Tras cuarentenas, el tenis puede empezar en Australia
Con el periodo de cuarentena casi cumplido, los mejores tenistas del mundo pasarán de dos de las semanas más tediosas de sus vidas en Australia a tres de las más intensas.
La cuarentena obligatoria que dispuso el gobierno en la antesala del Abierto de Australia, pautado a jugarse entre el 8 y 21 de febrero, comenzó con polémica.
Varios tenistas se quejaron amargamente por un riguroso confinamiento debido a que pasajeros en sus vuelos fletados a Melbourne dieron positivo por COVID-19, y una carta del número uno Novak Djokovic a los organizadores del torneo sugiriendo cambios en los protocolos provocó indignación. El aislamiento de 14 días para la mayor parte de los jugadores debe culminar entre avanzada la noche del jueves y el amanecer del viernes en Australia.
Y todo ello recibió algunos elogios de Serena Williams y Rafael Nadal.
“Es súper estricta . . .de locos y súper intensa, pero lo están haciendo correctamente", dijo Williams sobre la cuarentena en una entrevista The Late Show, un popular programa nocturno de tertulia de la televisión estadounidense conducido por Stephen Colbert. “Es muy difícil cuando estás con una niña de tres años (su hija Olympia), pero vale la pena porque lo que se busca que todos estén bien".
Nadal, el número 2 del mundo, dio una entrevista a CNN en la que afirmó que los tenistas deben mantener una “visión más amplia sobre la situación mundial".
Pero el astro español también expresó su solidaridad con los 72 jugadores que no han podido salir de sus habitaciones de hotel al ser considerados como contactos cercanos de personas que se contagiaron de coronavirus en tres vuelos. Todos ellos han tenido que permanecer las 24 horas del día encerrados en sus habitaciones, sin poder entrenar.
“Esto lo sabíamos con antelación, sabíamos antes de volar que el protocolo iba ser estricto”, dijo Nadal. “Sabíamos que el país ha manejado bien la pandemia. Australia es uno de los mejores ejemplos en el mundo ... cómo han respondido a una situación muy complicada”.
Y la verdad es que Australia ha hecho las cosas bien. Con estrictas cuarentenas a los que llegan al país, restricciones a los movimientos entre los estados y un riguroso confinamiento a los más 4 millones que residen en Melbourne cuando una segunda oleada se salió de control en el estado de Victoria, Australia ha reportado apenas 909 decesos que se atribuyen a COVID-19. Y 820 de los mismos fueron en Victoria — la mayoría durante la letal segunda oleada, provocando un toque de queda y el uso obligatorio de mascarillas fuera de casa.
Durante la segunda oleada, el que el Abierto de Australia pudiera escenificarse en Melbourne se antojaba casi que imposible.
Fue la única cita del Grand Slam del tenis que no fue afectada por el coronvirus el año pasado, y ello porque se disputó en enero antes de la declaración de pandemia global en marzo. Entre los otros grandes torneos, el Abierto de Francia cambió su fecha y acabó arrancando a fines de septiembre; Wimbledon fue cancelado; y el Abierto de Estados Unidos se realizó bajo una burbuja.
El Abierto de Australia de este año se pondrá en marcha con un retraso de tres semanas a su fecha habitual, todo con el fin de que los jugadores pudieran cumplir la cuarentena de 14 días. Los jugadores, entrenadores y demás personal involucrado viajaron en 17 vuelos fletados por la Federación Australiana de Tenis, siendo recibidos por empleados sanitarios e inmediatamente trasladados a los hoteles para iniciar la cuarentena. La mayoría de los jugadores — los que no estuvieron en los tres vuelos con casos — recibió permiso para entrenar cinco horas al aire libre todos los días.
Y en lugar de dos o tres semanas de torneos de preparación, esos certámenes quedaron concentrados en una sola semana a partir del domingo, con la Copa ATP para los hombres, otro par de torneos ATP y tres de la gira femenina WTA.
Uno de los torneos WTA será solo para las jugadoras que estuvieron dentro del grupo 72 que debió cumplir la cuarentena más rigurosa, sin poder entrenar. Una de ellas es Bianca Andreescu, la campeona del US Open 2019 cuyo entrenador dio positivo, así como Victoria Azarenka, dos veces campeona en Melbourne.
Previo a los torneos oficiales, ocho de los mejores jugadores del mundo participarán en una exhibición en Adelaida a partir del viernes. Djokovic jugará contra Jannik Sinner y Williams se las verá con Naomi Osaka en la sesión diurna. Nadal enfrentará a Dominic Thiem y Ash Barty, la actual número uno del ránking femenino, lo hará ante Simona Halep en la sesión nocturna.
Será el primer torneo de Barty en 11 meses. Decidió no defender su título del Abierto de Francia, y las restricciones de movimiento para los ciudadanos australianos que quisieran salir del país complican en demasía viajar.
“Llevo un año sin jugar, así que será todo un reto”, dijo Barty. “No me voy a estresar. Sé que voy a estar un poco oxidada y está bien”.