ONG: invierno afgano puede causar dolencias, muerte de niños
KABUL (AP) — Más de 300.000 niños se enfrentan a las gélidas condiciones invernales en un Afganistán devastado por la guerra, lo que podría provocar enfermedades y decesos sin la ropa de invierno ni la calefacción adecuada, dijo una organización humanitaria el jueves.
El conflicto militar que sacude el país ha destruido viviendas y obligó a miles de niños a refugiarse en campamentos para personas sin hogar. Allí corren el riesgo no solo de padecer hambre y enfermedades, incluyendo el COVID-19, sino también de fallecer por las gélidas temperaturas.
Las primeras nevadas caídas en el norte del país han tenido un impacto especialmente grave en la infancia, dijo Chris Nyamandi, director de Save the Children para Afganistán, en un comunicado el jueves.
“Los niños más vulnerables son aquellos cuyas escuelas han cerrado por el empeoramiento de las condiciones invernales", explicó. “Sus familias no tienen dinero para comprar ropa de abrigo. En su lugar, se ven obligados a acurrucarse en casa para escapar del frío”.
Las escuelas están cerradas hasta marzo en las zonas más frías de Afganistán, donde las temperaturas pueden caer hasta los -27 grados Celsius (-16 grados Fahrenheit).
Save the Children ha entregado kits de invierno a más de 100.000 familias en 12 de las 34 provincias afganas. Los paquetes incluyen combustible y un calefactor, mantas y ropa de invierno para niños, como abrigos, calcetines, zapatos y gorros.
“La situación es desoladora para los niños que se ven obligados a vivir en campamentos en lugares como la provincia de Balkh. En esta provincia del norte ya hace mucho frío, con temperaturas nocturnas de hasta -10. Pero hará mucho más frío antes de marzo", apuntó Nyamandi. “Para miles de niños, el invierno afgano es una época de supervivencia".
La violencia en el país se ha incrementado a pesar de que negociadores talibanes y del gobierno afgano mantienen conversaciones en Qatar para forjar un acuerdo de paz que podría poner fin a décadas de guerra.
Un reporte de Save the Children publicado el jueves cita a Rohina, de 12 años, que vive en un campo para gente que tuvo que huir de sus casas en Balkh. Asiste a clases comunitarias patrocinadas por Save the Children.
“Somos pobres y vivimos bajo el cielo abierto", dijo. “Mis hermanos y yo no podemos dormir por la noche por el frío. ¿Cómo puede alguien aprender así?".
En un campamento en la parte norte de la capital, Kabul, hay más de 700 familias, en su mayoría desplazadas por la violencia en sus localidades de origen. Ellos y otras familias se calientan y cocinan quemando la basura que les rodea.
“Hace frío por la noche, frío por la mañana, no tenemos madera, no tenemos carbón", dijo Mohammad Dad, de 10 años y que vive en el asentamiento. “No tenemos mantas y quemamos plástico para mantenernos calientes".
La abuela de Mohammad, Raihan, de 50 años, vive con siete miembros de la familia de su hijo en el campamento. Dice que la quema de esos plásticos sirve de poco.
“Los niños están enfermos, están tosiendo de la noche a la mañana", agregó.