Reporte denuncia "ataque" a campo de refugiados en Etiopía
NAIROBI, Kenia (AP) — Nuevas imágenes por satélite de un campo de refugiados en la convulsa región etíope de Tigray muestran graves daños en más de 400 estructuras, lo que un grupo de investigación atribuye a un nuevo “ataque intencionado” de combatientes armados.
“Es probable que los fuegos del 16 de enero sean otro episodio en una serie de incursiones militares en el campo, como reportó (la agencia de refugiados de Naciones Unidas)", indicó el reporte de la organización británica sin fines de lucro DX Open Network, compartido con The Associated Press.
El campamento de Shimelba es uno de los cuatro que acogió a 96.000 refugiados de la vecina Eritrea cuando estallaron los combates a principios de noviembre entre fuerzas etíopes y de la región rebelde de Tigray. La violencia ha golpeado los campos y los trabajadores humanitarios no pueden acceder a dos de ellos, incluido Shimelba. Muchos refugiados han huido.
El responsable de refugiados de la ONU, Filippo Grandi, citó el jueves imágenes recientes por satélite que mostraban incendios y otras formas de destrucción en los dos campos inaccesibles como “indicios concretos de grave violaciones del derecho internacional”.
La agencia de refugiados de la ONU urgió el domingo a que se le dé acceso a los campos.
“Hasta noviembre había registrados 8.700 refugiados en Shimelba. No tenemos información sobre cuántos refugiados quedaban en el campo la semana pasada”, indicó el vocero de ACNUR Chris Melzer en un correo electrónico. “Aún no tenemos acceso a los dos campos norteños, Shimelba y Hitsats (25.248 refugiados registrados en noviembre). Exigimos acceso, ya que los refugiados llevan ya dos meses y medio sin suministros y estamos muy preocupados. También hemos visto imágenes por satélite y escuchado reportes aterradores. Pero no podemos confirmarlos porque no tenemos acceso”.
Según el reporte, las imágenes por satélite muestran “ruinas humeantes, estructuras ennegrecidas y tejados derruidos”. Las estructuras, señaló, “encajan con el perfil de viviendas de adobe construidas por los propios refugiados. Es probable que los asaltantes se dividieran en varios grupos que fueron puerta a puerta para prender fuego a los edificios por dentro”, un método similar al de ataques previos contra el campo de Hitsats, al que tampoco se puede acceder.
Ni Naciones Unidas ni DX Open Network ha atribuido los ataques a ningún grupo, pero la presencia de tropas de Eritrea, enemigo acérrimo de los ahora prófugos líderes de Tigray, ha causado alarma. Grandi mencionó “muchos reportes fiables y testimonios de primera mano” sobre abusos contra civiles, incluido el retorno forzoso de refugiados eritreos.
Al día siguiente del comunicado de Grandi, el ministro eritreo de Información, Yemane Gebremeskel, tuiteó que “ACNUR parece permitirse, una vez más, una ronda de campañas de desprestigio gratuitas e irresponsables contra Eritrea”. Afirmó que su gobierno rechaza la “repatriación forzosa de ‘refugiados’”.
Grupos de derechos humanos han descrito a Eritrea como uno de los países más represivos del mundo. Miles de personas han huido del país durante los años para evitar un sistema de reclutamiento forzoso.
Los combates continúan en partes de la región de Tiray. Miles de personas han muerto y más de 2 millones se han visto desplazados.