Uruguay da un paso atrás en el coronavirus
MONTEVIDEO (AP) — El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou anunció este martes restricciones en la movilidad por la acumulación de casos del nuevo coronavirus y un crecimiento exponencial de la infección que desde marzo alcanzó a 6.024 personas.
Entre los gobernantes hace semanas que prima la visión de que ante la baja cantidad de casos en el país los ciudadanos se han relajado y le han perdido el “miedo” a la infección.
Lacalle Pou ordenó teletrabajo en todas las oficinas públicas “sin resentir la actividad” y la cancelación de todos los deportes en ámbitos cerrados, cierre de bares, restoranes y locales a las 12 de la noche. Y aunque ha habido algunos brotes en centros educativos, las clases semipresenciales no se suspenderán pero sí los actos protocolares de fin de año.
A pesar que la situación en Brasil ha sido una preocupación por varios brotes y pocos controles, las fronteras permanecerán abiertas.
El presidente uruguayo recomendó al sector privado que vuelva a fomentar el teletrabajo. En estos días el Ministerio de Trabajo ha constatado que seis de cada diez empresas no cumplen con los protocolos acordados. De hecho Lacalle Pou señaló que de los 58 brotes que hay en Montevideo la mayoría se registraron en establecimientos laborales, espacios gastronómicos y dentro de las familias.
Lacalle Pou anunció que serán más severos en las aglomeraciones en espacios públicos. Esta última medida ha implicado el enfrentamiento de la policía con jóvenes que al no tener espacios compartidos se juntan en plazas públicas de varios puntos del país y que la policía llegó a reprimir por supuestas aglomeraciones.
En el transporte público, que ha visto reducida su frecuencia, las aglomeraciones son frecuentes y los protocolos muy laxos. Lacalle Pou dijo haber recibido varias denuncias al respecto y anunció que se fiscalizará su aforo con mayor ímpetu.
También han habido varias fiestas clandestinas. Muchas han sido clausuradas y sus organizadores multados y/o llevados a la justicia en algunas oportunidades. El gobierno ultima detalles para una nueva fiscalización que permita poner multas más severas y gestionar clausuras más rápidas.
Las medidas serán evaluadas y el 18 de diciembre se volverán a comunicar nuevas medidas a la población. Lacalle Pou indicó que los anuncios de hoy “pretenden tener un efecto preventivo”.
También remarcó que esperan tener una dosis importante de vacunas para abril y que la vacuna no será obligatoria.
A pesar que en otros países de la región las medidas de contención han sido más drásticas, en Uruguay por ahora este es el mensaje más fuerte que ha dado el gobierno desde que los empleados públicos volvieron a sus oficinas a principios de mayo o se abrieron paulatinamente restoranes, malls, gimnasios o centros educativos.
Actualmente 1.463 personas cursan la infección. Hay 22 enfermos en cuidados intensivos y han fallecido 78 víctimas, la enorme mayoría de edad avanzada y con patologías crónicas previas, aunque en las últimas horas se han dado a conocer un puñado de casos de personas “jóvenes” en cuidados intensivos.
El nuevo coronavirus, que en Uruguay parecía relativamente bajo control, comenzó a duplicar la tasa de infectados en noviembre. El empuje se ha visto sobre todo en brotes diseminados en Montevideo y el área metropolitana, un hecho que complica el trabajo de los rastreadores del virus que controla el Ministerio de Salud Pública, se dijo en la conferencia de prensa de esta tarde.
“Si Uruguay tuvo un éxito relativo en la primera etapa fue gracias a la conducta de los uruguayos”, señaló el presidente, pero el clima agradable del último mes y cierto relajamiento en los autocuidados parecen haber impulsado el virus con una renovada movilidad de la ciudadanía.
Lacalle Pou advirtió que de no cambiar la actitud de la población no se podrán contener nuevos casos, que es el objetivo gubernamental. “Esperamos bajar los casos y que esta segunda o tercera ola en el mundo no nos arrastre”, dijo el presidente uruguayo.