Es Un Pecado No Romper Una Piñata Navideña
En México, la Navidad tiene un sello especial y uno de sus elementos más distintivos son las piñatas. Pero ¿Qué son? Tradicionalmente es una olla de barro forrada con papeles de colores vistosos y de diferentes formas. También las hay elaboradas de cartón por dentro y la misma técnica por fuera. Nunca faltan en las fiestas de cumpleaños infantiles, pero sobre todo, siempre están presentes en las celebraciones navideñas.
Está llena de simbolismos y sobre todo, es un elemento de grandes sorpresas para chicos y grandes, ya que las que les corresponden a los niños siempre van llenas de dulces, frutas de temporada y juguetes, mientras que las de los adultos, pueden incluir bromas, sorpresas y una que otra picardía. Cualquiera que sea el relleno, todos se lanzan al suelo en cuanto se rompe, para lograr atrapar algún premio. Desde luego, nunca falta el vivillo que se avienta a la que no le corresponde, como es el de las niñas, para quedar enterrado bajo un montón de piernas, brazos, pero sobre todo, cuerpos que lo aplastan y que tiene que ser rescatado por su mamá, al jalarlo de entre una veintena de seres humanos.
Pocos saben el origen de tan bella tradición, el cual tiene mucho de religiosa. La piñata original se la debemos a Marco Polo, quien las conoció en China, en dónde las utilizaban para celebrar el año nuevo. Las llevó a Italia, en donde las incorporaron a las celebraciones de la cuaresma y después pasaron, con la misma intención, a España. Al darse la conquista de América, los misioneros las trajeron al Nuevo mundo, con fines de catequizar a los lugareños. Sin embargo hay algunos vestigios de que los aztecas utilizaban un elemento similar, en las fiestas de Huitzilopochtli, del 25 de diciembre.
En el siglo XVI, tanto los franciscanos como los jesuitas, vieron en la piñata la opción perfecta de explicar la doctrina católica. Comenzaron por enseñarles cómo se elaboraban, para que las fueran aceptando como propias y así, lograran entender lo que eran los pecados capitales representados en cada uno de los picos de tan singular adorno. Cada uno de ellos tiene su contraparte con una virtud y que son:
- Avaricia se afronta con la generosidad.
- Envidia, es la cura para la caridad.
- Gula, es apaciguada con la templanza.
- Ira, la combate la paciencia.
- Lujuria, se contrarresta con la castidad.
- Pereza, se acaba con la diligencia.
- Soberbia que se afronta con la humildad.
Los agustinos fueron los responsables en difundir las piñatas y su mensaje evangelizador por toda la Nueva España, en 1586, cuando el Papa Sixto V, los autorizó a incorporarlas a las "misas de aguinaldo", que más tarde derivaron en las posadas, que en un principio se celebraron en Acolman Edo. de México, teniendo una acogida muy exitosa. Ellos explicaban que los adornos de oropel, que parecían oro, representaban los engaños y las superficialidades del mundo. La venda que colocaban en los ojos de los que las querían romper era la fe ciega y el palo con el que lograban su cometido, era la fuerza de las virtudes que no solamente vencían a los pecados, sino también a la falsedad del mundo. Y desde luego los dulces y las frutas que caían eran la recompensa de la perseverancia, gracias a la fe que se tenía.
Poco a poco se fueron incorporando a las típicas posadas mexicanas, llegando a ser indispensables en la Navidad en México y a pesar de que el clero había sido su principal impulsor, llegó a prohibirlas. Esto se debió a que los cantos de las posadas, tenían cierto grado de picardía. Al ritmo de "No quiero oro ni quiero plata, yo lo que quiero es romper la piñata" o bien "dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino. Ya le diste uno, ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabo", no se invitaba mucho a una vida espiritual. Esto se dio de 1788 a 1796, pero ante la popularidad con la que las piñatas ya contaban, regresaron triunfantes en 1818.
Hoy en día, en muchos países del mundo, no pueden faltar, siendo en México, donde han sido adoptadas con mayor facilidad como en Argentina, Bolivia, Cuba, Colombia, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos de América, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela. Un caso especial es Paraguay, donde son hechas de globos, mismos que son pinchados por los niños para obtener los premios en su interior. Actualmente, se pueden encontrar en Europa, mientras que en India son muy apreciadas en festivales culturales.
Actualmente, en la segunda quincena de diciembre, los pobladores de Acolman, su lugar de origen celebran la FERIA DE LA PIÑATA, en la que el ingenio y la creatividad para elaborarlas no tienen rival. Se exponen de todo tipo de formas, tamaños y colores, acompañadas de muestras gastronómicas, bailes, conciertos musicales, competencias deportivas, sin que falten las carreras de caballos. Desde luego, el evento más importante es la premiación de las mejores piñatas que se presenten, siendo una auténtica fiesta de color y alegría.
Aunque las piñatas modernas, tengan formas caprichosas de personajes de moda, elementos típicos o sean las tradicionales estrellas, nos van anunciando con su colorido y tamaño, que la alegría de la Navidad está muy cercana y que las tenemos que incorporar a nuestras fiestas, para disfrutarla plenamente.