Los Misterios de la Imagen de la Virgen de Guadalupe
Nuestra Señora de Guadalupe es la advocación de la Virgen María más importante para México y ampliamente reconocida alrededor del mundo. Al darse las apariciones al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin en 1531, dejó su imagen plasmada en una tela singular. Pero pocos saben los misterios que en ella se encierran y que muchos expertos han tratado de descifrar. Estos son:
El ángel.- Ubicado a los pies de la Virgen, sus alas extendidas se parecen a las de un águila. Están pintadas con los colores de la bandera mexicana, dándole así más sentido de pertenencia con nuestro país. También son los tonos del pájaro Tzinitzcan, al que escuchó Juan Diego, anunciándole la aparición de la Virgen. Con su mano izquierda sostiene la túnica y con la derecha el manto, que representa la unión del cielo con la tierra, como también a Juan Diego, como mensajero de la Virgen.
El aura.- Son los rayos luminosos que se ubican alrededor de ella y significan que es la madre de Dios, como también la iluminación.
El ayate.- Está hecho de fibras de maguey. Mide 178 cm de largo por 103 cm de ancho y consta de dos piezas, unidas por el centro de arriba abajo, sin que atraviese el rostro de la Virgen, debido a que su cabeza está ligeramente inclinada. No se le han encontrado ningún tipo de colorante animal, vegetal o mineral o algún tratamiento para pintarlo con óleo, pastel u otra técnica conocida. A pesar de que ha estado expuesto por muchos siglos a las inclemencias del tiempo, el humo de las velas, la grasa de las manos de los fieles que lo tocaron, antes de que se protegiera con un vidrio y hasta una explosión, a manos de los cristeros, se ha conservado de manera extraordinaria.
Antiguamente se usaba como parte de la vestimenta, razón por la cual Juan Diego la traía puesta y la utilizó para recoger las rosas de Castilla que la Virgen le pidió que lo hiciera, para mostrar su existencia y lograr que se le erigiera su templo. La teoría más aceptada es que fue plasmada de manera similar a la del Sudario de Turín, ya que no se han encontrado ningún tipo de pinceladas. Ha sido estudiado por muchos científicos, mexicanos, extranjeros y hasta especialistas de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA (National Aeronautics and Space Administration, por sus siglas en inglés).
El broche ovalado.- Se ubica en el cuello de la Virgen y representa el sincretismo de las dos culturas, pues por un lado es el óvalo de jade de las estatuas prehispánicas que les otorgaba la vida y la cruz de los católicos, como símbolo de la vida verdadera.
El cabello.- Al llevarlo suelto, representa la virginidad para los aztecas, por lo que es idóneo para la madre virginal de Dios.
El cinturón.- Es una cinta negra localizada en la parte de arriba del vientre y que cae en dos extremos en forma de trapezoide. Para el mundo náhuatl representaba el inicio y el fin de una nueva era. Pero también existe la leyenda que, al morir algunos albañiles en la construcción de su último templo, que evoca la tienda de Moisés en 1976 y que es obra del Arq. Pedro Ramírez Vázquez, apareció en la Virgen, en señal de luto.
El embarazo.- Se trata de un estado de gravidez casi en su última etapa de embarazo, por la forma del vientre. Es más prominente de manera vertical que transversal que, según las creencias populares es señal del nacimiento de un varón.
Las manos.- Son especialmente particulares, no solamente porque están rezando, sino porque simbolizan la unión del pueblo mexicano, en la mano morena y la del español, en la mano blanca.
El manto y las estrellas.- Representa el cielo por su color azul, pero también era el símbolo de nobleza y la importancia del personaje que lo portador como los grandes tlatoanis. Tiene en total 46 estrellas, que corresponden a las constelaciones en el cielo presentes en el solsticio de invierno de 1531, cuando se dieron las apariciones de la Virgen. Si vemos la imagen de frente y a nuestra derecha, están las constelaciones del Sur, mientras que en el otro lado, se ven las constelaciones del Norte.
La media luna.- Es donde se encuentra posada la Virgen y tiene que ver con que Metz-xic-co, significa en náhuatl, el centro de la Luna. Es símbolo de nacimiento, vida, fecundidad y la manera como los antiguos median el tiempo, tanto por los ciclos de la Luna como los ciclos menstruales de la mujer.
Las nubes.- Representan la vida pero también se asocian con lo divino, la altura y la elevación del espíritu.
Los ojos.- en 1929, Alfonso Marcué, fotógrafo oficial de la antigua Basílica de Guadalupe, descubrió en una foto en blanco y negro, la imagen de un hombre barbado en el ojo derecho de la Virgen. Para 1951 se confirmó la misma imagen en ambos ojos. Desde entonces han sido objeto de muchos estudios por más de 20 oftalmólogos, descubriendo más personajes. Pero no es hasta la época de los sesentas que se dio el mayor de los descubrimientos pues el Sr. Ramón Ortiz González, gracias a un encendedor, verificó que se trata de "ojos vivos" a los que se les dilata la pupila en presencia de la luz.
La rodilla.- Hay una inclinación de la rodilla izquierda, en señal de que está dando un paso, razón por la cual se le considera como la Virgen peregrina.
Sin importar sus simbolismos, la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de Guadalupe despierta en muchos fieles, la paz, la devoción y la fortaleza de ser nuestra madre amorosa.