Juegos de Tokio con plazo corto para cambios sobre protestas
Por generaciones, el Comité Olímpico Internacional sabía exactamente dónde buscar el respaldo crucial para prohibir las protestas durante los Juegos Olímpicos.
En 1968, fue el Comité Olímpico de Estados Unidos el que envió a casa a sus propios atletas Tommie Smith y John Carlos luego que ambos alzaron sus puños durante una ceremonia de premiación en los Juegos Olímpicos en Ciudad de México.
En 2019, también fue el comité estadounidense el que puso en periodo de prueba a la atleta Gwen Berry por hacer lo mismo después de su triunfo en los Juegos Panamericanos.
Esta semana, la federación de Estados Unidos avisó al COI que ya no lo apoyará en la aplicación de la polémica Regla 50. El Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense (USOPC, por sus siglas en inglés) ha empezado a atender finalmente los exhortos de sus propios deportistas y dejará de sancionarlos por arrodillarse o alzar sus puños durante la entonación del himno nacional o cuando realicen cualquier otro tipo de manifestación, ahora considerado aceptable, en los Juegos Olímpicos.
“Cuando una asume este cargo debe tomar decisiones sobre lo que piensa que es el lado correcto de la historia”, declaró la directora ejecutiva del USOPC, Sarah Hirshland. “Y yo creo que estamos del lado correcto de la historia”.
Pero aún quedan detalles por afinar y éstos apuntan al centro de qué tanto cambio es realmente posible entre ahora y julio del año próximo, cuando están programados a dar inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Encabezando la lista está la duda de sobre qué asuntos podrán los deportistas manifestarse y en qué consistirá una manifestación “aceptable”.
“Eso se torna en una situación difícil”, señaló Harry Edwards, el activista que ayudó a planear los gestos de Smith y Carlos hace 52 años. “Porque uno podría fácilmente caer en tratar de hacerlo mejor que otros y terminar haciendo algo que no tenga nada que ver con el espíritu del problema”.
Esa confusión ayuda a explicar la calculada respuesta al USOPC que provino del COI en la forma de un breve comunicado de la presidenta de la Comisión de Atletas, la nadadora zimbabuense Kirsty Coventry.
Conscientes que la regla contra las protestas no puede mantenerse como tal en un futuro cercano, Coventry y la COI están en proceso de realizar un sondeo entre deportistas en todo el mundo en busca de sus opiniones respecto a posibles cambios. La presidenta señaló que la mayoría de los encuestados está a favor del derecho a la libertad de expresión, que, de acuerdo con ella, es “respetado” en los Juegos Olímpicos y “manifestaron su respaldo para preservar las ceremonias, el podio y el campo de juego”.
Si bien el comité de Coventry sigue recibiendo respuestas y no tomará ninguna decisión final hasta inicios del próximo año, ella predice que la Regla 50 tendrá ajustes mucho menos radicales que los que pretende la federación de Estados Unidos.
Los deportistas estadounidenses han vivido un verano de malestar por la violencia policial contra miembros de comunidades de raza negra en el país, así como un racismo sistémico. Todas las ligas deportivas profesionales se vieron presionadas para aceptar cambios en sus políticas a fin de dar a los deportistas una mayor plataforma para hablar sobre el racismo y la injusticia social, algo que solían rechazar.