Falsedades sobre elección en EEUU dejarán cicatrices
El video tomado con un celular en la oscuridad por una mujer en un auto estacionado parecía mostrar algo siniestro: un hombre cerrando las puertas de una furgoneta blanca y seguidamente empujando un carrito con una caja grande a un centro de elecciones en Detroit.
En unas pocas horas, el clip de 90 segundos estaba siendo compartido en portales noticiosos y cuentas conservadoras en YouTube, ofrecido como supuesta prueba de introducción de votos ilegales tras el cierre de las urnas. Republicanos prominentes, incluyendo Eric Trump, uno de los hijos del presidente, amplificaron las falsedades en los medios sociales. En apenas días, el video había sido visto más de un millón de veces.
Ese video sirve como un poderoso emblema del tráfico de información falsa que ha plagado la elección presidencial ganada por Joe Biden. En otros videos, fotos y mensajes en redes sociales, partidarios del presidente Donald Trump y, más notable aún, el propio mandatario, han sembrado dudas sobre el resultado sobre las bases de problemas que no sucedieron.
Aunque el clip fue desacreditado rápidamente por organizaciones de prensa y funcionarios públicos — el hombre mostrado era un fotorreportero que llevaba su equipo fotográfico, no votos ilegales — tuvo el efecto deseado para muchos que lo vieron.
Eric Hainline, un chofer de UPS en Dayton, Ohio, dijo que el video y otros que él vio reforzaron sus sospechas que a Trump le robaron la elección.
“Uno no sabe más a quién creerle”, dijo que Hainline, de 44 años. “Pienso que se abusó de la confianza del pueblo”.
Trump y sus aliados han fomentado la idea de una “elección manipulada” durante meses, promoviendo falsedades a través de diversos medios e incluso demandas sobre votos fraudulentos y votantes muertos.
Aunque los detalles de esas denuncias falsas pudieran diluirse con el tiempo, dejarían cicatrices duraderas en la democracia estadounidense.
“Siempre habrá gente que piense que los demócratas se robaron la elección del 2020”, dijo Jennifer Mercieca, historiadora de retórica política en la Universidad Texas A&M. “Eso no va a cambiar”.
De hecho, no hay evidencia de fraude amplio en la elección del 2020. Las autoridades electorales confirmaron que no hubo irregularidades serias y que la elección se desarrolló correctamente. El secretario de Justicia William Barr dijo el martes que su departamento no ha identificado ningún fraude que hubiese cambiado el resultado de la elección presidencial.
Pero desde la Casa Blanca, Trump ha tratado constantemente de engañar a la nación sobre el resultado. Como consecuencia, los reclamos de fraude han persistido en un ecosistema en la internet en el que las páginas pro Trump en Facebook, cuentas en Twitter y portales cibernéticos circulan afirmaciones engañosas y sin verificar sobre el proceso de votación.
Y una de esas falsedades surgió de la cámara del celular de Kelly SoRelle, una republicana de Texas. Tras tomar el video del hombre con un carrito en Detroit, SoRelle lo presentó a un anfitrión conservador en YouTube, que lo mostró para sus 5 millones de subscriptores el día después de la elección. Ella se lo dio también a Texas Scorecard, un portal creado por Empower Texans, un grupo de cabildeo cuyo PAC ha inyectado millones de dólares a las campañas de candidatos ultraconservadores. SoRelle no respondió a pedidos de comentario.
En la semana siguiente, hubo casi 150.000 menciones de carritos, maletas o hieleras con votos en guiones televisivos, blogs y cuentas públicas en Facebook, Twitter e Instagram, de acuerdo con un análisis realizado para The Associated Press por la firma de inteligencia de los medios Zignal Labs. Las menciones de la historia comenzaron a desvanecerse el 5 de noviembre, luego que los medios de prensa verificaron la falsedad de las denuncias, dijo el reporte de Zignal Labs.
Para entonces, muchos de esos portales y socios de Trump estaban diseminando nuevas acusaciones de fraude electoral.
Algunos dijeron que 100.000 boletas fueron descubiertas “mágicamente” en Milwaukee a las 3 a.m. cuando, en realidad, el director de elecciones de la ciudad, acompañado por la policía, acababa de entregar discos de memoria con las 169.000 boletas en ausencia a la corte del condado para que pudieran incluirse los resultados. Otros dijeron que Dominion Voting Systems, una de las firmas de tecnología de voto más usadas en el país, borró o cambió votos — algo imposible que nunca sucedió, dice la compañía, una conclusión confirmada por la agencia federal que supervisa la seguridad electoral.
Mientras tanto, en demandas, tuits y mensajes en Facebook, la campaña de Trump comenzó a nombrar a votantes en Georgia, Nevada y Michigan que de acuerdo con ellos estaban muertos. Entre ellos estaba la señora de James E. Blalock, una viuda de Georgia que se registró para votar con su nombre de casada y que está viva.
En Georgia, donde Biden ganó, otra denuncia falsa de que las computadoras borraron votos de Trump o que boletas fueron lanzadas a la basura inundaron las redes sociales. Republicanos, incluyendo el presidente, acusaron al secretario de estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, de ser un “mentiroso” que no descartó votos “ilegales” en el estado.
“Existen aquellos que están explotando las emociones de muchos partidarios de Trump con acusaciones fantásticas, verdades a medias, desinformación y, francamente, están engañando también al presidente, al parecer,” dijo Raffensperger el lunes.
Las plataformas de las redes sociales han tratado de reducir el alcance de algunas de esas falsedades. Desde las elecciones, Twitter ha marcado más de 100 de los tuits de Trump sobre la votación, algo que prohibió que muchos compartiesen, comentasen o creasen enlaces a los tuits. Facebook ha etiquetado los mensajes engañosos de Trump, pero no ha limitado la capacidad de los usuarios de diseminar falsedades en su plataforma. El miércoles, Trump usó Twitter y Facebook para una diatriba de 46 minutos con declaraciones engañosas sobre la elección a sus 100 millones de seguidores en las dos plataformas.
Una mayoría considerable de los partidarios de Trump siguen pensando que la elección fue robada. Un sondeo el mes pasado por la Universidad Monmouth encontró que casi una tercera parte de los estadounidenses y más de 75% d ellos partidarios de Trump piensan que Biden ganó solamente con fraude.
Myra C. Ruiz, de 77 años, es una de esos que piensa que a Trump le robaron la elección.
“Oí hace dos días que Trump dijo que no perdió la elección, que se le quitaron”, dijo Ruiz, que vive en Nueva Orleáns.