Nuevo alud causado por Iota deja 3 muertos más en Nicaragua
MANAGUA (AP) — Un segundo alud de tierra en la zona norte de Nicaragua, afectada por intensas lluvias del huracán Iota, causó la muerte de tres personas, informó eL jueves la vicepresidenta Rosario Murillo.
En declaraciones a medios oficiales, Murillo dijo que el derrumbe ocurrió la noche del miércoles en la zona del cerro El Puyú, en el municipio de Mulukukú, departamento de Matagalpa —al norte— y a unos 240 kilómetros de Managua.
Murillo indicó que los muertos son dos jóvenes y una niña, todos hermanos, identificados como Adonis, Pedro José y Zayda Blandón Reyes, de 15, 22 y 9 años respectivamente. Agregó que los padres y otra de las hijas sobrevivieron.
Con estas muertes asciende a 21 la cifra de fallecidos en Nicaragua a causa del impacto del huracán Iota, que azotó esta semana la región norte y norcaribeña del país, provocando intensas inundaciones en la zona del Pacífico y también en la región sur.
Este es el segundo deslave que ocurre en Nicaragua en menos de dos días. El primero se produjo el pasado martes en la comunidad San Martín del Macizo de Peñas Blancas, unos 200 kilómetros al norte de la capital, también en Matagalpa.
La cifra de muertos en ese derrumbe subió este jueves a nueve, mientras los rescatistas seguían buscando a dos mujeres desaparecidas.
Pedro Haslam, representante del gobernante partido Frente Sandinista en el departamento de Matagalpa, dijo que cuatro campesinos fueron rescatados con vida en la zona del derrumbe, que sepultó cinco viviendas en la citada comunidad.
“Hemos logrado encontrar nueve cuerpos, cuatro familiares con vida y seguimos (trabajando) porque hay dos mujeres de la comunidad desaparecidas”, declaró Haslam a medios oficiales.
El funcionario asistió la noche del miércoles al sepelio de cinco de las víctimas, que fueron enterradas en el cementerio de La Dalia, municipio donde se ubica el cerro Peñas Blancas.
Las dos mujeres desaparecidas son la madre y la abuela de una de las niñas que pereció a consecuencia del alud, informó la víspera la vicepresidenta Murillo. Varios de los fallecidos en el sitio eran menores de edad.
El repentino derrumbe ocurrió la tarde del martes producto de las intensas lluvias causadas por Iota y dos semanas antes por el huracán Eta, que saturaron los suelos en zonas rurales del norte y Caribe norte de Nicaragua.
Gregorio Aguilar Vallejos, habitante de la comunidad, dijo que las lluvias habían aminorado cuando se produjo el alud de piedras y lodo que sepultó las pequeñas viviendas.
“Nosotros con un muchacho que perdió a toda la familia nos fuimos a revisar arriba… dilatamos como siete minutos en recorrer ahí y escuchamos el estruendo, no había ni una casa ni nada”, relató el campesino citado por la oficialista radio La Primerísima.
El ejército y la policía mantienen desde el martes un fuerte control sobre la zona y sólo han permitido el acceso a periodistas oficialistas, impidiendo el ingreso de medios independientes y corresponsales internacionales.
El jueves por la tarde, el ministro de Hacienda y Crédito Público de Nicaragua, Iván Acosta, dijo que los daños provocados por los huracanes Iota y Eta son “considerables” y podrían estimarse entre 360 y 480 millones de dólares, es decir entre el 3 y 4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, equivalente a unos 12.000 millones de dólares.
Acosta indicó a medios oficiales que el recuento de las pérdidas podría llevar varios días, ya que éstas no se focalizan solo en la zona norte y caribeña, sino que las lluvias tuvieron “un impacto nacional”, con inundaciones y daños a la infraestructura vial también en la región del Pacífico.
Tras el impacto de Eta, que azotó al país el 3 de noviembre, el gobierno reportó pérdidas estimadas en 178 millones de dólares (equivalente al 1,5% del PIB), entre éstas, más de 1.800 viviendas destruidas y 900 kilómetros de carreteras dañados. Aunque no se han evaluado los daños a los cultivos, se teme que habrá pérdidas en las cosechas de alimentos de consumo básico —arroz, maíz y frijoles— y en una posible reducción en los volúmenes de exportación de rubros como café, maní, lácteos y plátanos, dijo a la AP Guilllermo Jacoby, presidente de Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).
El ministro de Hacienda reveló que el gobierno de Daniel Ortega solicitó recursos a organismos financieros multilaterales, entre los que figuran 35 millones de dólares al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y 40 millones al Banco Mundial. Agregó que la Unión Europea (UE) aprobó una ayuda de emergencia para Nicaragua por 10,7 millones de dólares, con entrega inmediata, para contribuir a la reconstrucción y atención a las poblaciones afectadas.
Los recursos son parte del Fondo de Facilidad de Seguros contra Riesgos Catastróficos (CCRIF, por sus siglas en inglés) firmado en 2016 entre la UE y el Banco Mundial, “para que los países puedan fortalecer su resiliencia frente a los desastres naturales”, confirmó la delegación europea en un comunicado de prensa.
Nicaragua también recibirá un fondo de 300 millones de dólares del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), como parte de llamado Programa Centroamericano de Reconstrucción Resiliente, con un monto disponible de 2.500 millones de dólares a disposición de los países que lo soliciten, según anunció esta semana Dante Mossi, director del ente financiero regional.
Iota, que golpeó a Nicaragua como un huracán categoría 4, se convirtió el miércoles en una depresión tropical y se disipó sobre el territorio de El Salvador. El gobierno nicaragüense reportó la víspera al menos 16 fallecidos en el país, mientras el de Honduras dio cuenta de 18 muertos.
Por su parte, Panamá dijo que una persona murió y otra estaba desaparecida en la comunidad indígena autónoma de Ngabe Bugle, en el oeste del país.
Antes de tocar tierra en Nicaragua, Iota barrió la pequeña isla colombiana de Providencia, a más de 250 kilómetros (155 millas) de la costa nicaragüense. Según el presidente de Colombia, Iván Duque, una persona murió y el 98% de la infraestructura de la isla estaba afectada.
Iota es la trigésima tormenta con nombre en la intensa temporada de huracanes en el Atlántico. También es la novena que se intensificó rápidamente este año, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia.
Además, es el huracán de categoría 5 más tardío en el año, superando el récord de Cuba del 8 de noviembre de 1932, señaló Phil Klotzbach, investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado.
La temporada de huracanes termina oficialmente el 30 de noviembre.