Escapados de Nueva York inundan mercados inmobiliarios
Ángel García, un padre soltero, tenía aprobado un crédito hipotecario de 300.000 dólares y a inicios de 2020 tenía grandes esperanzas de encontrar una casa asequible en su ciudad: Stamford, en Connecticut.
Entonces estalló la pandemia de coronavirus. En unos pocos meses, los residentes de Nueva York que huían de la ciudad y las áreas circundantes comenzaron a arribar para comprar casas. Los precios de las viviendas, ya elevados, se dispararon. García, que trabaja como jefe de seguridad en el edificio del gobierno de Stamford, terminó el año viviendo todavía con su hija de 3 años en un apartamento alquilado.
“Es muy difícil con toda la competencia aquí y los precios como están. Ya estaban caras”, dijo García, que tiene un segundo empleo como guardia de seguridad.
El fuerte influjo de personas que se mudado al estado y en particular al condado de Fairfield, en los límites con el estado de Nueva York, ha sido celebrado por muchos, incluso el gobernador Ned Lamont, quien dijo en su discurso al estado la semana pasada que eso refleja un deseo de un mayor espacio habitable y un aprecio de los “valores de Connecticut”.
Pero el influjo ha dificultado para muchos encontrar viviendas asequibles en un área que está entre las más desiguales en términos de ingresos.
Los recién llegados agravaron la escasez de viviendas asequibles, pues a menudo compran casas rápidamente y pagan en efectivo, explicó Joan Carty, presidenta del Housing Development Fund, una organización sin fines de lucro en Stamford que financia la construcción de viviendas asequibles y da préstamos a personas que compran su primera vivienda.
“Claramente podemos verlo. Y está haciendo el nivel de inequidad más obvio”, dijo.
Un día el mes pasado, había solamente cinco viviendas unifamiliares a la venta por menos de 400.000 dólares, con la menos cara en 325.000, en Stamford, que es considerada menos cara que otras comunidades del condado de Fairfield, dijo Tammy Felenstein, vicepresidenta ejecutiva y directora de ventas en Brown Harris Stevens Connecticut LLC, una firma de bienes raíces en Stamford.
“Uno oye historias: ‘Esta pareja perdió tres casas. Otros hicieron ofertas mejores’. Y definitivamente sucede”, dijo Felenstein. Dijo que sus corredores se están “muriendo por conseguir inventario” en Stamford, un lugar que les parece una bagatela a muchos arribados de la ciudad de Nueva York.
En muchas áreas metropolitanas de Estados Unidos, residentes de grandes ciudades se mudaron a ciudades pequeñas en el último año, de acuerdo con Updater, una compañía de tecnología de reubicación que monitorea las tendencias nacionales de mudanzas durante la pandemia. Connecticut registró más arribos que salidas por primera vez en tres años, de acuerdo con Updater, que dijo que Stamford fue el principal destino para los neoyorquinos.
Thomas Madden, director de desarrollo económico de la ciudad, dijo que en un mes típico antes de la pandemia había entre 80 millones y 110 millones de dólares en ventas de viviendas. Eso subió a 146 millones de dólares en agosto, 152 millones en septiembre y 157 millones en noviembre.
“Es algo increíble”, dijo. “Los precios se han disparado y las ventas se han disparado”.
El gobernador demócrata Lamont apuntó en su discurso a las ventajas del influjo.
“Hay muchas razones por las que las familias jóvenes y los nuevos negocios nos están dando una segunda mirada y están escogiendo Connecticut”, dijo, indicando que la gente se siente atraída a las escuelas del estado, así como a ciudades y pueblos cuyos centros ofrecen “algunas de las mejores y más seguras experiencias de cena al aire libre en el país” o la capacidad de estar de cuarentena con un patio en lugar de un apartamento pequeño.
“Cualquiera que sea la razón”, dijo Lamont, “decenas de miles de familias jóvenes se han mudado al estado por primera vez en una generación porque reconocen y aprecian nuestros valores en Connecticut”.
En el mismo discurso, prometió expandir “el compromiso (de su gobierno) con las viviendas asequibles”.
Max Reiss, vocero del gobernador, dijo que, aunque Lamont piensa que un mercado de viviendas competitivo es bueno para la economía del estado, no considera que el acceso a la compra de viviendas se está alejando del alcance de todos debido a un auge de ventas y que por eso respalda proveer fondos adecuados para los programas de asistencias de viviendas.
El alcalde demócrata de Stamford David Martin dijo que muy pronto estarán disponibles más opciones de alquileres y apuntó a un esfuerzo para finalizar la construcción de complejos de apartamentos que fueron aprobados antes de la pandemia. Las reglas de zonificación de la ciudad requieren que al menos 10% de los nuevos complejos residenciales con 10 o más unidades tengan costos asequibles.
“Están deseosos de finalizar esos edificios porque en estos momentos hay un mercado atractivo. Y cuando estén listos, proveerán algunas unidades más asequibles”, dijo. “Hemos construido más unidades asequibles en los últimos 5 a 10 años en Stamford que en ninguna otra municipalidad en el estado”.
Antes de la pandemia, 38% de los residentes del condado de Farfield se gastaban más de la mitad de sus ingresos mensuales en vivienda, dijo Mendi Blue-Pace, principal funcionaria de impacto comunitario en la Community Foundation del condado. Aunque la tendencia actual casi seguramente dejará más viviendas fuera del alcance de compradores potenciales, Blue-Pace cree que los nuevos residentes tendrán un impacto positivo.
“Hay esperanzas de que hay un nuevo grupo de personas que pueden enfrascarse en filantropía”, dijo. “Nos gustaría conectarnos con muchos de esos nuevos residentes que llegan al condado y que podrían tener interés en responder a problemas sociales y usar parte de sus ingresos disponibles para resolver las necesidades que existen en el condado”.