Gobernadores en EEUU piden más ayuda federal por virus
Con más encierros inminentes y meses antes de la amplia distribución de una vacuna, gobernadores en Estados Unidos están pidiendo más ayuda federal para el que se anuncia como un invierno sombrío.
Renovadas restricciones a los negocios en espacios cerrados, la próxima expiración de subsidios por desempleo para millones de personas y hospitales abrumados han llevado a los gobernadores a resaltar la nefasta imagen de los meses que siguen a menos que el gobierno federal intervenga con más fondos para ayudar a fortalecer sus vapuleados presupuestos y combatir la resurgencia del virus.
Entre ahora y junio del 2022, los gobiernos estatales y locales pudieran enfrentar un déficit de 400.000 millones de dólares o más.
Casey Katims, enlace del gobernador de Washington con el gobierno federal, dijo que existe “la necesidad urgente de una acción del Congreso para ayudar a los trabajadores y sus familias”. Dijo que el estado enfrenta un déficit presupuestario significativo debido a la pandemia y no puede esperar a que el presidente electo Joe Biden asuma el puesto el 20 de enero.
“Necesitamos ayuda para el final de este año”, dijo Katims.
El gobernador de Illinois J.B. Pritzker firmó un presupuesto en el verano con un déficit de 5.000 millones de dólares, que él y los legisladores presumieron sería cubierto por un segundo paquete de ayuda del gobierno federal que no se ha materializado.
“Cada estado, cada ciudad está sufriendo debido a la falta de ingresos causada por el COVID-19”, dijo Pritzker, demócrata. “El gobierno federal es realmente el único recurso al que podemos acudir”.
El martes, Pritzker iba a sumarse a otros gobernadores de la región de los Grandes Lagos —demócratas y republicanos— en un pedido de ayuda con las pruebas del virus, el rastreo de contactos y personal para hospitales, además de más dinero para negocios, escuelas y desempleados.
El costo de distribuir decenas de millones de dosis de vacunas en el 2021 está emergiendo también como una importante preocupación para los gobernadores.