Adquisición de vacuna rusa sigue siendo polémica en Uruguay
MONTEVIDEO (AP) — Uruguay aspira a lograr la inmunidad de rebaño de su población en 2021, pero hasta el momento el país sudamericano no ha recibido ni una dosis de las farmacéuticas con las que ya tiene acuerdos firmados. En medio de este panorama, cada vez más expertos opinan que el gobierno debería aceptar la oferta de adquirir dosis de la rusa Sputnik V.
Para lograr su objetivo de inmunización este año tendrían que aplicarse casi tres millones de dosis, pero las vacunas de Pfizer y Sinovac, con las que el gobierno de Luis Lacalle Pou anunció contratos, no han llegado. Según el mandatario se espera que empiecen a recibirse en marzo y también hay apoyo del mecanismo COVAX, impulsado por Naciones Unidas para garantizar un acceso equitativo a la vacuna.
Ante esta situación, y el ofrecimiento que Rusia había hecho para enviar sus vacunas Sputnik V, varias voces han recomendado que Uruguay acepte adquirir las dosis. Argentina, Bolivia, Paraguay, México, Nicaragua y Venezuela ya le han dado el sí por su costo y ventajas logísticas, pero hasta ahora no queda claro por qué la autoridad uruguaya la ha rechazado. El asunto ha generado polémica y su manejo se ha manejado con poca transparencia en el país.
Luego que se publicó en The Lancet su efectividad del 91%, el virólogo uruguayo Gonzalo Moratorio, reconocido por la revista Nature como uno de los 10 científicos más destacados de 2020, apoyó la efectividad de la vacuna en redes sociales.
Días antes había reiterado su “particular confianza” en la vacuna rusa porque “es una tecnología que se conoce en décadas de indagación en ciencia básica. (…) No tendría problema con ella e incluso la aconsejaría”, manifestó a La Tercera de Chile.
Fuentes médicas aseguraron a The Associated Press que en octubre se ofreció la vacuna Sputnik V al gobierno uruguayo. La AP buscó comunicarse con autoridades de gobierno y del Ministerio de Salud pero sin respuesta hasta ahora.
La institución médica con más cantidad de afiliados de Uruguay, el CASMU, firmó en octubre un acuerdo con el Fondo Ruso de Inversión Directa para reservar un millón y medio de dosis de Sputnik V, pero el gobierno no ha autorizado su exportación, dijo a la AP uno de sus directivos, que habló bajo condición de anonimato. Con ese stock se podría inocular en poco tiempo a una cuarta parte de la población. Las autoridades del centro de salud esperan algún tipo de resolución gubernamental que tienen el monopolio de la decisión.
El expresidente José Mujica se refirió al asunto y dijo no entender por qué no se ha autorizado la vacuna. Semanas atrás señaló que para otras enfermedades “nunca se nos ocurría preguntar de dónde venían, pero ahora parece que (el) origen es fundamental y los hechos demuestran absolutamente todo lo contrario”.
El rezago de Uruguay en comenzar a vacunar y la falta de información pública sobre ese plan tiene en vilo a algunos especialistas.
“Estos acuerdos son confidenciales hasta para nosotros” dijo ayer en un webinar de Amnistía Internacional María Moreno, de la Comisión Asesora de Vacunación de Uruguay e investigadora de Desarrollo Biotecnológico en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.
En “el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) —el gremio de médicos más grande del país— no tenemos el detalle de cuál vacuna se ha rechazado, por qué motivo. Si es por cuestiones científicas, falta de datos o si pudiera haber presión económica y política entre los países o presión ideológica. (…) No podemos decir que las resoluciones de un gobierno son (decisiones) científicamente asépticas. Tienen que ver cuestiones económicas, de relaciones internacionales y acceso a información que no tenemos para hacer un análisis”, se lamentó Zaida Arteta, responsable de la Secretaría Médica del SMU en el mismo webinar.
“Covax va a demorar en llegar respecto a lo que tenían que enviar. La vacuna rusa está muy bien catalogada tanto a nivel internacional como por nosotros, es súper válida”, explicó a The Associated Press la doctora Moreno.