Demanda colectiva acusa a policía francesa de discriminación

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Demanda colectiva acusa a policía francesa de discriminación

PARÍS (AP) — En una situación inaudita en Francia, seis organizaciones no gubernamentales anunciaron la primera demanda colectiva contra el gobierno francés por la supuesta discriminación sistemática de la policía en los controles de identidad.

Las organizaciones, que incluyen Human Rights Watch y Amnistía Internacional, alegan que la policía francesa discrimina en las comprobaciones de identidad, centrándose en personas negras o de origen árabe.

El miércoles se entregarían al primer ministro, Jean Castex, y a los ministros de Interior y Justicia las notificaciones oficiales del proceso, reclamando medidas concretas y profundas reformas para asegurar que la discriminación racial no determina a quién da el alto la policía.

Las organizaciones, que también incluían a Open Society Justice Initiative y tres grupos de base franceses, tenían previsto ofrecer una conferencia de prensa en París sobre el caso.

La cuestión de la discriminación policial ha sido un tema de debate en Francia desde hace años, que incluye no sólo la práctica de agentes que dan el alto a jóvenes, a menudo negros y origen árabe y que viven en vecindarios pobres de viviendas protegidas.

La notificación formal es el primer paso requerido para el proceso de demanda en dos etapas. La ley otorga a las autoridades francesas cuatro meses para hablar con las ONG sobre cumplir sus demandas. Si las partes que inician la demanda no quedan satisfechas, el caso irá a los tribunales, explicó uno de los abogados, Slim Ben Achour.

Es la primera demanda colectiva que se presenta en Francia sobre discriminación basada en el color o el supuesto origen étnico. Las ONG han recurrido a una ley francesa poco utilizada de 2016 que habilita esa vía legal para asociaciones.

“Es revolucionario porque vamos a hablar por cientos de miles, incluso un millón de personas”, indicó Ben Achour en una entrevista telefónica con The Associated Press. Las ONG emprenden el proceso en nombre de las minorías raciales, que son en su mayoría ciudadanos franceses de segunda o tercera generación.

El periodo de cuatro meses para llegar a un acuerdo podría ampliarse si hay progresos en las conversaciones. Si no, las ONG irán a los tribunales, señaló.

El abuso que han supuesto los controles de identidad para muchas personas en Francia se ha convertido en un símbolo del supuesto racismo generalizado en la policía. Los críticos afirman que las autoridades han blanqueado o dejado sin sanción los casos de malas prácticas.

Un video de un incidente reciente compartido en internet provocó una respuesta del presidente, Emmanuel Macron, que describió la discriminación racial como “insoportable”. Representantes de la policía dicen que los agentes se sienten amenazados cuando acuden a zonas de viviendas protegidas en los suburbios. Durante un brote de incidentes violentos, varios agentes se vieron atrapados y se les arrojaron objetos y material pirotécnico.

Las ONG no buscan una indemnización económica, sino reformas, especialmente en la legislación sobre los controles de identidad. Los grupos alegan que la ley es demasiado vaga y no permite exigir responsabilidades a la policía porque no quedan registros de la actividad policial, mientras que las personas a las que se da el alto se quedan humilladas y a menudo enojadas.

Entre otras reclamaciones, las organizaciones quieren que se ponga fin a la práctica de valorar la efectividad policial en función de las multas impuestas o las detenciones hechas, alegando que esos objetivos pueden fomentar los controles de identidad sin justificación.

La demanda incluye a 50 testigos, tanto policías como personas sujetas a controles abusivos. Las notificaciones sobre el proceso contenían extractos de sus declaraciones. Una persona no identificaba habló tras pasar varios controles policiales al día durante años.

Un policía destinado a un duro barrio de París, que no estaba relacionado con el caso, dijo a AP que cuando va vestido de civil le hacen identificarse con frecuencia.

“Cuando no voy de uniforme, soy una persona de color”, dijo el agente, que pidió permanecer en el anonimato para cumplir con las normas de la policía y debido a lo sensible del tema. Aunque la policía necesita una base legal para actuar, señaló, “el 80% de las veces hacen las comprobaciones en función de las cabezas”, dijo, en referencia al aspecto de la persona.

Omer Mas Capitolin, responsable de Community House for Supportive Development, una ONG de base que participa en la demanda, dijo que la policía francesa tiene el “reflejo mecánico” de dar el alto a la gente no blanca, una práctica que, señaló, resulta dañina para la persona detenida y en definitiva para las relaciones entre los agentes y la población a la que se espera que protejan.

“Cuanto siempre te identifican, te baja la autoestima” y te conviertes en un “ciudadano de segunda”, dijo Mas Capitolin. Las “víctimas tienen miedo de presentar demandas en este país incluso cuando saben que lo que ocurrió no es normal”, señaló, porque temen sufrir represalias de la policía del vecindario.

El caso de George Floyd, un estadounidense negro que murió el año pasado en Minneapolis después de que un policía blanco le presionara el cuello con la rodilla, ha concienciado a la gente y se ha convertido en un catalizador del cambio en Francia, añadió.

Sin embargo, las ONG dejaron claro que no presentaban demandas contra policías concretos por ser racistas, ya que “actúan dentro de un sistema que permitió que estas prácticas se extendieran y se instaurasen”, indicaron los grupos en un documento conjunto.

“Está tan integrado en la cultura. Ni siquiera ven que haya un problema”, dijo Ben Achour, el abogado.

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