
El Partido Popular, el grupo conservador tradicional, también perdió peso y se vio relegado a tres escaños pese a los esfuerzos del líder de la formación, Pablo Casado para mostrar un tono más amigable hacia Cataluña.
“Vox ha convencido a una parte de la población que era la mejor opción para frenar algo que resulta un problema, que España se fragmente, y Cataluña a su vez, porque Cataluña está dividida en dos bloques”, dijo a The Associated Press Montserrat Nebrera, analista y exlegisladora del PP en Cataluña.
“El electorado conservador no es especialmente racista ni xenófobo ni ultraderechista, sino pensando de las tres alternativas, he probado dos y no me han resultado, así que igual con la tercera...”, agregó Nebrera.
Los observadores políticos creen que el control de Casado sobre el PP —que aún no ha ganado una elección fuera de su bastión en el noroeste de Galicia desde que asumió el poder en 2018— se ha debilitado aún más por su incapacidad para detener al insurgente Vox.
“Como líder supremo, todas las miradas están puestas en él”, dijo Nebrera. “En el PP seguro que se produce un movimiento en calle Génova, y si no acaba con el liderazgo de Casado, habrá algunos que le cuestionen”.