Fabricante de OxyContin se declara culpable en caso judicial
Purdue Pharma se declaró culpable el martes de tres cargos criminales, admitiendo formalmente su papel en una epidemia de opiáceos que ha causado centenares de miles de muertes en las dos últimas décadas en Estados Unidos.
En una audiencia virtual con un juez federal en Newark, Nueva Jersey, el productor del analgésico OxyContin admitió haber obstaculizado los esfuerzos de la agencia antidrogas (DEA) para combatir la crisis de opiáceos. Purdue reconoció no haber mantenido un programa eficaz para prevenir que los medicamentos por prescripción fuesen desviados al mercado negro, aunque también le dijo a la DEA que tenía un programa así, y que le proveyó información engañosa a la agencia para estimular las cuotas de manufactura de la compañía.
Admitió además haberles pagado a médicos a través de un programa de voceros para alentarles a escribir más prescripciones para sus analgésicos.
La admisión de culpabilidad fue presentada por el presidente de la junta de Purdue, Steve Miller, a nombre de la compañía. Fueron partes de un acuerdo en una causa civil anunciado el mes pasado entre la compañía y el Departamento de Justicia.
El acuerdo incluye penalizaciones y decomisos por un total de 8.300 millones de dólares, pero la compañía es responsable por un pago directo al gobierno federal por apenas una fracción de esa suma, de 225 millones. Pagará esa cantidad menor siempre y cuando ejecute un acuerdo en proceso en una corte federal con gobiernos estatales y locales y otras entidades que la han demandado por el saldo de la epidemia de opiáceos.
Miembros de la familia Sackler, dueña de la compañía, también aceptaron pagarle 225 millones de dólares al gobierno federal saldar demandas civiles. No se han presentado cargos penales contra miembros de la familia, aunque su acuerdo deja las puertas abiertas para ello en el futuro.
La admisión de culpabilidad de Purdue de delitos federales es un consuelo mínimo para activistas que quieren castigos más severos para el productor de OxyContin y sus dueños. La crisis de sobredosis de la droga, que parece estar empeorando durante la pandemia de coronavirus, ha costado las vidas de más de 470.000 personas en Estados Unidos en las últimas dos décadas.