El Nuevo Orden Mundial y el Transhumanismo
Parecería que con esta nueva fecha en el calendario, todo viene nuevo, nuevos gobiernos en varios países del mundo, nuevos sistemas de gobernabilidad, nuevas formas de comunicación, nuevos métodos de comercialización, en definitiva nuevas interacciones de convivencia, que parecería que la humanidad avanza, lo que no se sabe es hacia donde.
Porque a la par, vienen nuevos conflictos de todo orden, nuevas luchas de poder, nuevas maneras de dominación, nuevas especies manipuladas, nuevos y repentinos cambios en el comportamiento de la naturaleza y el cosmos, y hasta nuevas enfermedades.
Y entre estas trastocadas novedades, ha tomado fuerza el transhumanismo, avance de la ciencia, que mejora la tecnología, en especial la tecnología aplicada al ser humano, como si fuéramos cosas, pero todos estos supuestos inventos, son fenómenos, que a poco les pasarán factura a sus coidearios, que no han cuantificado, ni imaginado sus graves consecuencias a futuro.
Se está mezclando genes humanos con animales, con plantas, se está manipulando virus, bacterias, parásitos, se está alterando lo que fue creado en perfección, para descomponer, con el único propósito de exaltar los egos de los científicos que quieren creerse los nuevos creadores, de nada, porque no han creado nada, solo manipulan lo existente, corrompiendo y degradando lo que ha sido y es.
El avance de la inteligencia artificial, rebasa ya los límites inimaginables, robots y máquinas que reemplazan a los humanos, a las bestias de carga, se implementan en varios lugares del mundo. Montón de alambres, chips, metales, plásticos y otros, que pueden realizar acciones, y hasta formar pensamientos coherentes, con altos niveles de resolución, sobrepasando los limites medios de la inteligencia humana, basadas en algoritmos, que semejan a las redes neuronales, con terminales llenas de sensaciones, que les permiten actuar.
El antinaturalismo, la nanotecnología y otros avances tecnológicos, consideran a los seres vivos como un conjunto de datos, susceptibles a ser barajados como se barajan las cartas en un juego de naipes, a ver si salen ases o solo números, que van contra natura. Elevan sus voces todos los defensores del transhumanismo, como lo hacen los transexuales, porque se sienten atrapados en un cuerpo que está equivocado para sus inversas mentes, y buscan imponerse, hasta justificar sus abruptas controversias con lo ya existente.
El transhumanismo sería algo así como sustituir las partes de los cuerpos de las personas, que según ellos, les permitirá elevar sus capacidades y atributos, con partes confeccionadas por máquinas y que hasta asemejan células vivas, pero que no son más que chatarra, es como si quisieran exterminar a la raza humana tradicional, tratando de llevar al conglomerado humano, a una nueva especie de zombis modificados y alterados, que buscan la inmortalidad transgénica.
Es también separar mente de cuerpo y proyectarse hacia el cosmos, la antítesis de energía y materia, humanidad y tecnología; sería también el paso de la particularidad física del ser humano, hacia su singularidad, para trascender desde el transhumanismo al poshumanismo, donde se dé la singularidad como la posibilidad de pensar al mundo sin humanos, donde no existe el sujeto, algo como un software sin hardware, sino solo lleno de pensamientos que pueden ser alterados con técnicas de persuación y control mental.
Pero el transhumanismo, apunta a todas las esferas del convivir humano, tanto en lo económico, social, político, cultural y hasta religioso, planteando muchas propuestas, que tratan de implementarse por sus mentores, con matices socialistas y democráticos que garanticen mediante políticas públicas, el avance, implementación y acceso a nuevas tecnologías, para las personas que quieran controlar sus propios cuerpos; de ahí, el surgimiento de la defensa de la identidad sexual, la legalización del aborto, el xenofeminismo, sexo con animales, y otras prácticas que permiten ver la flexibilidad y ausencia de valores de esta nueva tendencia, todas encaminadas a lograr la emancipación antinaturalista del transhumanismo.
Es como si quisieran desbaratar de un solo golpe, todo lo existente, para imponer un nuevo orden mundial, una nueva estructura, manejado por una sola élite, que busca esclavizar y someter a sus seguidores, pero nunca podrán copiar ni sustituir los sentimientos de cada ser humano, de cada ser viviente, porque ellos, vienen del soplo de vida de un sólo creador, de una sola inteligencia superior, formador del todo, porque lo que Dios ha creado, el ser humano no podrá superarlo jamas.