Chile: enojo ante policía que dispara y mata a malabarista
SANTIAGO (AP) — Un nuevo acto de posible brutalidad policial indignaba el viernes a Chile cuando circuló un video que se viralizó en redes sociales y mostraba a un policía disparando a sangre fría a un joven malabarista que no quiso someterse a un control policial. Los hechos, ocurridos en el sur del país, están siendo investigados por la fiscalía.
“La Fiscalía de #Panguipulli realiza a esta hora diligencias de investigación con la Brigada de Homicidios y el Laboratorio de Criminalística de la PDI por la muerte de un joven como consecuencia del disparo de un carabinero en el centro de esta comuna de la #RegiónDeLosRíos” tuiteó la fiscalía de la región donde ocurrieron los hechos, en el concurrido centro de la pequeña localidad de Panguipulli, a más de 800 kilómetros de Santiago.
Incidentes violentos se registraron más tarde, como ataques a la comisaría de Panguipulli, en la Región de Los Ríos donde ocurrieron los hechos, donde se prendía fuego a edificios públicos en imágenes dantescas según mostraba la televisión chilena y existían diversas barricadas, manifestaciones y mucha tensión. También en el centro de Santiago, donde proliferaban las barricadas y los enfrentamientos con la policía en un ambiente de marcada hostilidad.
El joven era un artista callejero, un malabarista, que no quiso someterse a un control de identidad que es obligatorio por ley. El video muestra a dos policías amenazándolo con armas y a uno disparando hasta que cae herido en la calzada.
“Se trató de un procedimiento de un control de identidad”, afirmó el coronel Boris Alegria Michellod, quien afirmó que el malabarista portaba “armas blancas de tipo machete”. Agregó que los carabineros pidieron que dejara los machetes y el joven “no lo hizo, al contrario, se abalanzó en contra del personal policial”, ante lo cual los policías hicieron unos disparos al suelo “de advertencia”. El joven, dijo el coronel, persistió en abalanzarse contra la policía, por lo que “en resguardo de su propia integridad y de sus propias vidas, decidieron y debieron hacer uso de las armas de fuego dentro del contexto de la legítima defensa propia”.
Según la Policía de Investigaciones (PDI), el joven murió al recibir al menos cuatro impactos de bala.
Las reacciones en redes sociales y en la calle, donde una periodista de AP presenció como los transeúntes gritaban “¡asesinos!” a la policía en relación a los hechos ocurridos en la tarde, no se hicieron esperar.
“Es inaceptable que un carabinero mate a quemarropa y de cinco balazos a un malabarista callejero. Cómo no va a existir un protocolo de las fuerzas policiales del Estado de #Chile que evite que estas situaciones terminen con un muerto? #Panguipulli”, tuiteó Rene Naranjo, candidato a Constituyente y una de las 155 personas que escribiría la Nueva Constitución del país tras el plebiscito de octubre que determinó sustituir la Carta Magna de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Terribles las imágenes de Panguipulli. El manejo de armas de la policía a quien se le concede el monopolio en el uso de la fuerza deber ser con criterio y como último recurso”, tuiteó el abogado y conocido exfiscal Carlos Gajardo.
El hecho podría reactivar los actos de violencia contra la policía, como ocurrió ante el último hecho similar, que acabó con un policía en prisión acusado de tirar a un joven por un puente de casi 7 metros de altura y desató una dura ola de violencia en el país.
“Manifestamos nuestra consternación por los dramáticos hechos ocurridos en Panguipulli. Es de suma importancia que el uso de la fuerza sea racional y proporcional. Profesionales de la sede regional se encuentran en el lugar recabando todos los antecedentes”, tuiteó de su lado el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
La brutalidad policial volvió a salir a flote en Chile tras las violaciones de derechos humanos ocurridas en el estallido del 18 de octubre de 2019, que dejaron más de 450 víctimas de trauma ocular, más de 31 fallecidos y más de 4000 denuncias por vulneración a los derechos humanos, que incluyen violaciones, amenazas, torturas, uso excesivo de la fuerza, desnudamientos y otros.
Esta semana el INDH, que documentó esos hechos catalogados como las más graves “violaciones de derechos humanos desde el regreso de la democracia” afirmó que el país está más cerca de la “impunidad” que de “la verdad y la justicia” tras el lento actuar de la justicia cuando ha transcurrido más de un año y medio de algunos de estos sucesos y casi no existen condenas.