Artista rescata de la destrucción espacios de Caracas
CARACAS (AP) — Al principio eran imágenes de protesta. Luego evolucionaron a figuras y símbolos que evocan personajes o elementos que no necesitan mayor explicación.
Las vallas publicitarias de las vandalizadas paradas de autobuses de Caracas -que ya nadie se preocupa en arreglar por la escasez de fondos municipales e inversiones para atraer clientes- se han convertido en la galería al aire libre de la pintora Susan Applewhite, quien con sus obras busca llevar alegría a los habitantes de una urbe sumida en la pobreza y el caos.
“Contentar a la gente” y “darle un toque de belleza” a la ciudad son los objetivos de Applewhite, de 44 años, quien destacó que sus obras –hechas de cartón reciclado que hace las veces de lienzo- también rescatan materiales que terminan en la basura y que portan el mensaje de que es posible dejar atrás la “situación que estamos viviendo” e delincuencia desbordada, hiperinflación, creciente pobreza, fallas continuas en los servicios públicos y escasez de bienes básicos.
El uso como marco de las vallas de paradas de autobuses, en su mayoría en ruinas, tampoco es casual. Esas estructuras simbolizan los restos de un orden ciudadano que quedó en el olvido. Entre las muchas violaciones de las normas de convivencia que se registran en Venezuela, la más común es ver que los choferes de autobuses, como la mayoría de los conductores, no paran en las esquinas, ignoran la luz roja de los semáforos y suben y bajan pasajeros en cualquier lugar.
“Toda la vida he sentido interés por los materiales de desecho”, los objetos que “me encuentro en la basura”, son reciclados y pasan a ser parte de los insumos de las obras, indicó a The Associated Press Applewhite, quien se inició en la pintura en 1998 luego de que su tía Beatriz la llevó a un taller donde aprendió al compás de música clásica.
En el turbulento 2017, cuando se registraron casi a diario y por más de 100 días violentas manifestaciones antigubernamentales, Applewhite se vio obligada a trabajar en su casa por el cierre de las vías del este de la ciudad.
Pero llegó un momento en que ya no pudo seguir acumulando obras en su casa y un día caminando por las calles “visualicé una obra que tenía en casa” en una valla publicitaria a la que sólo le quedaba el marco y cuyas partes, como las de muchas otras vallas de Caracas, habían sido usadas como barricadas durante las protestas. Applewhite regresó a buscar una de sus piezas y la colgó con nailon sobre el marco.
De ese proceso de colocar sus obras en vallas publicitarias destruidas, que ha repetido decenas de veces en los últimos tres años, lo que más le gusta es el “momento de estar en la calle” intentando “contentar a la gente, cambiarle la cara”, aseveró.
Con el tiempo su obra ha ido evolucionando. "De unas obras de protesta”, que expresaban “hasta rabia” ahora sobre todo exhibe ”algo bonito“ con fuerte influencia del arte Pop -el movimiento surgido a mediados del siglo XX en Gran Bretaña y Estados Unidos-, que le ha merecido elogios y ”mensajes de mucha gente agradecida”.
Para Applewhite el rescate de los espacios públicos es una forma de combatir la criminalidad y motivar a las personas a retomar las calles para su esparcimiento.
Al caer la noche, incluso antes de la cuarentena vigente desde el 16 de marzo para contener la propagación del nuevo coronavirus, la mayoría de los venezolanos se apresuran a llegar a casa para evitar ser víctimas de los delincuentes que se movían como peces en el agua en las calles desoladas.
Applewhite sueña con “caminar por la calle sin sentir miedo... no tener que vivir tras de las rejas” de su casa para sentirse segura y aspira no tener que “montarme en el carro así toda asustada, bajarme, no poder transitar de noche”.
Mientras tanto, sigue empeñada en poner “mi granito de arena para construir un mejor mañana”.